"No supervisaré ejecuciones": con orden ejecutiva el gobernador de California suspende la pena de muerte

En una decisión que ya comenzó a generar divisiones en la esfera política a nivel nacional, el gobernador Gavin Newsom firmó una orden ejecutiva que suspende de manera inmediata la aplicación de la pena de muerte en California. La acción le perdonará la vida, de manera temporal, a 737 prisioneros que actualmente se encuentran en el llamado “Pabellón de la muerte” de la cárcel de San Quintín.

Desde el martes por la noche la oficina del gobernador dio a conocer extractos del discurso que Newsom pronunció este miércoles por la mañana, en el que hizo referencia al "fallido" sistema de justicia que "discrimina" a los acusados que pertenecen a las minorías, principalmente a los negros e hispanos, así como a los que padecen de problemas de salud mental.

“Nuestro sistema de pena de muerte ha sido un fracaso. Matar a una persona de manera intencional está mal. Como gobernador, no supervisaré la ejecución de ningún individuo”, dijo el gobernador.

La respuesta del presidente Donald Trump no se hizo esperar. Como es construmbre, Trump emitió su postura a través de Twitter y calificó la orden ejecutiva como un "desafío contra los electores".

"El gobernador de California suspenderá la pena de muerte y ejecuciones de 737 asesinos despiadados. Los amigos y familiares de las víctimas, que siempre son olvidadas, no están entuciasmados, ni yo tampocó", escribió el presidente en la red social.

Newsom explicó que la suspensión de la pena de muerte estará vigente por el mismo tiempo que dure su administración, lo que abre la posibilidad de que un futuro gobernador le vuelva a dar luz verde a las ejecuciones. Además de la moratoria sobre la pena capital, la firma de esta medida ejecutiva elimina la administración de la inyección letal como parte del protocolo en San Quintín y ordena el cierre inmediato de su cámara de ejecuciones.

Aunque se trata de una decisión polémica a toda vista, el gobernador de California tiene la facultad de actuar de manera unilateral para frenar la pena de muerte de manera temporal en el estado debido a que no se estará conmutando ninguna sentencia entre los reos, una acción que requeriría un acuerdo validado por la Corte Suprema del estado. De acuerdo con su administración, el “Pabellón de la muerte” de San Quintín representa además una enorme carga para los contribuyentes.

Le decisión del gobernador se da después de que en 2012 y 2016 los votantes de California rechazaron una serie de medidas para eliminar la pena capital en el estado. Hace tres años, los electores se inclinaron a favor de aprobar la Propuesta 66, que buscaba acelerar las ejecuciones de los reos condenados a muerte mediante la agilización de sus procesos de apelación.

Un pabellón en desuso

California es uno de los 31 estados de EEUU que mantiene vigente la pena capital para los reos condenados a muerte, sin embargo, la última ejecución en la cárcel de San Quintín ocurrió hace más de una década. Clarence Ray Allen, un hombre diabético de 76 años, fue el último reo que recibió la inyección letal en el 2006, más de 20 años después de ser encontrado culpable por un triple homicidio.

Actualmente unos 737 reos se encuentran en el “Pabellón de la muerte” de esta prisión ubicada al norte de San Francisco. En los últimos años decenas de reos en espera de su ejecución han muerto por suicidios o de causas naturales.

Aunque California alberga a una cuarta parte de los prisioneros condenados a muerte en todo el país, desde 1978, cuando se reinstauró la práctica, solo se han realizado 13 ejecuciones. A la fecha unos 25 reos han agotado todos sus recursos legales para evitar recibir la inyección letal en San Quintín, sin embargo, más de un juez federal ha determinado que la práctica es inconstitucional y mientras los casos están en revisión, las ejecuciones se suelen prolongar por años e incluso décadas en medio de un mar de retos legales.

Según datos oficiales del estado, desde 1978 California ha gastado más de 5,000 millones de dólares en el programa que mantiene viva la pena capital. Tan solo en el año 2010, el “Pabellón de la muerte” recibió una inyección de capital de 853,000 dólares para renovar el equipo que hasta la fecha no ha sido utilizado.

Inocentes condenados

Los opositores a la pena de muerte, incluyendo al gobernador Gavin Newsom, argumentan que la práctica suele estar rodeada de discriminación y disparidades raciales. Desde mediados de los años 70’s más de 150 reos han sido exonerados por condenas erradas, muchos de ellos hombre negros y de origen hispano.

Uno de los casos más recientes en California fue el de Vicente Benavides Figueroa, un inmigrante mexicano que pasó 25 años en el corredor de la muerte por un crimen que no cometió. A finales de 1991 fue acusado de violar a la niña Consuelo Medina, de 21 meses de nacida, causándole serias heridas internas que provocaron su muerte.

Un jurado lo encontró culpable de la muerte de esa bebé, con las agravantes de violación, sodomía y actos lascivos, por lo que en junio de 1993 fue sentenciado a la pena capital.

La revisión del caso que hicieron los abogados del Centro de Recursos Habéas Corpus (HCRC) reveló las inconsistencias del caso, por lo que la Suprema Corte de Justicia de California anuló la condena a Benavides al considerar que fue basada en evidencia falsa y que el acusado no recibió asistencia legal adecuada.