Las protestas que desencadenó la muerte de George Floyd a manos de la policía de Minneapolis están entre las más prolongadas en la historia moderna de Estados Unidos, superadas en duración e intensidad solo por las de los derechos civiles en los años 1960. Los manifestantes, que como entonces son de todos los colores, edades y extracción social, están llenando el vacío de liderazgo que ha dejado el presidente Trump en este momento crucial.
Claves para entender las protestas por la muerte de George Floyd
"Los manifestantes, en su inmensa mayoría, también reclaman un cambio de liderazgo nacional en noviembre porque el presidente Trump ha demostrado ser no solo indiferente al sufrimiento de las minorías étnicas y los vulnerables, sino un instigador de los abusos en su contra".


Y también lo están llenando dirigentes de los grandes partidos de Estados Unidos que a ellos se han sumado, especialmente desde que las protestas retomaron el carácter pacífico, pero firme, con que comenzaron y que un puñado de oportunistas trató de mediatizar con actos de vandalismo y saqueos.
¿Por qué protestan tan sostenida y enérgicamente millones de personas? veo que se preguntan algunos compatriotas blancos. No es buena señal que todavía muchos se hagan la pregunta, a veces con el ceño fruncido y sin denotar humildad por el privilegio que históricamente ha dado el ser blanco en este país. Pero, de cualquier modo, vale la pena contestarles porque su pregunta podría obedecer al deseo de comprender lo que ya saben.
Los manifestantes protestan, en primer lugar, con el objetivo inmediato de garantizar que se les haga justicia a Floyd y a su familia, incluyendo a su hija de seis años que proclama “mi padre cambió el mundo”, mezclando en su inocencia un deseo legítimo con la realidad escabrosa de la discriminación racial y la injusticia social que padecen muchos.
En pleno siglo 21, es rara la ocasión en que un policía paga por tratar brutalmente a un afroamericano o a un hispano en este país. Por consiguiente, la meta es cerciorarse de que los cuatro encausados respondan por la muerte violenta de Floyd, especialmente el agente Derek Chauvin, a quien filmaron cámaras de teléfonos móviles encajando la rodilla en el cuello del afroamericano durante ocho minutos y 46 segundos mientras la víctima se lamentaba en vano de que no podía respirar. Por eso, los manifestantes gritan en inglés “ no justice, no peace”, sin justicia no habrá paz.
Pero los manifestantes también exigen que no haya más víctimas de la brutalidad policial como Floyd. De modo que, en segundo lugar, reclaman leyes y reformas a los departamentos de policía del país que desalienten el matonismo y enfaticen el carácter de veladores de la ley y el orden que tienen los policías en cualquier sociedad civilizada. Muchos agentes comparten este objetivo fundamental, como atestigua el creciente numero de ellos que se han solidarizado con Floyd y los manifestantes.
Como parte de este objetivo, los líderes de las manifestaciones proponen educar mejor a los aspirantes a policía, adiestrarles bien, equiparles adecuadamente para que puedan hacer su trabajo sin recurrir a tácticas abusivas y enseñarles a ser disciplinados y transparentes, por ejemplo, llevando identificación y cámara en sus uniformes.
Algunos departamentos de policía han instituido estas reformas. Pero muchos permanecen reacios a los cambios. Es el caso de la policía de Minneapolis que ahora encara una investigación de derechos civiles y una reestructuración profunda. Esto no significa que desaparecerá como agencia policial, como lamentan los apologistas del abuso policíaco, sino que se transformará de manera obligatoria.
Los manifestantes, en su inmensa mayoría, también reclaman un cambio de liderazgo nacional en noviembre porque el presidente Trump ha demostrado ser no solo indiferente al sufrimiento de las minorías étnicas y los vulnerables, sino un instigador de los abusos en su contra.
Su reacción a la muerte violenta de Floyd ha sido alimentar los temores y el fanatismo racista de los blancos que lo siguen ciegamente, ordenar el uso de militares contra civiles estadounidenses y burlarse del sufrimiento y la angustia de los afroamericanos, afirmando con cinismo inaudito que Floyd “debe de estar mirando desde allá arriba y diciendo que es algo grande lo que le está pasando al país, algo grande para él (sic)” en referencia al descenso de la tasa de desempleo la semana pasada.
Finalmente, los manifestantes expresan que detrás de la violencia que le costó la vida a Floyd está la incapacidad de muchas personas de ver a los negros y a otras minorías como seres humanos. Las redes sociales rebosan de ejemplos gráficos de racistas de todo pelaje que insultan, maltratan, golpean y disparan sobre afroamericanos e hispanos. Por eso, los manifestantes recuerdan que otro cambio profundo que hace falta es el del corazón y la mente de las personas que se sienten inseguras hacia los que son diferentes, que los resienten hasta el punto de odiarlos, deshumanizarlos y hacerles daño.
Esa actitud solo puede mejorar si los líderes del país dan buenos ejemplos. Y si cada ciudadano hace la debida introspección y cesa de predicar y practicar la intolerancia y la discriminación raciales en su centro de trabajo o de estudios y en su propio hogar.
La muerte violenta de Floyd puede inspirar cambios significativos que mejoren nuestra convivencia. O por el contrario caer en el olvido, como sucede con las matanzas con armas de fuego. Eso depende de todos y cada uno de nosotros.
Nota: La presente pieza fue seleccionada para publicación en nuestra sección de opinión como una contribución al debate público. La(s) visión(es) expresadas allí pertenecen exclusivamente a su(s) autor(es). Este contenido no representa la visión de Univision Noticias o la de su línea editorial.








