Los nuevos puertorriqueños de Florida que pueden darle la victoria a Clinton
KISSIMMEE, FLORIDA -- Puede parecer una escena de lo más mundana, pero lo que sucede cada mañana a las puertas del supermercado Unidos en una modesta zona residencial de Kissimmee, Florida, influye poderosamente en la elección entre Hillary Clinton y Donald Trump.
Allí cinco empleadas de Mi Familia Vota dan la bienvenida todos los días a los clientes, ofreciéndoles que se registren para votar.
Muchos aquí son puertorriqueños como los jubilados Gabriel Rodríguez y Carmen Delgado, que llegaron a Florida hace un año siguiendo a familiares que forman parte del éxodo desatado por la crisis económica en la isla. Nunca han votado en una elección presidencial, pero desde el momento en que establecen residencia en el territorio continental estadounidense adquieren ese derecho.
La pareja de jubilados tiene clara su preferencia por Clinton, que coincide con la de la mayoría de entrevistados. "Estamos con ella porque necesitamos a gente que respalde a nuestra raza", dice Rodríguez.
Estos boricuas del éxodo - unos 200,000 nuevos en Florida desde 2012, según el gobierno de la isla- podrían traer un aluvión de votos decisivo en un estado usualmente reñido. Las cifras de registro de votantes más recientes son prometedoras para Clinton, según un análisis de Univision Noticias y Cifras y Conceptos.
Datos halagüeños para Clinton
No sabemos cuántos de los nuevos votantes inscritos son puertorriqueños porque las estadísticas de la División de Elecciones del Departamento de Estado de Florida no llegan a detallar el origen nacional, pero si examinamos la raza de los inscritos en los condados que han recibido más boricuas, podemos tener una idea aproximada.
Así, los condados de la zona centro han experimentado este año un fuerte crecimiento de votantes registrados de origen hispano. En Orange, donde está la ciudad de Orlando, un 37% de los 39,568 votantes que se inscribieron entre el 16 de febrero y el 1 de agosto eran hispanos. En Osceola, donde se encuentra Kissimmee, los hispanos supusieron un 71.6% de los 9,380 nuevos inscritos en ese período.
Los datos de nuevos registros indican una clara inclinación por los demócratas - En Orange un 53% de todos los nuevos inscritos entre esos meses son demócratas; en Osceola esa cifra asciende hasta un 73.3%.
La preferencia por los demócratas no debe sorprender si se tiene en cuenta que los puertorriqueños establecidos en el territorio continental llevan décadas favoreciéndoles en elecciones de todo tipo.
En 2012, el crecimiento del número de puertorriqueños en la zona central de Florida contribuyó a la ajustada victoria en el estado de Barack Obama. Una encuesta a boca de urna de Bendixen & Amandi mostró que el presidente demócrata se impuso a su rival republicano Mitt Romney por 87%-13% entre los boricuas de Florida. Otro sondeo de intención de voto de la Florida International University, daba un porcentaje algo más bajo estimando que dos de cada tres votaron por Obama.
La evolución de los registros de hispanos en esos dos condados en los últimos cuatro años también augura mejores noticias para los demócratas (0.5% más en Osceola y 0.6% menos en Orange) que para los republicanos (2.2% menos en Osceola y 1.7% menos en Orange) aunque muestra que lo que más crece es el número de independientes (1.7% más en Osceola y 1.9% más en Orange).
Si los boricuas siguen llegando y votando demócrata, Florida podría dejar de ser un estado indeciso y convertirse en feudo demócrata. La comunidad ya superó el 1.1 millón de residentes, según una estimación del gobierno puertorriqueño compartida con Univision.
Por ahora el estado sigue siendo un campo de batalla reñido, según las últimas encuestas. La media de las más recientes da a Clinton una ventaja que oscila entre dos y tres puntos.
También entre los puertorriqueños de la zona, algunos dicen que votarán por Trump. El pastor Hilario Pérez es uno de ellos. Dice estar familiarizado con los éxitos empresariales del republicano porque vivió en Nueva York durante más de 30 años. Él sería muy bueno para los hispanos porque crearía mucho trabajo", dice Pérez.
"Sabor a pernil"
Pero Clinton y los demócratas no deberían dar por hecho que estos boricuas se movilizarán por ellos. Una cosa es rellenar un formulario que te ofrecen a la puerta del supermercado, y otra distinta es tomarse el tiempo de ir a hacer fila en un precinto el día de la votación.
Las trabajadoras de Mi Familia Vota y de otros grupos no partidistas que trabajan en la zona centro de Florida dicen que se enfrentan a retos para convencer de la importancia de votar a los venidos recientemente de Puerto Rico.
Entre esas barreras se encuentran el desconocimiento de un sistema electoral complejo, el desinterés, el desencanto con los políticos -a quienes muchos culpan de sus penurias- y la priorización de problemas cotidianos como encontrar un trabajo o escolarizar a los hijos.
"Algunos te dicen 'no tengo tiempo para esto, tengo dos trabajos'", dice Jeamy Ramírez, una de las empleadas de Mi Familia Vota a las puertas del supermercado Unidos.
"Hay quien te dice que lo que hay no sirve, pero tratamos de reorientarlos", dice Meilin Rivera de Hispanic Heritage, grupo que registra votantes en el popular Melao Bakery de Kissimmee.
Estudios han mostrado que la extraordinariamente alta participación de los boricuas en la isla decae mucho cuando se trasladan al resto del territorio estadounidense. Por eso está en cuestión si esa apatía continuará en esta elección.
El barbero John Crespo, que lleva en Florida más de diez años, dice que solo votó una vez en su vida y fue en Puerto Rico cuando tenía 18 años. "No me llama la atención, la verdad", explica, "se lo dejo a los demás".
Jimmy Torres, fundador del grupo Boricua Vota, atribuye la apatía de los suyos en parte a la cultura política estadounidense. "Aquí las campañas son sosas o no saben a nada. Por eso creamos Boricua Vota, para darles sabor a pernil", dice Torres.
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Al más puro estilo isleño, Boricua Vota organizó el sábado una caravana por Kissimmee. Querían animar a votar por los candidatos boricuas en las primarias para carreras locales y estatales del martes.
Pero los problemas de algunos recién llegados para votar tienen una solución algo más compleja. Hay boricuas que no pueden inscribirse porque no tienen una dirección fija. Viven en moteles, carros o en la calle.
Jorge Rivera, un camarero de 34 años de Melao Bakery, querría votar por Clinton para evitar una victoria de Trump. Pero no podrá hacerlo, explica: "Estoy en un motel y me tengo que ir el martes".
Contribuyó reportando Federica Narancio
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