Llevaba las manos en alto cuando le dispararon y quedó paralizado: el caso de un niño de 13 años baleado por la policía de Chicago

El niño fue trasladado de urgencias al hospital con lesiones graves en la espina dorsal y también en el esófago. Ahora intenta recuperarse, pero está paralizado. La familia ha impuesto una demanda contra la policía. Estas son las claves del caso.

Video Revelan video del policía que disparó contra un niño y lo dejó paralítico en Chicago

El pasado 18 de mayo la policía de Chicago protagonizó una persecusión a un auto que creía que se trataba de un vehículo robado el día anterior. Un menor viajaba como pasajero del auto sospechoso, y en un momento se bajó y echó a correr, antes de ser abatido por la policía.

En un gasolinera, el adolescente de apenas 13 años y cuya identidad solo ha sido mencionada como A.G., intentó darse la vuelta y subir los brazos, como para entregarse, pero fue entonces cuando un policía le disparó.

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El niño fue trasladado de urgencias al hospital con lesiones graves en la espina dorsal y también en el esófago. Fragmentos de bala se quedaron incrustados en su espalda. Ahora intenta recuperarse, pero está paralizado.

"No puede caminar, no puede levantarse, no puede ir al baño, no puede conseguir su propia comida, o sea, su vida cambió para siempre”, dijo a CNN uno de sus abogados, Andrew Stroth.

La familia del niño ha interpuesto una demanda contra el Departamento de Policía de Chicago y la Oficina de Responsabilidad Policial de Chicago está llevando a cabo una investigación de los hechos.

Estas son las claves del caso:

El menor estaba desarmado y puso las manos en alto

Familiares y abogados del adolescente aseguran que el chico tenía las manos en alto en el momento en que la policía le disparó.

El video de una cámara corporal de uno de los agentes que participaron en la persecución muestra que en los últimos segundos el menor disminuyó la velocidad e intentó girarse y levantar las manos, como haciendo un gesto de rendición. Pero justamente en ese momento el policía decide dispararle.

“Sus manos estaban arriba, no había justificación para que el oficial disparara”, declaró Stroth a CNN, una información que algunos testigos de los hechos confirman.

En uno de los videos de las cámaras corporales de los policías se escucha a una persona gritar "¡Tenía sus malditas manos arriba!" y otro testigo dijo a un canal local que el joven "tenía las manos en alto". "Vi al policía correr hacia ese niño y comenzar a dispararle, no tenía arma ni nada”, declaró.

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El joven estaba desarmado. La propia policía admitió que no habían encontrado ningún arma en la escena.

El policía disparó tres veces tras supuestamente confundir un celular con un arma

El policía que disparó en tres ocasiones contra el menor ha sido identificado como Noah Ball. Según su abogado, creyó que el joven tenía un arma y le estaba apuntando, por lo que en fracciones de segundo tomó la decisión de disparar.

Pero en la escena, con el menor herido en el suelo, solo hallaron sangre y un teléfono celular grande, que al parecer, fue lo que el policía confundió con un arma de fuego.

El abogado del policía, Timothy Grace, busca enfocar su defensa en lo que sintió y/o pensó su cliente en ese momento, a quien, en una parte de los videos recuperados se le escucha decir "¡Suelta el arma!", "¡Muéstranos tus malditas manos!" o ¡"Él tiene una maldita arma!". De esta forma, el abogado busca justificar que el policía vaciara su pistola de servicio en un joven que corría de espaldas, alegando que sintió que era una amenaza real para él y sus compañeros.

Sin embargo, abogados y familiares del niño cuestionan incluso que el menor haya tenido el celular en la mano y argumentan que no hay ningún video que lo pruebe. También cuestionaron que se hubiera realizado la persecución. “Si todo lo que se necesita es que alguien huya de la policía para justificar un tiroteo, tenemos problemas reales en esta ciudad y en este país”, dijo a CNN Steven Hart, otro de los abogados de la familia del menor.

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"Estaba en un vehículo robado y se escapó. Él se escapó. ¿Y eso justifica recibir un disparo en la espalda y quedar paralizado de la cintura para abajo?", dijo por su parte Stroth, el otro abogado.

El policía que disparó no llevaba su cámara encendida

Si bien la persecusión se ha podido ver gracias a las cámaras corporales de otros policías, la de Ball en ese momento no estaba encendida y no se activó hasta aproximadamente 40 segundos después de que terminó el tiroteo.

Según su abogado, la cámara se apagó sin darse cuenta, pero los abogados del menor dicen que el error es un fallo imperdonable. Para Hart, los agentes están capacitados para eso. "Deben activar sus cámaras y depende de ellos hacerlo. Nadie más puede hacerlo", dijo a CNN.

Cuando vuelve la grabación de la cámara de Ball, se le escucha preguntarle a otro agente si llevaba su cámara encendida y cuando el oficial responde que sí, él dice: “Bien, bien”.

Durante el tiroteo, a través de otras cámaras corporales se escucha y se ve a uno de los agentes que se tira al suelo y luego se acerca al adolescente y pregunta "¿Hay alguien herido?", antes de notar que el menor había recibido el impacto. "Maldita sea, consigue una ambulancia", dice al percartarse de lo ocurrido.

Los policías mueven al herido de lugar

El menor de 13 años fue abatido por un policía en una gasolinera. Poco después, dos policías lo levantaron por la sudadera y las piernas y lo alejaron del lugar en donde había caído herido inicialmente, muy cerca de una bomba de gasolina.

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David Brown, superintendente de la policía de Chicago justificó la acción diciendo que el joven había sido apartado del lugar por precacución ya que habían disparado muy cerca de los surtidores de gasolina.

Sin embargo, los abogados del adolescente aseguran que los agentes "lo arrastran" sin tener en cuenta su condición y que había sufrido una herida grave en la espalda. El menor ha quedado paralizado.

Los antecedentes de persecusiones mortales de la policía de Chicago

Ball, el policía que disparó contra el niño, fue puesto bajo licencia administrativa por el momento y se le retiraron sus poderes policiales mientras se desarrolla una investigación. No ha habido cargos.

Un crítico informe sobre los procedimientos y persecuciones de la policía de Chicago, elaborado en 2017, llevó a que se aprobara un plan supervisado por una corte para reformar el departamento. Entre las principales transformaciones estaba justamente una larga lista de requisitos a tener en cuenta por la policía antes de embarcarse en una persecución por la calle contra algún sospechoso. La nueva política debería haberse implementado desde el otoño del año pasado, pero el departamento no cumplió con esa fecha.

De haberse implementado esta política, asegura la demanda que ha interpuesto contra la policía de Chicago la familia del adolescente, el menor probablemente no estaría paralizado hoy.

Críticas similares surgieron recientemente tras otros dos casos que tuvieron gran repercusión en Chicago: la muerte a tiros tras una persecución de Adam Toledo, también de 13 años, y de Anthony Alvarez, de 22. Varias protestas se desataron en la ciudad tras los asesinatos, sin embargo, no ha habido arrestos ni se presentaron cargos contra los policías.