Lifestyle

Información sobre la toxoplasmosis en el embarazo

La toxoplasmosis es una infección causada por un parásito unicelular llamado toxoplasma que si afecta a la mujer embarazada puede poner en peligro la salud del bebé. La mujer puede contraer toxoplasmosis al comer carne cruda o mal cocida o al entrar en contacto con la materia fecal del gato.

PUBLICIDAD

Por suerte, una mujer embarazada puede tomar una serie de precauciones sencillas que tienden a reducir las probabilidades de que se infecte.

Al nacer la mayoría de los bebés nacidos con toxoplasmosis, éstos no tienen síntomas obvios. No obstante, alrededor de uno de cada 10 bebés nace con una infección grave evidente. A menudo estos bebés tienen infecciones en los ojos, el hígado y el bazo más grandes que lo normal, ictericia (piel y ojos de color amarillento) y neumonía. Algunos mueren a los pocos días de nacer. Los que sobreviven a veces desarrollan retraso mental, trastornos de la vista, parálisis cerebral, convulsiones, pérdida de la audición y otros problemas.

Si no se les ofrece un tratamiento, hasta el 85% de los bebés infectados que al momento de nacer parecen normales, desarrollan problemas meses o años más tarde como infecciones oculares que pueden afectar la vista, problemas de aprendizaje y pérdida de la audición. La toxoplasmosis contraída durante el embarazo también puede provocar un aborto espontáneo o el nacimiento sin vida del bebé.

La toxoplasmosis es una de las infecciones más comunes del mundo. No obstante, la mayoría no presenta síntomas por lo que es posible que no lo sepan.

Un número pequeño de personas infectadas desarrolla síntomas similares a los de la gripe o a los de la mononucleosis infecciosa, como inflamación de las glándulas, cansancio, dolores musculares, malestar y fiebre. Estos síntomas pueden prolongarse por un mes o más tiempo. Normalmente la infección activa ocurre sólo una vez en la vida y la persona se vuelve inmune por el resto de la misma.

Si bien el parásito permanece dentro del cuerpo por tiempo indefinido, generalmente no produce daños y se mantiene inactivo. Si el médico sospecha que una mujer embarazada tiene una infección toxoplasmática activa, puede recomendarle uno o más análisis de sangre.