Cuando se anuncia a un hijo que va a tener un hermanito, es muy común, es más, es raro que esto no suceda, que el niño se sienta amenazado, enojado y especialmente celoso. Esto se debe a que él ha sido hasta ese momento el único niño del hogar, el más mimado por su familia y tiene miedo de que el nuevo integrante lo desplaze de ese lugar y no lo quieran más.
La llegada de un hermanito a la familia

Para ayudar al niño, es importante explicarle todo lo que va a suceder, y decirle que nuestro amor hacia él no va a cambiar porque llegue un hermanito, sino que él va a seguir siendo querido y cuidado como siempre. También es bueno hacerlo partícipe del embarazo, animándolo a que toque la panza y sienta las patadas, o consultándole sobre posibles nombres, ropas y mobiliario.
En el caso en que el niño no tome esto con alegría, es muy común que sea porque el miedo se haya apoderado de él, y sus conductas pueden variar, como hacer una regresión a orinarse en la cama, como un bebé, o a tener rabietas continuamente para llamar la atención de sus padres, entre otras cosas.
En esos momentos es crucial su apoyo al niño y no culparlo por lo que hace, sino tratar de ver sus cambios y ayudarlo a que se sienta mejor y se tranquilice. Es un proceso de cambios, pero si lo superan satisfactoriamente, ya serán más aptos para enfrentar otros cambios en el futuro.
Vía | pediatraldia







