Asciende a 28 la cifra de víctimas por la explosión en instalación de Pemex

Familias provenientes de distintas zonas se arremolinan en los accesos principales del Complejo Petroquímico Pajaritos, habilitado como morgue para la identificación de los fallecidos.

Los funerales de Luis Fernando Hernández, una de las víctimas de la explosión.
Los funerales de Luis Fernando Hernández, una de las víctimas de la explosión.
Imagen EFE/Ángel Hernández


Rescatistas localizaron cuatro cuerpos más en una de las zonas dañadas por la explosión en una planta petroquímica del sureste de México, con lo cual la cifra de fallecidos aumentó a 28, informó el viernes la empresa estatal Petróleos Mexicanos (Pemex).

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La compañía señaló en un comunicado que aún hay algunos trabajadores desaparecidos, aunque no precisó la cifra, y sólo refirió que faltan algunas áreas de la planta por revisar. Antes de la más reciente información, eran ocho las personas que aún no habían sido encontradas.

Pemex indicó que hasta el momento se habían identificado a 25 de los 28 fallecidos y que todavía permanecían en hospitales 18 personas.

El reconocimiento de las víctimas

Mientras, familias provenientes de distintas zonas del sureste de México se arremolinan en los accesos principales del Complejo Petroquímico Pajaritos, habilitado como morgue para la identificación de los fallecidos en la explosión del miércoles pasado.

Saben que deben recorrer un verdadero infierno para ubicar a sus seres queridos. Por eso, cuando atraviesan la puerta, su vida pende de un hilo.

Lo primero a lo que se enfrentan, según relatan quienes ya lo vivieron, son fotografías marcadas con un número y con la imagen de un rostro destrozado por el fuego que debe concordar con el familiar extraviado.

El impacto es inmediato. Pero tras horas y días de buscar en hospitales, Pajaritos sigue siendo la esperanza de encontrar los restos y, al menos, despedirse de las víctimas y dejarlas descansar en una tumba.

No es tarea sencilla. Después del impacto de ver las fotos y tratar de reconocer alguna seña, viene la peor parte.

Los familiares son trasladados a un segundo cuarto en que hay bolsas negras que contienen los restos de aquellos hombres trabajadores y honestos que se ganaban la vida por 1,400 pesos (equivalentes a 80 dólares) semanales en el complejo.

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Los peritos abren con cuidado la bolsa para descubrir la verdadera imagen de la tragedia, y si no hay dudas que se trata del que buscaban, entonces se inician las pruebas de laboratorio para confirmar la identidad; un proceso largo y doloroso.

La explosión la tarde del miércoles en Coatzacoalcos, a unos 600 kilómetros al sureste de la Ciudad de México, dejó a más de 130 personas heridas, aunque la mayoría ya fueron dadas de alta.

La planta es operada por la empresa Petroquímica Mexicana de Vinilo, una asociación de la compañía privada Mexichem y Pemex. Ahí se hace cloruro de vinilo, un producto químico peligroso que se utiliza para fabricar tuberías de PVC.

Las autoridades creen que la explosión ocurrió después de una fuga, aunque se desconoce la razón específica.

Los cuerpos de rescate no habían podido ingresar a algunas áreas porque la temperatura aún era muy elevada.

Pemex señaló el viernes que se han utilizado drones en la búsqueda y que se espera que en las próximas horas utilicen maquinaria pesada para remover algunos materiales, además de que se recurrirá a por lo menos dos perros para rastrear la zona.