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Primer grado: qué cosas aprenderá tu hijo este año y qué cambiará con respecto a Kínder

Primer grado es clave porque es cuando los niños comienzan a definir qué clase de lectores serán. Tienen menos horas de juego en el aula y aprenden conceptos básicos de la matemática.

Imagen Univision

No importa cuál sea el grado que comiencen, el regreso a clases es siempre un momento memorable en la vida de los hijos (los llena recuerdos buenos y malos). Pero cuando se trata de 1er grado, hay algo que hace a esta etapa muy especial: los pequeños dejan el jardín de infantes, las siestas en la escuela y las actividades basadas en juegos para convertirse en alumnos más formales, que pasan más horas sentados y menos jugando.

Aunque cada vez es más común que los niños de Kindergarten tengan tareas, tests y comiencen a aprender a leer, es en primer grado cuando entran a desarrollar habilidades académicas en forma más profunda, explica Shira Ackerman, una educadora con un Master en Currícula y Enseñanza, colaboradora también del portal Scholastics.

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Durante primer grado probablemente pierdan sus primeros dientes, peguen un ‘estirón’ físico, aprendan a leer un libro sin ayuda, a reconocer qué hora es, a escribir un poema, a resolver sumas y restas, a entender más sobre su comunidad y su país y, en especial, a conocer más sobre la vida de sus amigos y maestros.

En Estados Unidos, los chicos que van a primer grado pasan de ser lectores principiantes a aprender a leer y a escribir, a hacer interpretación de textos, empiezan a escribir sus propias historias, a interpretar cuentos, además de tener estudios sociales, ciencia, tecnología, música y actividad física.

Ackerman destaca que primer grado es una etapa crucial para el desarrollo de las habilidades de la lectura. Es cuando los niños comienzan a definirse qué clase de lectores serán y es aquí donde el rol de los padres, incentivando la lectura en casa, tiene un papel fundamental.

Es decir, éste es el año escolar para que los papás motiven a sus hijos a leer todos los días, no sólo para que tengan buenas calificaciones en la escuela, sino para que creen un hábito de lectura que los beneficiará a lo largo de toda su vida escolar y de su vida de adultos.

La hora de las matemáticas

Desde la implementación del llamado 'common core', los chicos en Estados Unidos tienen lecciones de matemática ya en Kindergarten, pero en 1er grado, el aprendizaje se extiende mucho más.

Los chicos deben ahora resolver problemas que involucran sumas y restas. Muchos padres se enfrentarán a situaciones como las que se ven en las redes sociales, en las que admiten no entender los problemas de matemática de sus hijos de primer grado. Esto no necesariamente significa que los chicos tendrán problemas con matemática, sino que son enseñados de una manera diferente a las de sus padres.

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Aula distinta

En primer grado también hay un cambio en la estructura del aula. Las sillas y mesas de los alumnos se organizan de una manera más formal, hay menos tiempo para juego o para ir a sentarse en la alfombra con sus compañeros a jugar, escuchar un cuento o hacer manualidades. En este año comienzan a pasar más tiempo sentados y a usar más tecnología.

Es posible que empiecen a manifestar problemas para permanecer concentrados, ya que pasan más horas sentados, especialmente en escuelas donde los recreos son reducidos.

Por eso es clave que los padres se involucren con el aprendizaje del niño, aunque los niños no muestren descontento con la escuela. Las escuelas ofrecen recursos online para que los padres puedan apoyar desde casa, con lecciones, juegos y actividades para repasar y revisar lo aprendido en clases. También hay portales para que los padres puedan ver online el progreso de los chicos en las diferentes materias de la escuela.

Es importante que desde primer grado los padres pregunten a los maestros como los pequeños se están ajustando a su nueva rutina. Una forma de ayudarlos es enviando emails o notas con consultas a los maestros y participando de las conferencias de padres y maestros, que son reuniones que ocurren unas 2 o 3 veces al año y en las que los maestros y papás hablan específicamente de cada alumno, no sólo sobre lo que está aprendiendo, sino sobre su conducta, su relación con el resto de los compañeros, expectativas, aspiraciones y demás.

Como parte de ese ajuste, los padres también pueden organizarse para garantizar que los niños tengan horas de juego fuera de la escuela, en el parque o playground y que el cambio a primer grado no sea un paso difícil para los chicos y les genere una negativa a ir al colegio.

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Por último, los papás (de los niños de primer grado y de todos los grados) deben considerar que cada niño aprende en forma diferente y no es una buena idea comparar con otros compañeros de la clase como un parámetro para ver si está yendo bien o mal.

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