No es fácil hablar con un niño sobre racismo. Cuando ocurren sucesos como la muerte de George Floyd a manos de la Policía de Minneapolis, es difícil tocar el tema de la violencia, la muerte, el racismo estructural. A algunos padres les preocupa exponer a sus hijos a estos temas a una edad temprana y evitan hablar sobre ello.
"Hey, si alguien te maltrata, tienes derecho a decir algo": cómo hablar con niños del tema incómodo del racismo
Hablar de racismo es un tema que toca tanto a familias de minorías raciales como a familias blancas. Y pese a que es un tema dificil de tratar, tanto en las escuelas como en casa, el silencio no es opción porque sin ese diálogo es posible que los niños se formen solos.

"Las conversaciones sobre racismo y discriminación serán diferentes para cada familia. Si bien no existe un enfoque único para todos, la ciencia es clara: cuanto antes los padres inicien la conversación con sus hijos, mejor", señala un reporte de UNICEF, el fondo de la ONU enfocado en la infancia.
El informe indica que los bebés notan diferencias físicas como el color de la piel desde los 6 meses y que tan pronto como a los 5 años, los niños pueden mostrar signos de sesgo racial, como tratar a las personas de un grupo racial de manera más favorable que al otro.
Por eso, teniendo tal información en mente, UNICEF advierte que "ignorar o evitar el tema no es proteger a los niños, sino dejarlos expuestos" ante el racismo que, lejos de ser un problema superado en la historia, es una realidad actual.
En la escuela
"Uno de los más grandes desafíos que enfrenta nuestro sistema educativo es la renuencia a nombrar el racismo como un problema", señala a Univision Noticias la especialista en Educación, Ronda Taylor Bullock.
Bullock es la cofundadora de la organización We Are (Somos) basada en Durham, Carolina del Norte, que trabaja para extender una educación antirracista. "Tenemos algunos sistemas escolares que hablan de equidad, pero no quieren hacer el trabajo incómodo de encontrar cuáles son esas desproporciones y trabajar en políticas (correctivas)", añade la educadora.
Además, mientras que la segregación racial en la educación estadounidense empezó a ser abolida desde mediados de los años 50, investigaciones señalan que las escuelas públicas permanecen desiguales.
"Más de la mitad de los estudiantes del país se encuentran en distritos racialmente concentrados, donde más del 75% de los estudiantes son blancos o no blancos", según The New York Times. Eso se suma a que los distritos escolares suelen estar también separados por ingresos, lo que divide al estudiantado por clase social.
En el libro Why Are All the Black Kids Sitting Together in the Cafeteria? (¿Por qué están todos los niños negros sentados juntos en la cafetería?) la psicóloga Beverly Tatum señala que las escuelas estadounidenses "están más segregadas que en 1980" en casi todo el país, excepto en la Costa Oeste, tomando en cuenta el porcentaje de estudiantes negros que asiste a escuelas que tienen el "80% y 90%" de estudiantes que no son blancos.
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De racismo, ni hablar
Ronda Taylor Bullock destaca que en muchas escuelas se dictan clases de diversidad o inclusión, pero no que no se trabaja dentro de un "marco de referencia" de antirracismo. "Porque el antirracismo no es algo que se pueda trabajar en una clase sino en un marco en el que nuestras escuelas deberían trabajar desde el principio", detalla.
Y aunque muchos estudiantes aprenden sobre las luchas históricas raciales en Estados Unidos y la segregación, el racismo como realidad actual está en gran parte ausente en las escuelas.
"Se cuenta una historia encubierta y lavada en la que la supremacía blanca está rampante, pero no la nombramos", afirma.
La segregación, la inequidad, el racismo o la discriminación son temas delicados e incómodos para estudiantes y maestros, independientemente de su raza, origen étnico o situación económica.
Bullock, quien es afroamericana, observa que la falta de conversación sobre esta realidad en parte se relaciona con que los educadores, especialmente los blancos, pueden ser "más reticentes" a hablar del tema porque es incómodo. "Creo que muchos educadores temen que los culpen" por generar estas conversaciones y "muchas personas en puestos de liderazgo tampoco se mueven en esa dirección por esa incomodidad", explica.
"¿Estamos priorizando el temor de los educadores de no tener esta conversación o estamos priorizando el dolor de estos niños quienes son desproporcionadamente lastimados por el racismo en las escuelas?".
¿Qué pasa en casa?
Más allá de que el tema no se toque todo lo que debería en la escuela, los expertos comparten en que el silencio en casa no es una opción.
Las claves para hablar en familias con niños pertenecientes a minorías están en reafirmar en su identidad racial a los niños y hablar de esos temas sensibles siempre de acuerdo a la edad para poder prepararlos.
Además de trabajar en We Are, Bullock y su esposo son padres de una niña y un niño. La familia es afoestadounidense y el racismo es un tema de conversación. Señala que para que sus hijos se sientan seguros con su identidad ellos buscan "rodearlos con imágenes que los reafirmen y de leerles libros en los que se vean a ellos mismos".
"Hablamos de racismo. Con lecturas adecuadas para un niño, hablamos de lo que significa la palabra segregación, lo que significa el racismo y cómo a veces la gente blanca maltrata a la gente negra y a los mestizos porque tienen cuestiones con el color de nuestra piel, sobre la supremacía blanca y también conectamos en esas conversaciones con el movimiento de Black Lives Matters", dice.
Bullock señala que en esas charlas su hijo ha sido capaz de decirle que en aquellas épocas de segregación en las escuelas "su amigo blanco no habría podido estar en el mismo salón que él".
"De ese modo, ayudarlo a entender que esto es mucho más que ‘gente siendo mala’, sino que muchas veces son leyes las que hacen ese maltrato. Porque la segregación fue una ley. Entonces tratamos bajar estos tema para que ellos los puedan entender".
¿Y qué hacer cuando suceden eventos violentos como el de la muerte de George Floyd? En general, la experta consultada y las recomendaciones en guías educativas coinciden en que un niño no debería ver videos de sucesos como como ese brutal episodio, pero que, siempre teniendo en cuenta la edad de los niños, se puede abordar el tema de los excesos de la Policía y que eso "está mal".
"'Hey, si alguien te maltrata, tú tienes el derecho a decir algo' y tratamos de hacerles entender que no hay nada malo con el color de su piel, sino más bien puede haber algo con la familia del niño que lo maltrató basado en el color de piel", apunta.
Guías: ¿qué decir a los niños?
Hablar de racismo no es solo un tema de familias de minorías. Es necesario que familias con niños y niñas blancas desarrollen un diálogo sobre el tema, porque, ante el silencio, es posible que la realidad y el mundo los formen a ellos.
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Para criar niños lejos del racismo, las guías sugieren tratar de convertirse en el ejemplo tratando de desafiar los estereotipos e incluyendo, por ejemplo, consumo cultural que incluya a protagonistas y héroes de color.
Con los niños más pequeños se puede hablar de las injusticias que sufren las personas por su color de piel, ya que ellos entienden el concepto de justicia. Cuando se acercan a la adolescencia se les puede hablar de los sistemas que propician esas desigualdades.
Como adultos, celebrar la diversidad y las diferencias en el color de piel: "Hacerle saber a los niños que no hay nada de malo en las características físicas diferentes, hablar sobre los aspectos positivos de ser diferente y también de las similitudes en todos los grupos raciales", explica esta guía labrada por psicólogas infantiles del Nationwide Children's Hospital, un centro pediátrico basado en Columbus, Ohio.
Libros
Muchas organizaciones tienen programas, recursos y guías para encontrar desde libros con protagonistas negros hasta consejos. Una es la RESilience Initiative de la Asociación Estadounidense de Psicología (APA), otra es Common Sense Media, que tiene una lista de libros con protagonistas de diferentes razas.
Los libros suelen ser buen punto para comenzar una conversación. Bullock señala a Univision Noticias que su organización tiene campamentos de verano en los que trabajan con niños sobre racismo y usan libros, imágenes y videoclips para enseñar sobre raza y racismo.
"Cada día usamos libros particulares para tener una conversación concreta", cuenta. "Por ejemplo, el primer día, con los más pequeños, nos enfocamos en pronunciar correctamente los nombres de la gente. Así comenzamos a trabajar en la importancia de la identidad... no vamos directamente al tema de racismo".
Bullock cuenta que en el campamento usan el libro llamado My Name Is Sangoel (Mi nombre es Sangoel). Sangoel es un niño refugiado de Sudán que viene a vivir a Estados Unidos y cuando comienza la escuela todos pronuncian mal su nombre y lo renombran. Para enseñarle a sus compañeros cómo pronunciar su nombre usa una camiseta y dibuja un Sol y un arco de fútbol ('Sun' y 'Goal', en inglés que suena similar a Sangoel).
"Una de las cosas que hacemos con ellos es ayudarlos a entender que necesitamos aprender a pronunciar los nombres de la gente y también hablamos de cómo responder cuando alguien no pronuncia tu nombre correctamente o intenta rebautizarte, lo cual es algo que le sucede a muchos niños alrededor de los 7 años. Entonces hacemos un juego de roles para ayudarlos con eso", explica.
La razón por la que hacen este juego y usan este libro es porque así pueden comenzar a hablar sobre identidad y cómo renombrar a una persona está vinculado con el racismo histórico.
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