Semana a semana hemos ido avanzando en todo el proceso de embarazo que has vivido. Te hemos ido acompañando en esta etapa de tu vida que seguramente la cambie para siempre. Has experimentado cambios en tu cuerpo y los hemos ido comparando con lo que ocurría en tu interior. Poco a poco tu bebé fue creciendo y desarrollándose en tu pancita, mientras tú comenzabas a tomar conciencia de que serías mamá y que asumirías la responsabilidad que conlleva el traer una vida a este mundo.
¡Felicidades! El esperado bebé ha nacido

Todo llega, y el momento tan ansiado llegó. Ya hemos culminado nuestro largo recorrido con la semana 40 de embarazo, que se considera en promedio la semana en que se producen la mayoría de los partos. Ahora ya debés de estar con tu pequeño en brazos, amamantándolo y dándole amor. Una nueva etapa comienza, seguramente más ardua que la que pasaste estas 40 semanas, pero también mucho más feliz.
La primera vez que pongan a tu bebé en brazos va a ser una experiencia que nunca en tu vida olvidarás. Ver su pequeño rostro y diminutas manos te va a impactar. Aunque en realidad lo que más te conmoverá es pensar que forma parte de tí, y que estuvo en tu interior acompañándote durante tanto tiempo.
El bebé recién nacido puede aún llevar la cabecita algo deforme, las uñas muy largas, un color de piel rosado y algunas otras características que quizás te extrañen si no habías visto a ningún otro recién nacido previamente. No esperes encontrarte al típico bebé hermoso de las publicidades, porque para ello aún falta.
Seguramente comiences a recibir visitas de amigos y familiares que quieren conocer al recién nacido y darle la bienvenida. Respeta los horarios de visitas de los sanatorios y de estar en tu casa, intenta buscar tiempos en soledad con tu hijo y tu pareja. Es importante que tengan sus tiempos y puedan disfrutar de este momento único que están viviendo.
¡Felicidades y a disfrutar!





