Cómo el covid-19 llevó a que los hispanos sufrieran el peor descenso en la esperanza de vida en EEUU
Otra estadística revela los estragos de la pandemia en Estados Unidos y sus disparidades: en 2020 la expectativa de vida se redujo en año y medio, el declive más pronunciado que se ha visto desde la Segunda Guerra Mundial. Y lo que es peor: esa alarmante cifra palidece cuando se le compara con la registrada en los hispanos, para los que asciende a tres años, el peor descenso de todos los grupos demográficos.
El coronavirus es el gran culpable, según se desprende del reporte publicado esta semana por los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades.
Más de 3.3 millones de personas murieron en Estados Unidos durante 2020, 11% de ellas por el covid-19.
La enfermedad fue responsable del 90% del declive de la expectativa de vida para los hispanos, mucho más que el 68% reportado para los blancos y el casi 60% para los negros. Un evidente indicador de las grandes disparidades que hay en el sistema donde los grupos minoritarios carecen de buen acceso a atención médica y tienen trabajos de baja remuneración que los obligaron a continuar trabajando durante los peores picos del coronavirus, advierte un reportaje de Associated Press.
“Sabemos que la educación, estatus legal, posición económica y otros factores afectan más la salud de una persona que sus propias condiciones médicas”, dice a Univision Noticias Alexa Mieses, médico de familia en Durham, North Carolina.
Una caída “catastrófica”
La expectativa o esperanza de vida es un promedio de los años que se esperaría que viva un niño que nazca en determinado año y refleja el estado de salud general del país.
En 2020, esa cifra promedio fue de 77 años 3 meses, menor que la de 2019 que se ubicó en los 78 años 8 meses. Una caída que expertos como Mark Hayward, sociólogo de la Universidad de Texas, catalogan como “básicamente catastrófica”. No había sido tan baja desde el año 2003.
Durante mucho tiempo estuvo es ascenso hasta 2014 cuando se redujo como consecuencia de la epidemia de opioides y se estancó por varios años hasta descender a 78 años en 2019 y ahora a poco más de 77.
Y, aunque posiblemente vuelva a subir, no ocurrirá en el corto plazo. Incluso si las muertes por covid-19 se redujeran en 2021 ahora que hay vacunas disponibles, efectos sociales y económicos dejarán una huella difícil de borrar.
“ No podemos. En 2021 no podemos volver a la expectativa de vida pre-pandemia”, dice a Associated Press, Noreen Goldman, investigadora de la Universidad de Princeton.
Más longevos, pero cada vez menos
Históricamente los hispanos han tenido una esperanza de vida mayor que los otros grupos demográficos en Estados Unidos, algo que se considera ‘paradoja epidemiológica’ pues no se correlaciona con las desventajas socioeconómicas que enfrentan.
Una de las razones que se cree los han ayudado a desafiar esas probabilidades adversas son hábitos más saludables y una red de apoyo social protectora.
La tendencia se mantuvo incluso durante la pandemia, pero la brecha se está haciendo cada vez menor, lo que es una señal del empeoramiento de las condiciones que afectan su salud.
“Los latinos tuvimos una ventaja en la mortalidad durante un tiempo. Era una cosa en la que nos iba bien”, comenta al Washington Post Myriam Torres, profesora de epidemiología de la Universidad de Carolina del Sur, quien considera las cifras actuales “desalentadoras”.
La expectativa de vida para los hispanos pasó de 81 años 8 meses en 2019, a 78 años 8 meses en 2020, la más baja registrada desde que se comenzó a calcular para este grupo hace 15 años.
Para Torres, factores como la falta de recursos para protegerse de los contagios, el nivel de exposición al coronavirus en su lugar de trabajo, dependencia del transporte público y dificultades en el acceso a pruebas, tratamientos y vacunas han incidido en el declive.
Recuperar esos años perdidos no será fácil, advierten expertos como ella.
El coronavirus “reveló las profundas inequidades raciales y étnicas a la salud y no creo que nos recuperaremos de eso. Pensar que simplemente nos recuperaremos es ingenuo”, recalca Mary T Bassett, ex comisionada de salud de Nueva York, al New York Times.
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