Lo que se sabe de los últimos momentos dentro del camión que embistió un mercado navideño en Berlín

Lukasz Urban, el conductor polaco que apareció muerto, pudo haber intentado evitar el ataque, según su primo. El GPS registró "movimientos raros (...) como si alguien estuviese aprendiendo a manejar".

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Lukasz Urban, un polaco de 37 años, era el conductor del camión que embistió un mercado navideño en Berlín dejando 12 muertos . Sin embargo, él no fue el autor del atentado reivindicado por Estado Islámico (EI, también conocido como ISIS) sino un trabajador que, aparentemente, trató de evitar el ataque en uno de los barrios más turísticos de la capital alemana.

El cuerpo de Urban fue encontrado en la cabina del camión que utilizó Anis Amri, el joven tunecino considerado por la policía alemana como el autor de la masacre. Ariel Zurawski, primo de Urban y dueño del camión, identificó al conductor en una fotografía que le mostraron las autoridades.

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"Estoy horrorizado", declaró al diario Die Welt. "¿Cómo voy a sentirme luego de ver la foto de mi primo muerto, de ver sus heridas, que demuestran que se defendió".

Según él, "se veía de manera clara que se había resistido”. En la imagen que le presentaron se apreciaba que la cara "estaba hinchada y ensangrentada". Además observó heridas realizadas con un "objeto punzante".

Aún existen muchas dudas sobre lo que ocurrió antes del "acto terrorista", tal como lo calificó la canciller alemana Angela Merkel. Urban se convirtió aparentemente en una pieza fundamental de los planes terroristas de Amri sin que él fuera consciente de ello.

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"Me quedó totalmente claro que él estaba luchando por su vida. Su rostro estaba hinchado y ensangrentado. La policía me informó que sufrió heridas de bala. A pesar de ser apuñalado, fue asesinado a tiros", dijo Zurawski a medios polacos.

El camionero polaco, casado y con un hijo adolescente, habló por última vez con Zurawski el lunes por la tarde. En ese momento estaba en ruta hacia Berlín, con el vehículo cargado de acero desde Turín, Italia. Su destino era la empresa ThyssenKrupp Schulte, S.L, cuya sede está en Friedrich-Krause-Ufer, en el noroeste de Berlín.

Lukasz Urban llegó a su destino un día antes de lo previsto, por lo que la empresa no le permitió entregar la carga, no tenían espacio. "Eran aproximadamente las 09:00 de la mañana", confirmó Gerhard Sperling, portavoz de la empresa ThyssenKrupp, en el mismo diario. "No pudo ser por la mañana porque había otros camiones descargando" por lo que el conductor polaco dejó el vehículo cerca de la compañía, que se encuentra a unas cuatro millas (seis km) de la Breitscheidplatz, lugar del ataque.

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Al no poder terminar su trabajo, decidió ir a comer a un kebab. Lo que sucedió tras esa comida hasta el momento en el que apareció su cuerpo aún es un misterio.

"Movimientos raros"

La policía tiene registro con el "movimiento exacto del camión" gracias al GPS. Así lo declaró el jefe de la policía de Berlín, Klaus Kandt. Sin embargo, Kandt no dio más detalles. En algún momento, supuestamente, el joven tunecino de 24 años logró entrar en el camión con la finalidad de estrellarlo en el mercado.

"A las 15:45, el navegador registró movimientos raros. Alguien estuvo un rato manejando adelante y atrás. Un conductor experimentado no habría hecho algo así. Parecía como si alguien estuviese aprendiendo a manejar el camión”, declaró Zurawski.


Posiblemente, fue en ese momento en el que el polaco y el tunecino se enfrentaron, aunque los datos precisos solo los podrá ofrecer la autopsia del cadáver. Por ahora, la policía sigue buscando el arma de fuego que acabó con la vida de Urban.

El martes en la madrugada, Zurawski recibió la confirmación de que su primo había muerto en el ataque. "Lo quería mucho. Cuando hablamos por teléfono quedamos en vernos en Navidad”, añadió Zurawski.

Tras conocerse su historia, la primera ministra de Polonia, Beata Szydlo, lo identificó como "la primera víctima de este atroz acto de violencia".