Una mujer californiana que cumple una condena a cadena perpetua por asesinar a su propia madre ahora encabeza una acusación criminal por presuntamente cometer un fraude por al menos dos millones de dólares que obtuvo por beneficios del seguro de desempleo entregados durante la pandemia.
Cumplía cadena perpetua y aun así siguió cometiendo delitos desde la cárcel: robó $2 millones al gobierno de California
Una red delictiva liderada por una reclusa obtuvo un millonario botín cometiendo fraude al programa que ayudó económicamente a quienes perdieron su empleo por el coronavirus, según la Fiscalía federal.

Natalie Le Demola, de 37 años y originaria de Corona, lideró un grupo de 13 defraudadores que usaron identidades robadas, algunas de reos, para solicitar la ayuda gubernamental sobre todo en la segunda mitad del año 2020, aseguran fiscales federales.
En 2005 Demola fue declarada culpable por el asesinato en primer grado en agravio de su madre y un juez la sentenció a pasar el resto de su vida en la cárcel. Ella está en una prisión estatal y se espera que pronto sea transferida a custodia federal para responder a este nuevo proceso judicial.
La supuesta conspiración describe 150 actos delictivos, incluido obtener información personal de los reclusos que, en algunos casos, con la ayuda de un funcionario no identificado del Departamento de Correccionales y Rehabilitación de California (CDCR). Ese oficial no ha sido mencionado en este caso.
Varios acusados enfrentan cargos de conspiración, fraude bancario y robo de identidad agravado. Los primeros dos delitos conllevan una condena de hasta 30 años de prisión y el último de dos años.
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Cinco inculpados fueron arrestados por agentes federales este martes y otros seis seguían fugitivos hasta la publicación de esta nota. El resto, incluyendo Demola, ya estaban bajo custodia.
Esta reclusa y sus cómplices obtenían nombres, fechas de nacimiento y números de Seguro Social de sus víctimas para solicitar el seguro de desempleo a nombre de estas personas. El gobierno detectó que algunos no eran elegibles para dicho beneficio porque tenían trabajo, eran jubilados o estaban en prisiones.
“Una vez que se aprobaron las solicitudes, los miembros de la conspiración recibieron una tarjeta de débito financiada por el EDD (Departamento de Desarrollo de Empleo, una agencia del gobierno estatal) que les permitió retirar dinero de cajeros automáticos en todo el sur de California”, señala un comunicado del Departamento de Justicia.
Según la acusación, la principal cómplice de Demola era Carleisha Neosha Plummer, de 32 años y residente de Los Ángeles, quien ha sido descrita como su “colaboradora cercana” en prisión hasta que obtuvo la libertad condicional en julio de 2020. Plummer volvió a la cárcel el martes.
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