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¿Qué es ser un buen padre?

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La función de todo padre es amar y educar correctamente a sus hijos. Si bien no somos perfectos, la mayoría intentamos hacer lo mejor posible para que gradualmente se vayan convirtiendo en seres humanos apreciables. Aun así, una pregunta gravita sobre todos: ¿qué hay que hacer para considerarse un buen padre?

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En realidad no hay una fórmula a seguir para cumplir adecuadamente con la función social de la paternidad. Cada persona tiene sus propios parámetros al llevar a cabo la educación de los hijos. Sin embargo, dentro de los rasgos que distinguen nuestra individualidad hay elementos esenciales que han sido validados como positivos para el desarrollo de la sociedad tras siglos de existencia.

  • Lo primero que define a un buen padre es su amor infinito por la personita que ha engendrado. Todo este afecto debe ser expresado, pues como seres sociales los humanos necesitamos desde pequeños sentirnos queridos y tratados con ternura y aprecio. Un respeto grande y una manera amorosa de relacionarse con los hijos es la mejor base para toda educación.
  • Un buen padre, cualquiera sea su filiación religiosa, filosófica o política, debe tener sentido común. El equilibrio, la mesura, son valores que no deben perderse de vista a la hora de lidiar con la crianza infantil. La inmadurez de los niños, su inexperiencia, los lleva a situaciones que sólo pueden resolverse con buen tino y sobriedad. Evita siempre los excesos y piensa con cabeza fría. Nunca tomes los desafueros de tu pequeño como algo personal; si eres el guía, debes tener el control de la situación.
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  • Ciertamente no es fácil mantener alejados a los hijos de eventos u objetos que pueden serles dañinos. Mas las vías para lograrlo no pueden ser ni la violencia ni los insultos. Quien emplea la fuerza y los métodos agresivos para inculcar ideas, termina siendo temido y consecuentemente odiado. Procura tanto como sea posible ser convincente, apela a la comunicación, a la charla abierta y franca, a las vivencias que ambos han tenido anteriormente.
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  • Otra manera de ser buen padre es mantener los problemas personales, ya sea de trabajo o pareja, fuera de la relación con los hijos. En ocasiones los padres depositan en los niños una serie de frustraciones y preocupaciones que a estos no les conciernen. Eso genera una cadena de angustias y conflictos que afectan la salud mental de los menores.

Recuerda, no tienes que ser un padre perfecto, basta con que asumas a tu hijo como otro ser humano más, parte vital de la familia, y lo eduques en valores significativos dando el ejemplo cada día.

Si tus hijos se sienten felices en casa y comparten contigo como iguales ese proceso maravilloso que significa crecer, ya habrás ganado la mayor parte de la batalla, una que será recompensada cuando al pasar los años tengas anti ti sencillamente a una buena persona.