Las protestas contra las medidas de confinamiento e injusticias raciales han avivado la polarización, en un año electoral donde muchos que creen que la violencia en las calles podría llegar a un punto incontrolable. Mientras se baten los récords de ventas de armas, Donald Trump pidió a sus partidarios que supervisen los centros de votación y se ha negado a comprometerse a una transferencia pacífica del poder y a condenar explícitamente a una agrupación de supremacistas blancos.