"¡Te tomas toda la leche!". Ese es el lema de mis batallas de cada mañana con mis hijos: ellos no quieren tomarla y para mi es ultra necesario que lo hagan. Tengo tan arraigada la creencia de que porque están creciendo necesitan leche que la idea de que no tomen al menos un vaso por día me parece una locura. Puedo pasar horas junto a ellos hasta que la toman. Uso vasos de todos los colores y formas e intento con leches de distintas clases y sabores. Sin embargo, la respuesta es siempre la misma "No quiero leche" y dentro mío creo que ya es hora de aceptar que, simplemente, no les gusta.
Mis hijos no quieren tomar leche: ¿realmente es tan necesaria?
¿Leche sí o leche no?

¿Realmente tienen que tomarla? ¿Están condenados a alguna carencia alimentaria si suplanto la leche con otros alimentos? A mí tampoco nunca me gustó y mi mamá me obligaba a tomarla. Ahora estoy haciendo yo lo que odiaba que me hagan... y odio hacerlo. Por eso, comencé a investigar un poquito y a abrir mi mente a nuevas ideas.
¿Leche sí o leche no?
Las pinturas rupestres en el desierto de Sahara indican que el ordeño existe desde hace más 4000 años A.C. y Cleopatra -la mítica reina del Antiguo Egipto- se bañaba en leche para cuidar de su piel. Hace mucho, mucho tiempo que la leche es un producto de innumerables bondades pero -en los últimos años- son varios los que comenzaron a cuestionar su consumo. Están quienes consideran ilógico consumirla cuando fue creada para alimentar a otra especie: ¿cómo los humanos vamos a tomar una leche con características propias para un ternero de 700 kg? Están también quienes la ponen en la mira por su proceso de industrialización: ¿Cómo se logra que una vaca hoy produzca tres veces más leche que hace más de medio siglo? Pues inyectándola con hormonas; preñándola artificialmente y criando cientos de vacas cada una en pequeños metros cuadrados donde no pastan de manera natural sino que comen pienso (alimento elaborado que puede contener aditivos) y son tratadas con antibióticos, etc.
Toda esta explotación sistemática de la industria lechera es la razón de que en la leche puedan existir hormonas y residuos tóxicos que podrían resultar nocivos para la salud. Por estas razones (entre otras) son muchos ya los que optan por no consumir leche de vaca y reemplazarla -dependiendo el caso- por leche orgánica, leche de soja, de almendras o de coco y/o por otros productos que son también grandes fuentes de calcio y demás nutrientes.
Sin embargo, la corriente que habla de los beneficios de la leche es aun predominante. La leche es rica en calcio, zinc, fósforo y potasio y vitaminas como la A y D. "Hay pocos alimentos dentro de una dieta equilibrada que son tan ricos en minerales y proteínas como la leche de vaca. Sus beneficios son altos a lo largo de toda la vida y sobre todo en la edad de crecimiento, donde se deja la leche materna" sostiene la especialista en nutrición Paula Binda. Si bien hay otros alimentos ricos en calcio, este calcio no se absorbe de la misma manera que con la leche (media taza de espinaca tiene 115 mg de calcio, pero solo el 5% es absorbido por el metabolismo). Además, hay estudios que muestran que los niños que toman leche de vaca tienen más vitamina D que los que no la beben.
Desde que nacemos y durante los primeros seis meses, la leche es un alimento exclusivo y elemental. Después se van introduciendo nuevos alimentos hasta que finalmente logramos alimentarnos de una dieta variada e -idealmente- equilibrada. Es cierto que dentro de esa dieta la leche es un alimento muy completo que cuenta con nutrientes fundamentales para el desarrollo humano (entre sus beneficios está el ser una gran fuente de calcio) pero también es cierto que puedo compensar su carencia con otros lácteos y con otros alimentos ricos en calcio como los cereales integrales, las verduras de hojas, el huevo, las legumbres y los frutos secos.
La verdad es que son muchos los argumentos a favor y en contra y yo, hoy, ¡me encuentro en el medio de ambas! Creo que todos los nutrientes necesarios para tener una vida saludable se pueden encontrar en una dieta racional y variada y no creo que la leche sea "buena o mala" sino que, como la mayoría de las cosas en esta vida, tiene puntos a favor y otros en contra. Sigo sin poder desarraigar mi creencia de que la leche es necesaria por eso, en lo posible, a mis hijos se la "disfrazo" en purés, batidos y salsas pero confío en que igualmente crecerán sanos y fuertes aun sin su vaso de leche diario porque ingieren yogures, quesos y otros productos ricos en calcio.
¿Cuál es tu postura con respecto a la leche de vaca?










