Lifestyle

Mi cuerpo no es el mismo

Después del embarazo mi cuerpo ha cambiado mucho. Es algo natural, que hace parte del ciclo de la vida y también tiene que ver con la edad, la alimentación, tener una vida activa, entre otros detalles. Creo que ahora soy una talla más en todo, desde el brassier, blusas, hasta los zapatos. A pesar de todo, me siento tranquila y sin deprimirme o preocuparme porque ahora soy distinta—estoy haciendo ciertas actividades para verme y sentirme mejor.

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Con los embarazos, el cuerpo de las mujeres sufre cambios increíbles, el volumen y capacidad del útero aumenta, los huesos de la cadera se expanden para que haya espacio para el bebé, la piel se estira y salen las odiosas estrías (algunas personas tenemos la fortuna de haberlas controlado y son poco perceptibles, pero otras no), aparecen várices, las hormonas hacen fiesta y mejor no seguimos hablando de cada cosa porque son demasiadas. Lo que quiero resaltar es que no es fácil para muchas aceptar la realidad y que luego con un hijo, las prioridades cambian.

Creo que puedo hacer lo posible por volver a tener el “mismo” cuerpo de antes, puedo también tener la meta de estar mucho mejor que antes y parecer una modelo de revista o puedo no preocuparme mucho y estar contenta con esas libras de más sin que eso afecte mi salud. O sea, mantenerse sin caer en demasiado sobrepeso o llegar a la obesidad.

Hace unos meses cobró mucha importancia una foto que publicó María Kang, una “fitness blogger”, en su página de Facebook. Ella apareció con sus tres hijos pequeños y una figura escultural, pero tenía la pregunta: ¿Cuál es tu excusa? Eso desató una cantidad de comentarios positivos y negativos, respuestas de todo tipo. Pero una de las respuestas que más llamó la atención fue la de la australiana Taryn Brumfitt, quién le dijo en su blog que la razón para no tener ese cuerpo era llevar una vida equilibrada y dedicar tiempo a las personas que quiere.

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Estos dos casos fueron inspiradores para mí, y el poder mirar varias perspectivas y respuestas de los cibernautas. Creo que no quiero tener un cuerpo perfecto, no tengo que volverme una modelo escultural adicta al fitness, pero tampoco tengo que dejar de cuidarme. Me quiero y me quieren como soy. Y la decisión de adelgazar, hacer dieta, ir al gimnasio, hacer ejercicio en casa o someterme a tratamientos es mía y no depende de los demás.

La palabra y la actitud que creo correcta en mi caso es EQUILIBRIO. Quiero verme bien, sentirme bien, bella, sexy, pero también quiero cuidar a mi bebé y a mi esposo. Tener tiempo para disfrutar al máximo mi maternidad.

Mi consejo es simple y sencillo: todo debe ser equilibrado.