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La compasión potencia el desarrollo psíquico de los niños: formas sencillas de potenciarla

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La mayoría de los padres tenemos como costumbre festejar los logros académicos de nuestros hijos. Algunos también celebran con entusiasmo su buen desempeño en los deportes y quizá en otra área extraescolar. Sin embargo, no todos solemos festejar con el mismo ahínco una demostración de buena voluntad o solidaridad para con el otro. Es más, muchos ni siquiera lo notan, de manera que las acciones compasivas de los pequeños pasan totalmente desapercibidas.

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Pues resulta que la compasión no es solo una característica más que el niño puede desarrollar para mejorar su vida social: se trata de un rasgo que realmente le ayudará en su crecimiento psíquico y emocional.

Hoy te contamos, entonces, 4 consejos efectivos para criar un niño respetuoso y compasivo. Descúbrelos a continuación.

Mucho más que una forma agradable de manejarse en la vida

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La Dra. y experta en educación infantil Michele Borba escribió un libro en el que estudia el impacto de la compasión en los niños. Al parecer, la empatía y la compasión son mucho más que "una forma linda de andar por la vida". De hecho, la Dra. Borba afirma que "los niños amables se vuelven populares y tienden a generar mejores vínculos con sus amigos y, eventualmente, con sus parejas".

Agrega que "la empatía se ha convertido en uno de los factores más influyentes a la hora de conseguir un empleo, porque esta característica ayuda a visibilizar qué es lo que el cliente está buscando en ese preciso momento". De manera que la empatía y la compasión generan un impacto positivo en la niñez, y también en la vida adulta estimulan conductas de respeto, amabilidad y generosidad.

Consejos para fomentar la compasión en los niños

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1. Incorpora la compasión en las conversaciones diarias

Quizás la compasión suene como un término demasiado abstracto. Existen maneras de visualizarla en el día a día de forma muy concreta. Ayudar al niño a que exprese sus emociones es una de ellas.

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Si estamos abiertos a conversar sobre aquello que le sucede, sobre todo en momentos de frustración o enojo, el niño entiende que hay otra persona preocupándose por él y que le desea todo lo mejor. Más temprano que tarde, este pequeño tendrá la misma apertura para con el resto de las personas de su entorno y será capaz de tender una mano desinteresada siempre que vean que se precisa.

2. Evita los insultos

Y también los chismes. Sin darnos cuenta, en numerosas ocasiones nos vemos insultando a una persona en el tránsito o hablando negativamente de un conocido. Pues este tipo de actitudes que solemos tener inconscientemente también las captan los niños (para luego repetirlas).

Si, en cambio, nuestros hijos ven que nos dirigirnos con amabilidad hacia los demás y evitamos comentarios innecesarios sobre terceros, ellos tendrán el mejor ejemplo de cómo desenvolverse de manera compasiva sin que tengamos que decírselo explícitamente.

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3. Convierte la compasión en un hábito

De nada sirve que les demos sermones a los niños sobre qué es la compasión y por qué es tan importante si luego, en la vida diaria, nosotros nos comportamos de forma opuesta. Una simple sonrisa, sostener la puerta para que otro pase, darle el asiento a una persona mayor en el bus, decir gracias y por favor son solo algunos ejemplos de actitudes compasivas que luego se transformarán en un hábito para los niños.

Resulta importante, además, demostrarle al pequeño que estamos notando sus acciones y que nos pone muy contentos que se desenvuelva de esta manera. Así, el niño se sentirá entusiasmado y querrá continuar desarrollando su empatía y compasión.

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4. Sé constante y paciente

Cuando los niños aún son chicos y están todavía descubriendo y aprendiendo sobre la empatía, es probable que se muestren un tanto egoístas o incluso groseros. Estas actitudes tienden a generar en nosotros primero vergüenza y, luego, tal vez, frustración y enojo. Sin embargo, esto no tiene por qué implicar que el pequeño esté condenado a comportarse de esa forma para siempre. Es más, esto debe funcionar como un llamado de atención para que con paciencia y amor continuemos fomentando hábitos compasivos acordes a su edad.

Niña
Niña
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Celebrar las calificaciones brillantes o festejar un premio en el deporte favorito de nuestros hijos no son acciones necesariamente negativas. Poder compartir esta felicidad con nuestros hijos constituye, sin duda, un momento muy gratificante.

Ahora, si quieres fomentar una crianza respetuosa y compasiva, ten en cuenta que primero debemos desarrollar estos valores en nosotros mismos. De esta manera, los niños obtendrán el mejor ejemplo en su propio hogar y lo replicarán en cada vínculo que generen y en cada acción que lleven adelante.

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