Contra el odio y el racismo
Ellas van a protestar a Washington DC: “Esta marcha nos levantó el espíritu”
Este viernes salieron en autobuses más de 50 mujeres de Fort Lauderdale, Florida, que llegarán el sábado a las 8:00 de la mañana a Washington DC, justo antes de que comience la concentración. Muchas de ellas son hispanas y llevan semanas reuniéndose para pintar pancartas y organizar su participación en la Marcha de las Mujeres. Aquí cuentan por qué decidieron emprender ese largo viaje.


Paula Muñoz coordinó los autobuses que están llevando mujeres desde Fort Lauderdale hasta Washington DC. De su grupo viajarán 550 personas, de las cuales 55 harán el recorrido por tierra. “Queremos mandarle el mensaje al Congreso de que hay millones de mujeres que los están mirando y que deben tomar decisiones que representen a la comunidad”, comentó mientras pintaba pancartas con el nombre de Broward, el condado donde reside, para mostrar en la manifestación.
Le preocupa que el país se divida. “Me asusta la sociedad que despertó Trump durante su campaña. Despertó el racismo y muchos sentimientos de odio que la gente tenía callados y que ahora sienten que tienen el derecho a mostrar”, dice.
En su día a día trabaja con inmigrantes de Latinoamérica y del Caribe y quiere marchar por ellos. “Esta marcha nos levantó el espíritu. Me conmueve mucho oír cómo las personas dicen cómo los ayudó después de que se sentían desesperanzados por el triunfo de Trump”, añade.

Por los inmigrantes
Nahil Carranza considera que la marcha no es específicamente contra Trump y le inquietan los asuntos de inmigración y raza. “Los inmigrantes están preocupados de si podrán volver a casa por miedo a ser deportados o de ser asesinados en la calle. Eso desgasta psicológicamente. No creo que nadie tenga que vivir con ese miedo. No deberíamos quedarnos en silencio”.
Carranza nació en Lima y la trajeron a Estados Unidos cuando tenía nueve meses. Su familia más cercana no apoya que vaya a la marcha, pero acudirá con amigos y primos. “Mi mamá me dijo: Nahil eres inmigrante y ya eres ciudadana, basta con eso. Sé que me quiere proteger pero solo porque tengo papeles no significa que me tengo que olvidar de mi comunidad. Yo la entiendo porque yo no tuve que pasar por lo que ella tuvo que pasar para obtener la nacionalidad. Soy privilegiada”.

Por sus ancestros
Mica Jordan tiene meses recolectando dinero junto a sus dos hijos para ayudar a algunas mujeres que querían ir a la marcha, pero no tenían cómo. Empezaron el 17 de noviembre y consiguieron más de 400 dólares tocando puerta por puerta de las casas de su condado.
“Los de Trump no son mis valores. Estoy en contra de todo lo que Trump apoya. No puedo secundar a la opresión. Mis ancestros pagaron un precio para que nosotros viviéramos como lo hacemos hoy en día. No podemos retroceder. No puedo deshonrar su sacrificio”, comentó. Una de las cosas que más preocupa a Jordan es el futuro del Affordable Care Act, mejor conocido como Obamacare. “Mi seguro médico viene de mi empleador, pero eso no hace que no me afecte que lo eliminen. Todo el mundo debería poder ir al doctor, al dentista. No tiene ningún sentido que sea de otra manera”, añadió.

Por el ambiente
Maria Galla es profesora sustituta y dice que la del sábado será su décima marcha. Fue a la universidad en Boston y en 1967 acudió a muchas protestas contra la guerra de Vietnam. Después vinieron las manifestaciones por los derechos de las mujeres en los setenta y una marcha en Washington en 2005 para oponerse a la guerra en Irak. “Es maravilloso que haya libertad de expresión, que podamos hacer esto, es maravilloso que todavía tenga salud para hacerlo, pero es muy triste que todavía haya estos problemas y tengamos que seguir saliendo a las calles”, comentó.
Una de las preocupaciones principales de Galla es el costo que algunas políticas de Trump pueden tener en el medio ambiente. También la volatilidad de su carácter. “Recuerdo la amenaza de guerra nuclear y no son temas que se puedan tomar a la ligera. Trump quiere poner en riesgo la civilización. De eso no es de lo que se trata este país. Creo que somos mejores que eso”, añadió.

Por las más jóvenes
Carla Adams nació en Lima Perú, pero se crió en Nueva York desde que tenía cinco años y vive en Florida desde 1997. Tiene una hija de 12 años, que también va a ir la marcha. “Ella y yo somos feministas. Mi hija tiene tiene toda la vida por delante y sus derechos no se los van a quitar. Nadie tiene derecho a decirle que es lo que tiene que hacer con su cuerpo. Desde muy chiquita le he enseñado que hay que ser fuerte”, dijo. La noche en que perdió Hillary Clinton llamó a su hija por teléfono desde un viaje de trabajo y lloraron juntas. “Conté todos los votos y veía cada estado rojo y rojo y no podía creer lo que estaba pasando, pero después me compuse y le dije: ‘no importa, vamos a seguir luchando’”.
Adams dedicará la marcha a su sobrina lesbiana. “La quiero y adoro y no quiero que nadie le diga que ella no puede amar a quien ama”, agregó.
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