Los desempleados texanos, que dejaron de recibir la ayuda federal de 600 dólares a la semana el 31 de julio siguen en la incertidumbre pese a la extensión del subsidio al desempleo que el presidente Donald Trump dictó a través de una orden ejecutiva el pasado sábado.
En Texas no saben de dónde sacarán dinero para pagar la extensión del bono al desempleo que ordenó Trump
El gobierno de Texas, cuyas finanzas han sido también devastadas por la pandemia, evita explicar cómo pagará el subsidio a a los desempleados sin que el Congreso apruebe un nuevo paquete económico.

La confusión para aplicar una orden que no indica de forma clara la forma en que los estados administrarán el dinero y los problemas financieros que la pandemia del coronavirus ha generado en la economía texana ha causado que las autoridades del estado no tengan claro cómo harán para hacer llegar el dinero a las personas que se han quedado sin empleo.
Al igual que Florida y California, gobernados por el republicano Ron DeSantis y el demócrata Gavin Newsom, la respuesta en Texas es la misma: no hay dinero.
La decisión de Trump se produjo después de que el Congreso no consiguiera llegar a un acuerdo sobre la aprobación de un nuevo paquete de dinero federal para paliar la crisis causada por la pandemia del coronavirus.
La ayuda a desempleados de 600 dólares que incluía el primer acuerdo expiró el 31 de julio y es por ello que el presidente decidió extenderla por un monto menor, 400 dólares, pero bajo ciertas condiciones. Los estados deben administrar estos fondos y, además, otorgar 100 dólares del monto total.
Más de 1,6 millones de texanos, afectados
Empresarios y líderes políticos texanos han dicho esta semana que no saben cómo hará Texas para pagar el dinero. La Comisión de Trabajo de Texas (Texas Workforce Commission) envió un comunicado el lunes en el que decía que “estaba actualmente revisando el memorándum presidencial y dará más información en cuanto esté disponible”.
El gobernador Greg Abbott solo dijo que mantenía la esperanza de que el Congreso llegara a un acuerdo lo antes posible para que el gobierno federal pagase por el total de los subsidios. Añadió que había abordado el tema con el vicepresidente Mike Pence y el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin.
“La Administración Trump continúa negociando con los demócratas en el Senado y en el Congreso para un nuevo paquete que pueda proveer de fondos a los desempleados”, afirmó Abbott a la estación local KAUZ.
Más de 1,6 millones de texanos que se quedaron sin empleo debido a la pandemia habían recibido 600 dólares a la semana extra de ayuda económica hasta el 31 de julio. Pero el Congreso no ha podido llegar a un nuevo acuerdo y, en la práctica, la orden ejecutiva de Trump enfrenta la resistencia de gobernadores de los dos partidos en todo el país, como es el caso de Texas, quienes argumentan que no tienen dinero para pagar los subsidios de la forma en que lo indica el presidente.
Déficit sin precedentes
Texas, por ejemplo, proyecta un déficit de 4,600 millones de dólares para 2021, según informó el contralor Glenn Hegar el 20 de julio. En una carta dirigida al gobernador Abbott, Hegar advirtió que el estado enfrenta una crisis financiera “sin precedentes”.
Además, la orden de Trump indica que los estados deben pagar la ayuda a través de otros fondos (como las ayudas federales destinadas a la asistencia contra desastres naturales), un camino que no está indicado por la ley y que, por tanto, causa controversias legales.
El texto hace omisiones importantes que no aseguran si, en la práctica, los trabajadores recibirían esos 400 dólares sin la aprobación del Congreso. El Departamento del Trabajo de EEUU envió una guía a los estados en los que les permitía contar como contribución las ayudas que los gobiernos estatales ya habían provisto a los desempleados. Por tanto, muchos texanos podrían recibir 300 dólares si se toma en cuenta ese subsidio. La propia Casa Blanca reconoció el martes que muchos acabarían recibiendo menos dinero del prometido debido a esta indicación.
Los senadores texanos no han opinado sobre el tema
Ninguno de los dos senadores republicanos por Texas, John Cornyn -quien busca su cuarta reelección en noviembre- y Ted Cruz, ha manifestado su opinión sobre la orden de Trump.
Un portavoz de Cornyn dijo el lunes que el senador “apoya una extensión de la ayuda federal añadida a los subsidios existentes”. Cruz, por su parte, sostiene que aumentar los apoyos a los desempleados solo dificultaría la recuperación de la economía de Texas.
“El Congreso debe esforzarse para que los norteamericanos regresen de manera segura a su trabajo y en restaurar la esperanza y el optimismo en todo el país, no en mantener un cierre económico pagando a las personas para que se queden en casa y no trabajen”, dijo un portavoz de Cruz.
















