Jesús Contreras Benítez, el michoacano que encontró la muerte mientras podaba árboles en California
REDWOOD CITY, California. – Jesús Contreras Benítez, un podador de árboles que encontró la muerte al caer en una trituradora de ramas mientras trabajaba en Menlo Park, era parte del llamado “otro Michoacán”, un grupo de inmigrantes originarios de ese estado mexicano que decidieron cruzar la frontera hacia el norte para buscar el “sueño americano”.
Datos de la Secretaría de Gobierno de Michoacán estiman que, de los 10 millones de personas registradas en el Registro Civil del estado, casi la mitad vive en Estados Unidos. Los estados de California y Texas, así como la ciudad de Chicago, son los que más michoacanos reciben.
El pasado 11 de octubre, equipos de emergencias acudieron a socorrer a un trabajador de jardinería que sufrió un accidente laboral, pero no pudieron hacer nada para salvarlo. Se trataba de Jesús, quien llevaba más de 20 años trabajando en la poda de árboles y era todo un experto en este oficio.
“No le gustaba hacer las cosas mal, siempre (hacía) todo hasta la perfección, siempre les corregía a sus amigos, a alguien que miraba: ‘eso no se hace así’... procuraba hacerlo todo bien, como era, precavido”, cuenta en entrevista Guadalupe Villalobos, la pareja con la que crio a tres hijos, dos mujeres y un varón.
Jesús Contreras llegó a EEUU para ayudar a sus padres
Como muchos inmigrantes, Jesús dejó su natal Michoacán para buscar el “sueño americano” y poder ayudar a su familia. Aunque su pareja y sus hijos residen en la Bahía de San Francisco, sus padres continúan en aquel estado del sureste mexicano y aún dependían de él económicamente.
“Él por lo que vino fue por ayudar a sus padres, que siempre dijo, ‘yo los voy a ayudar. Yo yéndome para allá, los voy a apoyar en lo que yo pueda’”, cuenta Guadalupe sobre una de las principales motivaciones que Jesús tenía para continuar en los Estados Unidos.
Según narra Guadalupe, la mamá de su pareja vendía cenas en México, mientras que su papá atendía un depósito de cervezas. Pero el anhelo de Jesús era que ambos dejaran de trabajar y por eso, mes con mes, les enviaba un apoyo económico.
“A su mamá la quitó de vender cenas. Le dijo ‘ya estás muy grande’. ‘Mijo, yo puedo’, le respondía (su mamá)”, explica Guadalupe. Pero Jesús nunca quitó el dedo del renglón: “‘Mamá, ya trabajaste mucho, ya te mereces descansar. Yo te voy a ayudar, yo por eso me vine… yo trabajo para ustedes. Si ustedes ya nos sacaron, yo los voy a apoyar y yo, mientras Dios me dé licencia, los voy a estar apoyando’. Y así lo hizo”, relató su pareja.
En Estados Unidos, Jesús y Guadalupe criaron juntos a tres hijos. El menor de ellos es hijo biológico de ambos, y aunque cuando se unió a su pareja ella ya tenía a dos niñas, las cobijó como si fueras propias.
“No estuvimos casados, nomás en unión libre los 23 años. Él a ellas las miraba (como hijas) y ellas a él le llamaban: mi papá”, señaló Guadalupe.
Sus seres queridos lo recuerdan como un hombre dedicado a su familia, que disfrutaba montar bicicleta, jugar con su nieto de 4 años y educar a sus hijos para que siempre fueran personas de bien. También destacaron fue "un padre, abuelo, esposo y amigo amoroso", siempre con una voluntad de ayudar a los demás y muy enfocado a su familia.
“Lo recuerdo como alguien que siempre quería hacer las cosas bien, y aunque como cualquier padre, regañaba, (también) era cariñoso, alguien que siempre bromeaba, y más que nada siempre estuvo ahí cuando lo necesitábamos. Es una gran pérdida para nosotros, es el único padre que nosotros tuvimos en nuestra vida y pues lo vamos a extrañar”, dijo su hija en entrevista con Noticias Univision 14.
La última vez que el podador de árboles salió de su hogar
Como todas las mañanas, Jesús Contreras se preparaba para salir a desempeñar su oficio como podador de árboles. Llevaba más de 21 años en ese trabajo.
Guadalupe, su pareja de más de dos décadas, le preparó su almuerzo. Cuando dieron las 7 am, su usual hora de salida, se despidieron sin saber que sería la última vez que se verían.
“Agarró su mochila y se la colgó. ‘Adiós, ya me voy’, me dijo, y yo le decía ‘adiós’, y me daba mi beso. Le dije ‘Dios te acompañe’. Y ya se fue esa mañana. Nunca pensé que iba a ser la última vez”, contó entre el llanto Guadalupe en entrevista con Noticias Univision 14.
Guadalupe siguió con su día, pero dijo que un inusual malestar en el pecho la obligó a ir al doctor. Era como si supiera que algo no estaba bien. A las pocas horas, la zona donde Jesús trabajaba se había convertido en una escena policíaca inundada con personal de múltiples agencias que comenzaban a investigar las causas de su muerte.
“Nunca estamos preparados para algo así y menos así en esta forma que él perdió la vida. Tiene uno la esperanza de que va a regresar, como otras veces que se iba y sabes que va a regresar, pero esta vez ya no”, señaló Guadalupe con la voz entrecortada.
Y como si fuera una mala jugada del destino, la última llamada de Jesús con su padre en México tuvo un tono de despedida. Su padre ya no puede caminar y su mamá está delicada. De hecho, la familia no les pudo avisar de inmediato sobre la muerte del inmigrante michoacano.
“Su papá, la última vez que habló con él, le hicieron videollamada y él se agarró a llorar. Él (papá) también se agarró a llorar. Le decía ‘ya no te voy a volver a ver’. ‘No diga eso, papá’ (le respondía). ‘Ya no te voy a volver mijo, porque ya estoy viejo, ya no puedo mijo, ya mi cuerpo no da más’”, narró Guadalupe.
Un trágico accidente laboral en Menlo Park
La investigación sobre las circunstancias en las que falleció Jesús Contreras Benítez, de 47 años, corre a cargo de la agencia estatal Cal/OSHA, la cual tiene que determinar si FA Bartlett Tree Expert Company, negocio para el que el inmigrante michoacano trabajaba, incurrió en algún tipo de negligencia.
Lo que se sabe hasta el momento es que el accidente ocurrió alrededor de las 12:53 pm sobre la cuadra 900 de Peggy Lane, en un barrio residencial de Menlo Park.
Las autoridades informaron que recibieron una llamada de emergencia reportando que un podador de árboles había caído en una trituradora de ramas. Cuando los oficiales llegaron al lugar encontraron al hispano sin vida a causa de las lesiones que sufrió en la máquina.
En escenarios como éste, donde algún empleado resulta con lesiones graves o incluso pierde la vida en el lugar de trabajo, la agencia abre una investigación y tiene hasta seis meses para deslindar responsabilidades, dijo una portavoz de Cal/OSHA.
"Tenemos una norma que indica que todo empleador debe dar una capacitación sobre los peligros en el lugar de trabajo. Maquinaria, etc. Dar capacitación de la forma apropiada de usarlo, también capacitación en el uso de protección personal", explicó en entrevista Carmen Cisneros, vocera de Cal/OSHA.
Por su parte, Guadalupe hace un llamado a todos los inmigrantes que realizan trabajos similares al que desempeñaba Jesús.
“Pues que revisen bien todo, las máquinas. Todo lo que usan los trabajadores porque están exponiendo sus vidas, es algo peligroso y que no saben. Lamentablemente los latinos son los que hacen los trabajos más difíciles y peligrosos”, dijo.
Con información de Tamara Mino.