Seguridad para adolescentes: 3 cosas que debes decirles cuando van solos a una fiesta

Pensar en el tema de la seguridad para adolescentes es comenzar a pensar en asuntos muy serios que obviamente a cualquier padre le quita el sueño. No es poca cosa soltar finalmente a tu hijo al mundo real, ya crecido y a poco tiempo de ser un adulto, aunque sea por unas horas a una fiesta.

Mi hijo todavía está pequeño y siento que ese día está lejos para mí, pero la realidad es que el tiempo pasa muy rápido y mientras más nos preparemos para esta etapa, mejor sabremos enfrentar algo que llegará inevitablemente. Aquí voy a dejarte un Top de los 3 consejos que debemos darle a nuestros jovencitos antes de dejarlos ir solos a una fiesta.

1. Quédate en grupo. Cuídense entre amigos. Para cualquier adolescente, quizás desde muy niño, sus amigos serán en muchos casos el centro de su universo. Por esta razón, antes que darle este consejo debemos lógicamente conocer bien el grupo que ha ido formando tu propio hijo a medida que ha crecido. Cuando llega el momento de ir a fiestas ya debemos estar familiarizados con sus amigos y sus padres. Así será muchísimo más fácil dejarlo ir a disfrutar sus primeras fiestas y sobre todo aconsejarle que nunca debe alejarse de su grupo.

Parte de la seguridad para adolescentes también implica cuidarse entre todos. A fin de cuentas, es probable que no haya un adulto cerca cuando el riesgo se presente. Dile a tus hijos que deben saber a qué lugar van y sobre todo cómo salir de allí y regresar a casa juntos. Que tengan siempre garantizado quién los va a buscar y en caso de que algo se complique, que tengan un Plan B listo, ya sea que alguno de los padres vaya a buscarlo o que tenga el dinero apartado para tomar un taxi.

2. También es “cool” decir que no. A veces es difícil que nuestros hijos nos vean como figuras modelos de lo que es “cool” y lo que no. Normalmente creen que no sabemos nada de eso. Sin embargo, la comunicación es para mí uno de los consejos más importantes que debemos aplicar con nuestros hijos. Es normal que ellos se aíslen desde muy temprano en la adolescencia, así que tenemos un reto importante para que el diálogo esté presente. Sé franco y abierto con tu hijo y dile que tú también fuiste joven y rebelde, y que sabes que uno tiene un instinto que se activa cuando algo no está bien. Pídele a tu hijo que confíe en su juicio propio y que diga que “no” cuando algo no le suena correcto o no quiere hacerlo. No es necesario hacer cosas para que te veas cool o popular. No necesitas demasiado alcohol o cigarrillos para divertirte. Si hay algo que no te convence, no te dejes llevar y no dejes que otros te digan qué hacer.

3. Todo lo que hacemos tiene una consecuencia. Escuché esto cuando era muy joven y quedó grabado en mi mente para siempre. Es una frase obvia pero cuando la comprendí de verdad me di cuenta de que cada cosa que hiciera, por tonta que fuera, iba a tener un efecto y yo debía estar consciente de eso. Cuando tenemos la energía de la adolescencia, no le vemos el lado negativo a esto. No tenemos miedo y nos gusta el reto de ver qué sucede cuando probamos nuestros propios límites. Es parte de la naturaleza humana. Pero la consciencia de lo que va a pasar es lo que finalmente nos hará madurar. Explícale a tu hijo que herir o retar a tus padres o adultos cercanos tiene un efecto que tal vez luego no le gustará. Asegúrate de que entienda que romper las reglas de la hora de llegada a casa tendrá una consecuencia. Háblale también claramente de cosas concretas como la sobredosis, el sexo no seguro y la muerte por drogas, y luego aclárale que finalmente él debe tomar la decisión por sí mismo.

Recordemos cómo fueron nuestras primeras fiestas o salidas solos sin nuestros padres cerca. Yo lo recuerdo como una experiencia muy emocionante. Una especie de vértigo entre alegría y nervios de estar por mi cuenta finalmente, pero también recuerdo que la figura y los consejos de mis padres, en cuanto a la seguridad para adolescentes, estaban presente donde fuera. Y la verdad es que casi todos los jóvenes adolescentes, pasan por situaciones similares. Son momentos de retos personales internos. Está tomando más forma su propia personalidad. Quieren tener voz propia, ser escuchados y por fin hacer realidad sus sueños y deseos. Hoy yo agradezco infinitamente a mis padres porque me enseñaron a mantener siempre el respeto y mi juicio alerta para cuidarme a mí misma y a mis seres queridos.