El “delito” de ser refugiado cubano

"Los legisladores cubanoamericanos, que deberían liderar su defensa, suelen guardar silencio sobre su odisea. Los que son republicanos, para no poner en peligro las prebendas del poder que comparten con su presidente antiinmigrante. Los que son demócratas, para no desempolvar la arbitraria decisión que condenó a estos cubanos y que tomó un presidente de su partido".

Inmigrante cubana.
Inmigrante cubana.
Imagen Getty

Mientras esperaba un vuelo a Miami en el Aeropuerto George Bush Intercontinental de Houston el otro día, escuché por casualidad el testimonio escalofriante de un joven cubano que acababa de salir de un centro de detención de inmigrantes en Luisiana.

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Lo habían arrestado al cruzar la frontera con México y pasó seis meses encerrado allí. Describía a familiares y amigos un verdadero infierno de maltratos por parte de agentes carcelarios, reyertas entre reclusos, violaciones sexuales, pobre alimentación y la desesperanza de personas como él que, según opinaba, tienen un reclamo legítimo de asilo.

Ese joven es apenas uno de miles que huyen de la misma espantosa dictadura de la que antes escapamos millones de cubanos. La más larga, sistemática y despiadada en la historia de nuestro hemisferio, si exceptuamos la época colonial. Pero, a diferencia de nosotros, el gobierno de Estado Unidos ahora les da la espalda, intenta impedir que ingresen al país y, si lo hacen, los trata como parias, encarcelándolos y en muchos casos deportándolos sin mayores miramientos a un tercer país y lo que resulta más grave, a Cuba, donde típicamente sufren represalias por haber “desertado”, típica figura delictiva de las dictaduras totalitarias.

Miles de refugiados cubanos malviven en albergues, posadas y hoteluchos de mala muerte en la frontera de México con Estados Unidos, expuestos a los abusos de traficantes humanos y funcionarios corruptos. Durante el año fiscal que terminó en octubre, 21,000 se presentaron a agentes federales en los cruces fronterizos entre ambos países, tres veces más que los que lo hicieron el previo año fiscal.

A algunos los han liberado y aguardan audiencias judiciales. Pero muchos otros permanecen en manos de la Agencia de Inmigración y Aduanas, ICE, sin que se les reconozca el derecho de asilo por haber huido de una tiranía que en esencia vive del odio a Estados Unidos, un odio que además exporta a otros países latinoamericanos.

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La absurda idea de cerrar la frontera
Jorge Ramos

&quot;Modernizarse y prepararse. Este es el camino para un cambio. No más muros y cierres fronterizos (...) La pregunta crucial es si, de verdad, Estados Unidos quiere seguir siendo un país de inmigrantes. Ahora es el momento de demostrarlo&quot;. <br/>

La Florida merece una política migratoria equilibrada y justa
Daniel Morcate

&quot;DeSantis correctamente considera que la Florida confronta un problema de inmigración que debe atenderse. Pero muchas de sus propuestas solo servirían para alimentar temores irracionales de los floridanos a los inmigrantes y castigar duramente a personas que ya han sufrido el trauma de abandonar a la fuerza sus países de origen y de viajar en condiciones precarias; y a aquellos floridanos que buscan brindarles un aterrizaje blando en nuestro estado&quot;.

Esto no es una invasión
Jorge Ramos

&quot;Ya estamos advertidos: los inmigrantes seguirán llegando y en números muchos más grandes cuando se levante el Titulo 42 (que ha permitido las deportaciones exprés). Así que es preciso estar preparados. (...) Al final de cuentas saltarse el muro, como lo acabo de presenciar, es lo más fácil de todo&quot;.

Del simbolismo y las promesas hay que pasar a la acción en el tema migratorio
Maribel Hastings y David Torres.

&quot;Biden está entre la espada y la pared. Por un lado, la mayor parte de los asuntos que intenta resolver mediante acciones administrativas y ejecutivas está trabada en los tribunales, como el caso del Título 42. Entretanto, las políticas que ha implementado no han caído bien entre muchos sectores pro inmigrantes por considerar que son una extensión de las nefastas políticas de su antiinmigrante antecesor, Donald Trump&quot;.

El ala extremista republicana se empieza a devorar a sí misma
Maribel Hastings y David Torres.

&quot;Esa confrontación entre radicales peligrosos hace pensar en una catástrofe política republicana, pues aunque alguna de las dos facciones fracasara, se prevé de antemano que nada los hará ceder sobre el tipo de país que quieren diseñar a partir de ahora, lo que nada tiene que ver con el Estados Unidos que ha apostado por la diversidad sustentada en la democracia&quot;.<br/>

Donald Trump en la boleta de noviembre
Daniel Morcate

&quot;El exmandatario está presente en el discurso radical y a menudo violento de algunos candidatos, activistas y simples ciudadanos. Está en las denuncias y los temores a ese discurso y la violencia que este genera entre personas influenciables o mentalmente perturbadas&quot;.

Razones insuficientes
Julio Túpac Cabello

&quot;Las poblaciones a las que les toca abandonar su tierra para hacerse de una vida casi siempre son marginales en el sentido literal de la palabra: han quedado al margen: de la economía, de sus propiedades, de la educación, de la bancarización. Por una guerra cruenta, por una dictadura miserable, por una pobreza estructural que lo deja sin horizonte&quot;.

Razones insuficientes

Opinión
3 mins
Solo un acuerdo bipartidista este año puede salvar a los dreamers
Astrid Silva y Erika Andiola.

&quot;El presidente Biden probablemente evitará la deportación en masa de los beneficiarios de DACA y los dreamers, o eso esperamos. Pero incluso si estas se evitaran en los próximos años, el presidente Biden deberá volver un proyecto en ley en vez de intentar establecer otro programa temporero que probablemente será detenido por los tribunales, tal y como parece ser su actualización de DACA&quot;.

Esta terrible situación comenzó cuando el presidente Obama eliminó la política de pies secos, pies mojados que reconocía el derecho de los cubanos a refugiarse de la tiranía que sufre su país si pisaban suelo estadounidense. Obama tomó la decisión como parte de un oscuro trueque con el régimen de la familia Castro.

Y como lo hizo a fines de 2016, apenas días antes de que Donald Trump asumiera la presidencia, le dio un regalo inesperado al mandatario republicano. Ese regalo, moralmente deleznable y políticamente torpe, le ha permitido a Trump presumir de anticastrista mientras continúa enviándole a la dictadura sus víctimas indefensas.

Suficiente para granjearse el apoyo de algunos cubanoamericanos que al parecer no reparan – o no les importa - la cruel contradicción.

Muchos de los cubanos encarcelados dicen que prefieren morir a ser devueltos a la isla cárcel de Cuba. Y algunos lo están demostrando de forma trágica. Roylan Hernández Díaz, de 43 años, se suicidó hace unas semanas en el Centro Correccional Richwood de Luisiana, el mismo en el que permaneció encerrado el joven compatriota al que conocí en Houston.

Hernández había hecho infructuosamente una huelga de hambre para llamar la atención sobre su encierro prolongado e injusto. Otros dos cubanos se cortaron las venas en el Centro de Procesamiento del Condado de Otero en Nuevo México también en octubre, según denuncia la organización cívica Freedom for Immigrants. Ambos, por fortuna, sobrevivieron.

Pero otros amenazan con imitarles si no se les pone en libertad mientras se tramitan sus peticiones de asilo político. Y en diversos centros de detención los cubanos preparan ayunos de protesta.

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La arbitrariedad que padecen estos refugiados es tal que en septiembre un juez federal la denunció y criticó a ICE en Luisiana por negarles sistemáticamente la libertad condicional mientras solicitan asilo.

El juez James E. Boasberg ordenó al Departamento de Seguridad Nacional y a ICE restablecer el proceso para los solicitantes de asilo en ese estado. “La negación de la libertad bajo palabra a legítimos aspirantes al asilo pone de relieve la brutalidad de nuestro sistema migratorio”, declaró a raíz del fallo judicial Bruce Hamilton, abogado de la Unión Norteamericana para las Libertades Civiles que presentó la demanda a nombre de los refugiados. Las autoridades no han acatado la orden del juez.

El gobierno del presidente Trump comete una grave injusticia con los refugiados cubanos presos. Los trata como sospechosos del improbable delito de huir de la dictadura castrista y buscar amparo en un país libre y democrático.

Los legisladores cubanoamericanos, que deberían liderar su defensa, suelen guardar silencio sobre su odisea. Los que son republicanos, para no poner en peligro las prebendas del poder que comparten con su presidente antiinmigrante. Los que son demócratas, para no desempolvar la arbitraria decisión que condenó a estos cubanos y que tomó un presidente de su partido.

Mientras tanto, la situación de los detenidos se hace cada vez más precaria y desesperada. Activistas advierten que “más hombres se cortarán las venas y un gran número de personas se declararán en huelga de hambre”. Si en efecto eso sucede, será un desastre humanitario que pesará sobre las conciencias de funcionarios electos que en principio podrían y deberían evitarlo.

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Nota: La presente pieza fue seleccionada para publicación en nuestra sección de opinión como una contribución al debate público. La(s) visión(es) expresadas allí pertenecen exclusivamente a su(s) autor(es). Este contenido no representa la visión de Univision Noticias o la de su línea editorial.