Según los expertos, los niños pueden tener comportamientos irrespetuosos con sus padres por cuatro razones esenciales: como resultado de una frustración, porque copian un patrón de la realidad, para probar fuerza o para llamar la atención. En cualquiera de los casos, es importante tener en cuenta que el irrespeto es inadmisible y que hay que tomar medidas para cortar de raíz el problema de modo que no vuelva a repetirse nunca más.
Cómo manejar las faltas de respeto en los niños


No es mala idea dejar explícitas ciertas reglas de comportamiento que eviten caer en lo irrespetuoso. Esta lista debe estar colocada en lugares visibles de la casa que permitan siempre referirlas cuando se viole alguna norma. Ejemplos pueden ser: decir gracias, no gritar, no golpear, etc.
Cuando tu hijo cruce los límites, mantente calmado. No puedes perder los estribos ni mostrar enojo. Tú eres quien debe tener el control de la situación, así que mucha ecuanimidad para luego dar el paso necesario. Si la situación ha sido tan grave que no puedes evitarlo, respira dos o tres con veces profundamente. Sólo responde cuando te sientas en condiciones de manejar el asunto racionalmente.

Es hora de decirle al niño que no es correcto lo que está haciendo. Hazlo de manera directa, mirándole a los ojos y con firmeza. Exprésale que no vas a tolerar que use el lenguaje que ha empleado o que diga las cosas que ha dicho. Entonces no respondas ninguna frase a menos que sea respetuosa. Mantente en silencio. Ello le dirá al menor qué hizo incorrecto y le mostrará que sólo vas a atender a sus sentimientos si conversa adecuadamente.
Cuando el delito del pequeño es de gravedad, es menester decirle cuál ha sido su irrespeto y avisarle que se le enviará a una silla de castigo durante un rato. En caso de que repita la acción, se precisa llevar a cabo el castigo por unos minutos poniendo un cronómetro que marque el final. Cuando la alarma suene, debe explicársele porque ha sido castigado y pedirle que le ofrezca disculpas a la persona a la cual ofendió.
Finalmente, escucha a tu hijo con respeto. Sobre esa base se asienta el propio comportamiento del niño para contigo. Trata siempre de dialogar, mientras sea posible. También trata al resto de las personas respetuosamente, para tu hijo será contradictorio ver que le exiges una manera de ser que no se corresponde con tu modo de relacionarte con los seres humanos.







