El director general del fabricante estadounidense de chips Intel, Lip-Bu Tan, no solo enfrenta la delicada situación financiera y estratégica de la empresa, sino que ahora también debe lidiar con el reclamo directo del presidente Donald Trump a que renuncie.
Por qué Trump quiere que renuncie el jefe de Intel, el gigante conglomerado de los microchips en Estados Unidos
El presidente Donald Trump reclamó este jueves al director general de Intel, Lip-Bu Tan, que "renuncie inmediatamente", por estar en un importante "conflicto de intereses".
El presidente dijo este jueves que el ejectivo debe "renunciar de inmediato", por el "conflicto de intereses" con relación a empresas tecnológicas vinculadas con China, planteada por un senador republicano de Comité de Inteligencia del Senado.
"El director ejecutivo de INTEL se encuentra en una situación muy conflictiva y debe dimitir de inmediato. No hay otra solución", dijo Trump, quien no tiene ningún poder sobre Intel.
Trump hizo el anuncio después de que el senador Tom Cotton envió una carta al presidente de Intel, Frank Yeary, en la que expresaba su preocupación por las inversiones y vínculos de Tan con empresas de semiconductores supuestamente vinculadas al Partido Comunista Chino y al Ejército Popular de Liberación.
En su carta, el senador Cotton dijo que "en marzo de 2025, Intel nombró a Lip-Bu Tan como nuevo consejero delegado. Según se informa, Tan controla docenas de empresas chinas y tiene una participación en cientos de empresas chinas de fabricación avanzada y de chips. Al menos ocho de estas empresas tienen vínculos con el Ejército Popular de Liberación chino".
Lip-Bu Tan nació en Malasia, pero tiene la nacionalidad estadounidense. Según la web de Intel, "es un ejecutivo consumado con más de dos décadas de experiencia en semiconductores y software y profundas relaciones en todo el ecosistema tecnológico".
La empresa estadounidense, una de las emblemáticas de Silicon Valley, se benefició de la Ley CHIPS de la administración Biden, recibiendo más de 8.000 millones de dólares en fondos federales para construir plantas de semiconductores en todo el país.
Este jueves los comentarios de Trump empujaron a las acciones de la empresa a la baja, un 3.5%, mientras que los mercados, en particular el Nasdaq, de gran peso tecnológico, ganaron terreno.
Intel fue fundada en 1968, al comienzo de la revolución de los ordenadores personales, y tuvo gran dominancia en el mercado de los ordenadores personales. Pero no aprovechó el cambio tecnológico hacia la computación móvil desencadenada por el lanzamiento del iPhone de Apple en 2007.
Su éxito se fue eclipsando progresivamente por las potencias asiáticas TSMC y Samsung, que dominan el negocio de semiconductores fabricados por encargo.
También se ha rezagado en la irrupción de la inteligencia artificial, un campo en el que los chips fabricados por Nvidia se han convertido en el producto más atractivo de la tecnología.
Intel está despidiendo a miles de trabajadores y recortando gastos —incluidas algunas capacidades nacionales de fabricación de semiconductores— mientras Tan intenta revivir la fortuna del fabricante de chips en apuros.
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