Falla intento de expulsar del Congreso a George Santos, el representante acusado de robo de identidad y de tarjetas de crédito

El congresista George Santos sobrevivió este miércoles a la votación para quitarle su escaño dentro de la Cámara de Representantes gracias a que la mayoría de los republicanos votó en contra de expulsarlo mientras continúa tanto su juicio penal como la investigación del Comité de Ética.

El esfuerzo por expulsar a Santos del Congreso fue liderado por sus compañeros republicanos de Nueva York, deseosos de distanciarse del congresista que inventó su historia de vida, sus logros académicos y laborales y que además está acusado de robar a donantes, mentir a la Cámara y recibir subsidios de desempleo que no merecía.

El congresista republicano Anthony d'Esposito, también elegido por Nueva York y apoyado por otros colegas, introdujo la resolución para expulsar a Santos del Congreso, sin embargo, no obtuvo los dos tercios de los votos necesarios.

Los partidarios ni siquiera lograron una mayoría simple, ya que la gran mayoría de los republicanos y más de 30 demócratas votaron en contra de la expulsión de Santos. La votación final fue de 179 a favor de la expulsión y 213 en contra.

Minutos antes de la votación, Santos escribió en X (antes Twitter): “A todos los que han preguntado, estoy bien y tranquilo… Me defenderé lo mejor que pueda y defenderé mis derechos constitucionales al debido proceso y a la presunción de inocencia hasta que se demuestre mi culpabilidad”.

“Esto no es el final del camino para mí”, agregó.

El Congreso rara vez ha recurrido al castigo más extremo a su disposición. La Cámara solo ha expulsado a cinco miembros en su historia: tres durante la Guerra Civil y dos tras ser condenados por cargos de corrupción pública. Sería pionero que la Cámara expulsara a Santos antes de que se resolviera su caso en el tribunal federal.

Santos se declaró inocente

La semana pasada, Santos -hijo de migrantes brasileños , se declaró inocente de las acusaciones federales, que incluyen el robo de identidades de donantes y de imputarles gastos fraudulentos en sus tarjetas de crédito.

Al congresista de 35 años también se le acusa de fraude electrónico y blanqueo de dinero, así como de cobrar prestaciones de desempleo a las que no tenía derecho durante la pandemia de coronavirus, antes de su elección al Congreso.

La Comisión de Ética de la Cámara inició una investigación sobre Santos en febrero y aún no ha hecho pública ninguna determinación ni conclusión.
Los líderes del panel dijeron este martes que el comité anunciará su "próximo curso de acción" el 17 de noviembre.

Pese a su historial, Santos seguirá formando parte de la Cámara. La semana pasada escribió en X que no ha despejado su oficina, que no piensa dimitir y que tiene derecho al proceso debido "y no a un resultado predeterminado como algunos están buscando".

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