Dimite el ministro de Planificación brasileño: la luna de miel sólo le dura 11 días a Temer

Romero Jucá anunció este lunes su dimisión menos de dos semanas después de tomar posesión por una comprometedora grabación en la que sugería “frenar” las operaciones anticorrupción por el caso Petrobras.

La divulgación de una grabación acabó con la dimisión del ministro de Planificación, Romero Jucá.
La divulgación de una grabación acabó con la dimisión del ministro de Planificación, Romero Jucá.
Imagen Fernando Bizerra Jr. / EFE

Si alguien esperaba una “luna de miel” o tregua política por el cambio de Gobierno en Brasil, la realidad ha tardado apenas 11 días en desmentirlo. Menos de dos semanas después de tomar posesión, uno de los nuevos ministros anunció su salida del Ejecutivo por una grabación comprometedora en la que sugería “frenar” las operaciones anticorrupción.

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Y no un político cualquiera, sino uno de los colaboradores más próximos del presidente interino, Michel Temer: el ministro de Planificación Romero Jucá.

La primera crisis del Gobierno Temer estalló a primera hora de este lunes, aunque en realidad comenzó a gestarse hace más de dos meses. Fue entonces cuando se grabó la conversación protagonizada por Romero Jucá, que en aquellos días era senador y después fue nombrado ministro de Planificación, un cargo de gran influencia en el área económica.

El diálogo, por tanto, se produjo antes de la votación del proceso de impugnación (o impeachment) de Dilma Rousseff. En la grabación, Jucá sugirió que la caída de la presidenta y su sustitución por Temer servirían como una especie de “pacto” entre la clase política para “frenar la sangría” de la Operación Lava Jato, que investiga el escándalo de corrupción en la compañía semiestatal Petrobras.

Dilma Rousseff, durante su alocución tras la votación del Senado brasileño que la retira temporalmente del poder.
Dilma Rousseff, durante su alocución tras la votación del Senado brasileño que la retira temporalmente del poder.


Para los aliados de Dilma, ahora en la oposición, esas y otras frases similares serían la confirmación de que existe un acuerdo entre bastidores para poner fin a las investigaciones contra los políticos una vez superado el impeachment.

Tras la divulgación de la transcripción en el periódico Folha de S. Paulo, el ministro se defendió inicialmente con el argumento de que no se refería a “frenar” la lucha anticorrupción, sino la crisis económica. Horas más tarde, sin embargo, Jucá volvió a comparecer ante los medios de comunicación para anunciar que abandona el Gobierno para regresar al Senado.

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Con más de 20 años de experiencia parlamentaria, Jucá estaba considerado como uno de los hombres clave de Temer para acelerar la aprobación de su agenda económica en el Congreso. Durante las dos últimas décadas ha ejercido como portavoz en el Senado de los Gobiernos de Fernando Henrique Cardoso, de Luiz Inácio Lula da Silva y de la propia Dilma Rousseff, hasta 2012.

Sin luna de miel

La rapidez de su caída, cuando él y los demás ministros todavía estaban instalándose en sus nuevos despachos, confirma las previsiones de que la crisis política está muy lejos de terminar en Brasil. A diferencia de lo que suele ocurrir con los Gobiernos recién llegados, el de Temer no disfrutará ni 100 días de paz. Tanto que llegó al poder el día 12, y el 23 se ha abierto su primera grieta.

Antes de conocerse la grabación de Jucá y su renuncia al cargo, el presidente en funciones ya había tenido que apagar unos cuantos fuegos provocados por sus propias decisiones o por errores de cálculo político.

Michel Temer, presidente interino de Brasil
Michel Temer, presidente interino de Brasil
Imagen Igo Estrela/Getty Images


Así ocurrió cuando anunció que eliminaría el Ministerio de Cultura, alegando la necesidad de reducir la “máquina pública”, y una avalancha de artistas se le vino encima. Después de días de protestas que llegaron hasta el festival de Cannes en Francia, la presión de artistas de fama internacional como el cantante Caetano Veloso o el actor Wagner Moura ( Narcos), Temer se vio obligado a dar marcha atrás. La cultura seguirá teniendo su propio ministerio, como sucede desde 1985.

Otra cesión de Temer se produjo con la elección del portavoz del Gobierno en la Cámara de los Diputados. El presidente interino quería colocar a un aliado de su entorno, pero un amplio bloque parlamentario le impuso otro nombre la semana pasada. El escogido finalmente es André Moura, integrante del mismo partido que algunos de los diputados más ultraconservadores de Brasil, como el militar Jair Bolsonaro o el pastor evangélico Marco Feliciano.

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Pero sobre todo, el nuevo líder parlamentario del Gobierno es conocido por su fidelidad a Eduardo Cunha, el presidente de la Cámara que fue suspendido de su mandato precisamente por bloquear investigaciones de corrupción. El propio Moura es sospechoso en la Operación Lava Jato y hasta en un intento de asesinato.

Para completar su turbulento inicio de gestión, Temer fue recibido este lunes en los pasillos del Congreso entre gritos de “golpista” y “traidor de la República”. Después de más de cinco años como vicepresidente de Dilma, la nueva oposición no le perdona su papel en la interrupción del mandato conquistado en las urnas. Para el Partido de los Trabajadores (PT) y sus aliados de izquierda, que ocuparon el poder desde 2003 hasta hace sólo unos días, la disputa política no ha hecho más que comenzar.

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