Descubren variante más agresiva y contagiosa del VIH: una advertencia para la pandemia de covid-19
Científicos identificaron una variante más contagiosa y severa del virus de inmunodeficiencia humana ( VIH) que causa el sida.
El hallazgo, publicado en la revista Science recientemente, sirve de recordatorio de que los virus no necesariamente se hacen menos peligrosos al evolucionar, una concepción errónea que se repite con frecuencia durante la pandemia del coronavirus, especialmente en el contexto de la variante ómicron.
“Incluso después de 100 años contagiando a los humanos, el VIH todavía tiene la capacidad de evolucionar y cambiar”, dice a NPR Joel Wertheim, profesor de medicina de la Universidad de California en San Diego, quien escribió un análisis a propósito de este descubrimiento.
Allí recalca que es “relevante para la pandemia del covid-19”, pues no está garantizado que el SARS-CoV-2 evolucione a una enfermedad más benigna como los otros coronavirus asociados al resfriado común.
“Nunca debemos subestimar el potencial de la evolución viral. Que este estudio sirva para contrastar que la afirmación de que los virus inevitablemente evolucionar para ser más benignos”, subraya.
La nueva variante del VIH es más transmisible y agresiva, pero responde al tratamiento
Se le conoce como variante VB y, según los científicos de la universidad de Oxford que la identificaron, ha demostrado ser más transmisible y agresiva en personas no sometidas al tratamiento que tienen mayor carga viral en la sangre y son de dos o tres veces más susceptibles a desarrollar SIDA (enfermedad causada por el VIH) más rápido que quienes se contagian con otras variantes del virus.
El VIH es un virus que ataca el sistema inmunitario destruyendo los linfocitos cd4 (o T4) y si no se trata puede causar el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (sida) y hasta provocar la muerte.
La buena noticia es que la nueva variante del VIH responde a las pruebas de detección y los tratamientos existentes con una tasa de supervivencia similar.
“ El peor de los casos sería la aparición de una variante que combine alta virulencia, alta transmisibilidad y resistencia al tratamiento. La variante que descubrimos tiene solo las dos primeras de estas características”, dice Chrys Wymant, investigador principal de la Universidad de Oxford, quien hace énfasis en que “nadie debe alarmarse” por la noticia.
Pero sí es esencial que haya un diagnóstico temprano, para que la terapia con antirretrovirales comience cuanto antes.
Si esta mutación se identifica en países con poco acceso a la medicación, “podríamos ver más gente con enfermedad avanzada mucho más rápido”, advierte a NPR Adeeba Kamarulzaman, presidente de la Asociación Internacional del SIDA, quien no estuvo involucrado en el estudio.
La variante VB del VIH fue identificada en el marco del proyecto BEEHIVE en 109 personas VIH positivo, la mayoría de ellas en los Países Bajos.
Se cree que surgió en Holanda a finales de los 80 y 90, donde circuló pasando desapercibida hasta ahora en gran parte debido a que la secuenciación genética de personas con VIH es relativamente reciente.
¿Qué significa este hallazgo para la pandemia de covid-19?
La gran moraleja que se desprende de este descubrimiento es una que ya los científicos conocen: no hay certezas ni garantías de que el coronavirus -ni cualquier otro virus- necesariamente evolucionará para hacerse menos letal.
El fin de la pandemia del SARS-CoV-2 no está escrito en piedra y si bien ómicron está asociada a una enfermedad menos severa, no necesariamente será el caso de futuras variantes.
“Es importante no asumir que definitivamente ómicron será el final de la evolución del SARS-CoV-2”, explica David Robertson, virólogo de la Universidad de Glasgow en un artículo publicado en The Guardian donde se aclara que “la evolución viral no es una calle de un solo sentido. Ómicron no provino de delta y delta no evolucionó de Alpha” y que todo es “mucho más errático e impredecible que eso”.
“Es una falacia que los virus o patógenos se hacen más leves. Si un virus puede seguir propagándose y causar mucha enfermedad, lo hará”, agrega.
Otro ejemplo de ello es el ébola, que se ha hecho más letal para los humanos.
La lucha contra el VIH/sida lleva décadas (y no termina)
Cuarenta años después de que se reportaran los primeros casos de sida en el mundo, la lucha contra el VIH -un virus que ha matado a más de 34 millones de personas- no termina.
Se estima que en 2020 hubo un millón y medio de nuevos contagios y más de 680mil muertes asociadas a la enfermedad, según la Organización Mundial de la Salud.
Según un informe de ONUSIDA se proyecta que habrá más de 7 millones de muertes relacionadas con esta enfermedad en la próxima década si no se toman medidas drásticas.
A diferencia del nuevo coronavirus, hasta ahora no hay una vacuna contra el VIH debido a la “continua e implacable replicación del virus” que está “evolucionando continuamente dentro de una sola persona infectada para estar un paso delante de las respuestas inmunitarias”, explica en un artículo publicado en The Conversation el profesor de la Universidad de Miami Ronald C. Desrosiers.
Moderna acaba de anunciar el inicio en EEUU de ensayos clínicos de fase 1 de una vacuna experimental contra el VIH con mRNa.
Pero por suerte sí hay pruebas de detección y tratamientos que permiten que el SIDA ya no implique una sentencia de muerte.
En el caso del SARS-CoV-2 la humanidad ya dispone de importantes herramientas para cercarle el paso: pruebas de detección, máscaras, vacunas y hasta terapias con antivirales.
Su asombrosa capacidad para evolucionar hace que la aparición de futuras variantes -especialmente mientras siga circulando a gran escala- esté garantizada.
¿Serán las próximas más o menos letales? Es la gran pregunta -y también el gran riesgo-.