Quizá tengas un hijo que no de grande problemas en el momento del baño diario. O quizá sí, pero no muy molestos. Pero, ¿qué ocurre cuando vas a la playa o a la piscina? ¿La cosa cambia? Si tu hijo se pone nervioso o tenso porque no quiere meterse en el agua, puede que tu hijo tenga miedo al agua.
Mi hijo tiene miedo al agua

Este tipo de miedos (normalmente pasajeros) suele aparecer con más frecuencia en niños que no han tenido un contacto previo con el agua. Ya sea porque no han visto nunca el agua del mar o nunca han ido a la piscina, como que el niño sí haya tenido contacto pero no lo recuerda porque era demasiado pequeño.
Evitar el miedo al agua
Para evitar que tu hijo tenga miedo al agua es aconsejable, introducirle en el medio acuático alrededor de los 4 o los 5 meses. Que se presente como un medio lúdico, divertido y sobre todo natural, desde los baños en casa, intentando que el niño se sienta seguro y feliz en todo momento.
¿Por qué ocurre el miedo al agua?
Puede ocurrir por varios motivos, veamos algunos de ellos:
- Miedo por pensar que algo malo puede suceder dentro del agua. Al no ver qué hay debajo.
- Miedo infundado, originado sin querer por los padres cuando intenta animar a su hijo a que se meta dentro diciéndole "no tengas miedo". Esta frase hará que tu hijo piense que sí debe temer por algún motivo.
- Padres con miedo al agua pueden provocar en sus hijos este temor también.
- Otro motivo puede ser por alguna experiencia traumática vivida por el pequeño. En ocasiones basta también con que la experiencia traumática haya sido presenciada aunque no haya sido vivida en primera persona por el niño.
Cómo ayudar a superar el miedo al agua
Si tu hijo presenta miedo al agua, sí, puedes ayudarle a superarlo. Te daré algunos consejos, pero sobre todo debes ser paciente y no forzarle jamás a hacer cosas que no quiere porque las fobias no desaparecen de un día a otro.
- Concédele tiempo, no le agobies ni le atosigues.
- Nunca le metas en el agua si él no está de acuerdo. Y mucho menos humillarle porque sus amigos se meten dentro y él no. Debes ayudarle a superarlo, no a avergonzarle.
- Explícale con buenas palabras qué es el agua, haz que tu hijo la conozca bien.
- Cuando avance y se meta en el agua, elógiale por su valentía para que lo repita por voluntad propia.
- Para darle confianza podéis sentaros juntos en la orilla del mar o de la piscina y jugar con el agua, pataleando o mojándoos la cara y las manos.
Es por todo esto que es recomendable que los pequeños tengan un acercamiento a este medio cuanto antes, sobre los 4 o los 5 meses, puesto que de este modo, se podrá evitar que aparezcan este tipo de miedos irracionales.
Aunque si tu hijo tiene tal miedo al agua que le incapacita para llevar una vida normal y disfrutar de ella, no dudes en consultar con el especialista.







