SAN FRANCISCO, California. – El brote de coronavirus en la prisión de San Quintín ha puesto en estado de alerta al sistema de correccionales, los funcionarios de salud del Área de la Bahía y la administración estatal, quienes en conjunto trabajan a marchas forzadas en un plan para contener la propagación de la enfermedad entre reclusos y empleados del centro penitenciario.
De 23 a 1,000 casos de coronavirus en solo días: el brote en una cárcel que tiene en alerta al norte de California
La explosión del brote de coronavirus en la cárcel de San Quintín, al norte de San Francisco, se ha convertido en uno de los más graves en todo el sistema penitenciario de Estados Unidos. Expertos de salud de la Universidad de California lo describieron como “catastrófico para la población carcelaria”.
En los últimos 14 días el brote de covid-19 en la cárcel ubicada al norte de San Francisco sumó casi 1,000 contagios, para convertirlo no solo en el peor de todo California sino en uno de los más graves de todo el sistema penitenciario de Estados Unidos, tan peligroso que expertos de salud de la Universidad de California lo describieron como “catastrófico para la población carcelaria”.
“Cuando se trata de mi hijo, al que le di la vida y llevé en mi vientre por nueve meses, ellos no tienen el derecho a quitarle la vida. Demandamos que los liberen, les permitan volver a casa y someterse a pruebas de coronavirus”, dijo a la cadena KQED Shawanda Scott, madre de un recluso que cumple una sentencia a 12 años, durante una protesta afuera de la prisión el pasado fin de semana.
Los activistas que se han movilizado por semanas para exigir la liberación inmediata de reos advierten que este brote de coronavirus se puede convertir en “ una sentencia de muerte” para los reclusos, paradójicamente, dentro de una cárcel en la que el gobernador Gavin Newsom ordenó hace más de un año frenar las ejecuciones de los más de 700 reos que se encontraban en el llamado “Pabellón de la muerte”.
A la fecha, el Departamento de Correccionales de California reporta un total de 2,573 casos de covid-19, de los cuales 1,021 corresponden únicamente a la prisión de San Quintín: de estos, 978 se han reportado en las últimas dos semanas.
Adnan Khan, director ejecutivo de la organización Re:Store Justice, dijo vía Twitter que al igual que los reos, los custodios están “aterrados” por el brote y pidiendo días pagados de enfermedad para evitar presentarse a trabajar.
“Una de ellas está embarazada. Otro tiene que cuidar a su madre enferma. Uno más tiene gemelos en casa. Ahora hay una escasez de personal y me dicen que los (custodios) novatos tienen que trabajar horas extras en todo San Quintín”, escribió en la red social.
En la misma plataforma, Khan advirtió que la prisión estatal “se ha quedado sin espacio para albergar a los pacientes de coronavirus”, y agregó que los administradores “están colocando carpas en el patio (de la cárcel)”, un tuit que acompañó con imágenes que muestran las estructuras desde el aire.
Aerial footage of tent structures going up right now at San Quentin to address the surging COVID-19 outbreak at the prison. First reported by @akhan1437 as far as I can tell pic.twitter.com/CvgwJoA8cC
— Michael Bott (@TweetBottNBC) June 29, 2020
Sistemas de salud en riesgo
Expertos en salud de la Universidad de California que recientemente visitaron el centro penitenciario dejaron una advertencia sobre la necesidad inmediata de reducir la población carcelaria a la mitad si se quiere evitar un “brote catastrófico” de covid-19.
En un memorando enviado al sistema de correccionales, los científicos pronosticaron que el brote en San Quintín puede convertirse en una “crisis de salud en las comunidades aledañas” a la prisión, además de que los errores de la administración han vuelto el ambiente demasiado riesgoso para los reos y los empleados del penal.
“Es inconcebible que se encuentren (los reclusos) en ese entorno tan peligroso”, señala el documento.
Marc Levine, un asambleísta de California que representa el distrito donde se encuentra la prisión de San Quintín en el condado de Marin, comparte ese panorama desalentador que dibujaron los médicos del sistema UC.
“Hubo muchos errores que llevaron a esta crisis. Todos deberíamos estar muy preocupados, particularmente porque nuestros hospitales locales se ven amenazados con una saturación”, indicó el legislador.
Los errores a los que Lavine se refiere tienen que ver con el traslado a San Quintín de 121 presos desde una cárcel de Chino, California, que no fueron sometidos a pruebas de coronavirus. Al momento de la transferencia de reclusos, ese centro penitenciario registraba más de 450 casos de coronavirus y, según los expertos, ese fue el origen del brote.
La necesidad de llevar a los reos infectados a los hospitales de la región es una posibilidad que los funcionarios de salud locales no han descartado hasta ahora. En en el condado de Marin, las autoridades han advertido que el brote en San Quintín “ está creando una situación abrumadora en los hospitales”.
Por su parte, el gobernador Gavin Newsom dijo que su administración está contemplando llevar a los reclusos infectados al Hospital Seton, en Daly City, uno de los que se han readaptado para atender el sobrecupo de pacientes de coronavirus en el Área de la Bahía.
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