Esta mañana por todos los medios se mostraba una extraña noticia: H&M parecía lanzar la colección de básicos inspirados en Mark Zuckerberg. Un sitio web refinadamente montado y un post muy creíble en el Instagram de Zuckerberg decían que la colección estaría el próximo 1 de mayo de venta en 250 tiendas del mundo.
¿Te creíste lo de la colección de Mark Zuckerberg para H&M? Nosotros también
Más allá de la bien lograda broma del genio de Facebook para April Fools, lo cierto es que sus básicas apuestas sí podrían convertirse en tendencia.

Muchos creímos que se trataba de una apuesta que acogía la tienda por hacer prendas sin mucha forma ni personalidad ahora que están tan de moda los básico y las piezas neutras. Pero ¿en serio íbamos a hacer del genio de Facebook también un ícono de moda?
La sorpresa fue mucha cuando los encargados de la prensa de H&M salieron a negar toda la bulla advirtiéndole a los afanosos periodistas que pedían fotos: es April Fools.

Pero más allá de la broma, lo cierto es que hay un fenómeno detrás de las camisetas grises y los jeans anodinos de este genio millonario, que matemáticos y científicos podrían definir mejor que una fashionista.
Se llama la “fatiga de la decisión”. Es un fenómeno que más o menos profesa que hay una energía restringida en el cerebro para tomar decisiones, de tal forma que, en cuanto más elecciones tomemos en un día, más cansado estará el cerebro a la hora de hacer la siguiente apuesta.
¿Qué me pongo?
Ahí está la verdadera razón por la que emblemas de la genialidad como, Zuckerberg, pero también Eistein, Steve Jobs e incluso, el presidente Obama, hayan decidido hacer de su clóset un lugar calmo en donde residen sus “uniformes de trabajo”, prendas básicas de colores planos y sin mucha vida que básicamente les permite resolver la pregunta mañanera ineludible de ¿qué me pongo?, sin muchos esfuerzos y en pocos minutos.
Si el que nos conquistó con Facebook gastara energía valiosa de su cabeza tomando decisiones matutinas irrelevantes como qué ponerse, -porque lo de la moda para él es irrelevante-, quizás todas las otras decisiones, -que deben ser miles y de tremenda trascendencia- a lo largo del día, podrían hacer de él alguien más errático. Así lo retrató en sus palabras el presidente Obama a la revista Vanity Fair hace un par de años: “Trato de solo usar trajes grises o azules. Estoy buscando disminuir mis decisiones. No quiero decidir qué estoy comiendo o usando, porque tengo muchas otras determinaciones que tomar”.

Así, mientras Albert Einstein apostó por los pantalones de dril y las camisas blancas y Steve Jobs por los suéteres de tortuga, Zuckerberg parece haber logrado hacer de sus camiseta gris de cuello redondo y sus jeans rectos una marca que lo identifica y que de hecho, no sería descabellado, podría inspirar colecciones de venta en boutiques.
Ya en la moda hemos visto cómo personajes como Vera Wang, Michael Kors y Alexander Wang han desistido de las provocaciones del color y de los enredos de las formas y han apostado por vestirse solo de negro y de prendas básicas.

Si la broma fuera cierta, si por alguna extraña razón H&M quisiera seguirle el jueguito a Zuckerberg, esos a los que les gusta alardear de no querer la moda y de estar muy lejos de sus alcances, se habrían convertido en su peor pesadilla: serían íconos de la moda gracias a Mark.
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