El condado de San Diego, que enfrenta un brote mortal de hepatitis A, pospuso una campaña comunitaria para administrar la segunda de dos dosis contra la enfermedad hepática contagiosa hasta que se resuelva la escasez nacional de esa vacuna, informó el jefe de salud pública del condado.
California: escasez de vacunas complica esfuerzos para frenar brote de hepatitis A
Cientos de personas, la mayoría de ellas sin hogar, han resultado infectadas. En el condado de San Diego, donde hubo 17 fatalidades, los críticos culpan a las autoridades por actuar con lentitud.

"Nuestro objetivo es inyectar la vacuna en tantos brazos como sea posible", advirtió la doctora Wilma Wooten, quien encabeza la lucha contra una epidemia que ha devastado asentamientos insalubres de personas sin hogar en el condado de San Diego durante este último año. Hasta el lunes 6 de noviembre, el brote había afectado a 544 personas . De esas 20 murieron.
Enfermeras y otros trabajadores médicos del condado se están desplegando en las áreas más expuestas para ofrecer la vacuna, y si se topan con personas a las que se les debe administrar la segunda dosis, todavía se las darán, aclara Wooten, directora de salud pública en la Agencia de Salud y Servicios Humanos del condado.
Las dos vacunaciones contra la hepatitis A, consideradas la mejor manera de controlar la propagación del virus, se deben administrar con seis meses de diferencia. La primera inyección es la más importante porque protege a las personas del 90% al 95% de las veces contra el virus que causa la enfermedad. La segunda dosis aumenta el nivel de protección a cerca del 100%.

Hasta ahora, 90,735 personas han recibido vacunas en el condado de San Diego, en la mayoría de los casos la primera de las dos dosis, según la agencia de salud del condado.
El brote de San Diego, y varios otros en California y en todo Estados Unidos, han generado un aumento en la demanda de la vacuna contra la hepatitis A y han reducido los suministros, según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés). La demanda inesperadamente alta en todo el mundo también ha limitado la disponibilidad fuera del país, informó la agencia.
Merck & Co. y GlaxoSmithKline, las dos compañías con la aprobación de la Administración de Drogas y Alimentos para vender la vacuna en los Estados Unidos, han tenido dificultades para mantenerse al día con la demanda y están trabajando para impulsar su producción.
Más brotes
Los efectos de la hepatitis A pueden ser de leves a fatales. Además de las muertes en San Diego, otro brote de la enfermedad se ha registrado en Michigan. Hasta el viernes 3 de noviembre, se reportaron 486 casos, 19 de ellos fatales, según el Departamento de Salud y Servicios Humanos de ese estado.
Los condados de Los Ángeles y Santa Cruz también están luchando contra la enfermedad, y las infecciones vinculadas a los brotes de California se están extendiendo a las personas sin hogar en Utah y Arizona, y a los hombres que tienen sexo con hombres en Colorado, alertaron los CDC. En la ciudad de Nueva York, los funcionarios de salud se enfrentan a un brote más pequeño, principalmente entre hombres homosexuales o bisexuales.
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La naturaleza letal de las epidemias en San Diego y Michigan preocupa más a los funcionarios de salud pública, precisa la doctora Noele Nelson, especialista de los CDC en investigación y política sobre vacunas contra la hepatitis. "El número de muertes en los brotes de Michigan y San Diego es bastante alto comparado con lo que hemos visto en el pasado", declaró a los miembros del Comité Asesor sobre Prácticas de Inmunización de los CDC en una reunión a fines de octubre en Atlanta.
La hepatitis A generalmente se transmite a través de la ingestión de materia fecal de una persona infectada, incluso en cantidades microscópicas. Eso puede suceder cuando las personas que portan el virus no se lavan las manos después de defecar y luego contaminan objetos, alimentos o agua que usan otras personas. También puede propagarse a través del contacto sexual.
El 13 de octubre, el gobernador de California, Jerry Brown, declaró el estado de emergencia en un esfuerzo por aumentar el suministro de vacunas contra la hepatitis A para adultos. La declaración le permitió al estado "comprar de inmediato vacunas adicionales directamente de los fabricantes y coordinar la distribución entre las personas con mayor riesgo en las áreas afectadas", informó el Departamento de Salud Pública de California.
Antes de la declaración de emergencia de Brown, el departamento había distribuido casi 80,000 dosis de la vacuna obtenidas a través de un programa federal de vacunas, pero esos suministros fueron insuficientes.
Merck y GlaxoSmithKline venden la vacuna contra la hepatitis A en jeringas precargadas menos costosas.

Pamela Eisele, vocera de Merck, señaló que el inesperado aumento en la demanda de la vacuna ha generado una disponibilidad limitada, al menos por este año.
Los pedidos de las jeringas de dosis única de la vacuna de Merck, que se vende con la marca VAQTA, estuvieron en lista de espera desde mayo y no estuvieron disponibles hasta la primera semana de noviembre, informó Eisele. Las jeringas precargadas podrían no estar disponibles hasta el primer trimestre del próximo año.
GlaxoSmithKline también ha estado luchando para completar pedidos de su vacuna, que se vende bajo la marca Havrix.
"Esto no tiene precedentes, y lo que está sucediendo es muy grave", alertó Robin Gaitens, vocera de la compañía. GlaxoSmithKline recibió recientemente un envío de jeringas precargadas y tiene un "suministro limitado".
"Continuaremos trabajando con los CDC y el Departamento de Salud Pública de California, que está coordinando pedidos de vacunas y distribución en nombre de los condados, y nuestros clientes privados en California para ayudar a abordar las necesidades en el estado", agregó Gaitens.
Wooten, del condado de San Diego, aclaró que, a pesar de las restricciones de suministro en todo el país, el condado ahora tiene suficientes vacunas para dar la primera inyección, pero no para administrar la segunda dosis a los que están en mayor riesgo de contraer el virus: personas sin hogar, usuarios de drogas ilícitas y profesionales de salud.
Acciones concretas
El mayor desafío que plantea el brote en San Diego es llevar las vacunas a las personas que viven de manera transitoria, sin hogar. Para enfrentarlo, el condado ha contratado a unas 100 enfermeras temporales para reforzar al personal de enfermería de salud pública, enfermeras voluntarias de hospitales locales, paramédicos y trabajadores que ayudan a personas sin hogar, que están en la vanguardia del esfuerzo de vacunación.
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La ciudad de San Diego también ha tomado medidas para frenar la propagación de la infección. Además de rociar las calles en áreas infectadas con una solución de cloro, ha instalado, hasta ahora, 78 estaciones de lavado de manos y 16 baños portátiles para personas sin hogar.
La ciudad también ha abierto un campamento público con tiendas, fregaderos y baños para hasta 200 personas en un patio de operaciones municipales en el centro de la ciudad, advirtió Katie Keach, vocera de la ciudad.
Amy Gonyeau, directora de operaciones de Alpha Project, una organización de ayuda a las personas sin hogar que opera el campamento para la ciudad, aseguró que hasta ahora hay 181 personas, incluidos 40 niños.
Aún no se sabe si esos esfuerzos están logrando frenar la propagación de la infección por hepatitis A.
"San Diego ha reportado menos casos en las últimas dos semanas de los que informó anteriormente", dijo Nelson, de los CDC, en la reunión del comité asesor el mes pasado en Atlanta. "Pero es demasiado pronto para decir que esto indica una tendencia de baja en el brote general".
Esta historia fue producida por Kaiser Health News, un programa editorialmente independiente de la Kaiser Family Foundation.












