Joe Biden revela su estrategia para conquistar el voto hispano en Texas

Un anuncio en inglés y otro español que conmemora el ataque racista cometido en El Paso, justo hace un año, es la punta de lanza de la estrategia con la que el exvicepresidente Joe Biden espera conquistar el voto hispano en Texas. Un elemento fundamental si desea conseguir la primera victoria para un demócrata en territorio texano en 44 años.

El video, de un minuto, muestra imágenes de las vigilias celebradas tras el atentado del 3 de agosto de 2019, el día que un supremacista blanco abrió fuego contra quienes compraban en el Walmart más cercano a la frontera mexicana de El Paso. Armado con un WASR-10 (un rifle semiautomático capaz de disparar 600 balas por minuto), alcanzó a 56 personas matando a 23.

“Las palabras que declara un presidente importan. ¿Qué tan lejos está Trump de decir que esto es una invasión del atacante de El Paso declarando que ‘este ataque es una respuesta a la invasión hispana en Texas’”?, dice Biden en el anuncio, que es parte de la inversión inicial de más de un millón de dólares que los demócratas se han propuesto hacer en el estado.

Texas, un estado que por muchos años no era prioridad de las campañas por considerarse un sólido bastión republicano, ha concentrado una atención inédita en 2020.

Desde que Jimmy Carter derrotó al entonces presidente Gerald Ford en 1976, no ha habido candidato presidencial demócrata que haya conseguido ganar en Texas. Donald Trump consiguió el peor resultado para el partido de Lincoln en el estado al derrotar a Hillary Clinton por nueve puntos. Una diferencia holgada para otros, pero no para un republicano en Texas.

Empate técnico

Hoy, a menos de 100 días de las elecciones, las encuestas sitúan al presidente y al candidato demócrata en empate técnico. El promedio de las cinco encuestas más reciente los separa por solo dos décimas (un 45,4% de Trump frente a un 45,2% de Biden, según RealClearPolitics), pero la apuesta sigue siendo ambiciosa para los demócratas.

Trump ha restado importancia a los sondeos (“encuestas falsas, ganaremos en Texas”, afirmó a periodistas hace casi un mes), pero los republicanos texanos han advertido que la batalla es más complicada de lo que parece. El senador Ted Cruz reconoció que Texas es territorio en disputa en una entrevista con Fox News. “Si los demócratas ganan Texas, se acabó”, dijo.

Y en Texas, el segundo estado con el mayor porcentaje de población latina del país -un 40%-, el voto hispano se ha convertido en una prioridad para Biden.

El exvicepresidente anunció ayer que la directora estatal de su campaña será una inmigrante mexicana, Rebecca Acuña, quien trabajó en el mismo puesto para Wendy Davis, candidata a la gobernatura en 2014, y laboró tres años en PepsiCo en el departamento de relaciones gubernamentales. La segunda a bordo es Jenn Longoria, de San Antonio, y quien llevó la campaña de la senadora Elizabeth Warren en el estado.

Una llave en español

En el equipo también están Tariq Thowfeek, exportavoz del Partido Demócrata en Texas y que actualmente trabajaba en Facebook, Jane Hamilton, la directora de campaña de Biden en Texas durante las primarias y Mike Collier, quien en 2018 se quedó a tres puntos de ganar al vicegobernador Dan Patrick.

Biden ha anunciado también este martes la hoja de ruta para llamar la atención de los hispanos en Texas, destacando la inmigración, la educación y la salud como los principales temas.

Y el voto hispano es uno de los principales retos para el exvicepresidente. Mientras el demócrata cuenta con un 76% de apoyo entre los afroamericanos en el estado frente a un 11% de Trump, según la última encuesta de Quinnipiac, entre los hispanos la diferencia es de un 53% sobre un 32%. Hillary Clinton obtuvo un 66% entre los latinos texanos en 2016. Si Biden aspira a ganar Texas, es probable que buena parte de la llave esté en español.