Renuncia el secretario de gobernación de Puerto Rico y asegura que recibió amenazas
El secretario de gobernación de Puerto Rico, Ricardo Llerandi, anunció este martes su renuncia, presionado por las multitudinarias protestas dentro y fuera de la isla, con las que miles de personas le exigen al gobernador Ricardo Rosselló que dimita.
"En esta coyuntura histórica me corresponde anteponer sobre cualquier consideración el bienestar de mi familia", escribió en la misiva que dirigió a Rosselló y en la que informa que abandonará sus funciones el 31 de julio.
"Las amenazas recibidas las puedo tolerar como individuo, pero nunca permitiré que afecten mi hogar. Mi esposa y mis hijos son todo para mí. Ese es mi deber principal", se lee en la carta que fue compartida en la cuenta de Twitter del senador Eduardo Bhatia.
"Los últimos días han sido sumamente difíciles para todos", reconoció. "No va a haber Puerto Rico que gobernar si no damos el paso ahora", agregó, al citar la respuesta que le dio el propio Rosselló en 2013 cuando le explicó por qué aspiraba a la gobernación.
Los puertorriqueños tienen casi dos semanas protestando tras la revelación de un chat de Telegram en el que Rosselló y su equipo cercano se mofan tanto de opositores como de aliados del oficialismo. En una de estas conversaciones, por ejemplo, el gobernador llamó "putas" a dos opositoras reconocidas.
Pero esas conversaciones son apenas la punta del iceberg de un descontento acumulado por años por la corrupción que se ha perpetuado gobierno tras gobierno, un manejo económico que llevó la isla a la quiebra y por la respuesta de la administración actual a las miles de muertes ocasionadas por el huracán María en 2017.
Y las manifestaciones no han cesado. Al grito de "Ricky, renuncia ya", decenas de miles han mantenido la presencia en las calles.
La del lunes fue la mayor marcha que se ha visto contra Rosselló tras el arresto de altas exfuncionarias de su gobierno. Los manifestantes siguieron en las calles pese a la lluvia que cayó ese en San Juan. Esta protesta también ha sido considerada la más grande en la historia moderna de Puerto Rico.
En un aparente intento por bajar la presión que lo tiene cada vez más aislado y que proviene inclusive de senadores como Elizabeth Warren, Rosselló renunció este domingo a la presidencia de su partido, el Nuevo Progresista, y a su aspiración de ir a la reelección en 2020. Pero se resistió a abandonar la gobernación pese a presión que se mantiene en las calles y en redes sociales.
Este martes, Rosselló anunció decisiones de gobierno en su cuenta de Twitter al tiempo que se negaba a hablar de una dimisión: "He permanecido atento y en silencio a las manifestaciones realizadas como parte del derecho de la ciudadanía a su libre expresión", escribió.
Para evaluar los mecanismos de una posible destitución, el presidente de la Cámara de Representantes, Carlos Méndez, conformó la semana pasada un equipo de abogados que analizarán si las conversaciones de Rosselló pudieran ser catalogadas como un delito. De eso dependerá que puedan recomendar la activación por primera vez del mecanismo de destitución enmarcado en la Constitución de Puerto Rico.
Tanto la Cámara Alta como la Baja en la isla, están controladas por el oficialismo. Aunque algunos legisladores de su propio partido le han pedido la renuncia, no está claro si una medida de este tipo tiene los votos suficientes. Los partidos de la oposición, el Popular Democrático y el Independentista, no lo lograrán solos.