Cuando empecé a investigar para abordar esta temática, me sorprendió la cantidad de artículos que rondan en la web sobre los innumerables motivos para NO tener hijos. Llegué a leer cosas bastante ridículas como "si te gusta insultar o quieres ser millonario, es mejor que no tengas niños".
6 razones para tener hijos

Ante este panorama tan desalentador, no pude dejar de preguntarme: ¿será que tener hijos es tan terrible? En ese caso, ¿por qué las personas lo siguen haciendo? Y fue entonces cuando descubrí la otra cara de la moneda. He aquí las 6 razones para tener hijos.

#1 Una nueva perspectiva del mundo
Siempre que tengan las posibilidades económicas, las parejas sin niños tienen la total libertad de recorrer el mundo a sus anchas y de perseguir sus metas sin mayores dificultades. Cuando se tiene un niño, sin embargo, el orden de prioridades se modifica: los viajes y el éxito profesional pasan a un segundo plano. El lugar privilegiado lo ocupa el recién llegado. Este cambio puede resultar un poco desconcertante, pero lo cierto es que nos ofrece una perspectiva totalmente diferente y enriquecedora del mundo.

#2 Una mejor alimentación
Esta es una realidad muy evidente: las parejas suelen estar saturadas de responsabilidades y no disponen de tiempo para cocinar. ¿Resultado? Comida chatarra, comida chatarra y... comida chatarra. Ahora bien, cuando no solo debemos preocuparnos por lo que ingresa en nuestra boca, las cosas cambian. El anhelo de que el bebé crezca sano y fuerte hace que los padres también sean más conscientes de su propia dieta.

#3 Más ejercicio físico
Después de que la mamá dé a luz, tanto ella como su pareja tendrán que cargar a su pequeñito por unos cuantos meses. Y cuando aprenda a caminar, deberán seguirle el ritmo y corretear de un lado a otro, para que nada le suceda. En otras palabras, el gran caudal energético del niño será perfecto para terminar con el sedentarismo de sus padres. Con tu pequeño en casa, ¡ya no necesitarás ir al gimnasio! Tendrás a tu personal trainer en casa.

#4 Mayor flexibilidad
Tener hijos hace que ejercitemos una de las virtudes más valiosas: la flexibilidad. Y es que una vez que pasen a ser tres en casa, toda la rutina se verá completamente alterada: los horarios de descanso, de alimentación, las visitas a familiares... TODO. Esto hará que la pareja ponga a prueba su estabilidad física y emocional. Sortear con creces esta etapa es un verdadero desafío, pero una vez que se logra la gratificación es verdaderamente inexpresable.

#5 Más consciencia
Al tener hijos, no solo nace un nuevo ser humano, sino también una aguda consciencia del futuro. Y es que estar completamente a cargo del bienestar de un ser vivo no es asunto fácil y exige precaución y mucha planificación. Esto hace que las acciones sean más pensadas y sus consecuencias más medidas. Como consecuencia, los padres se convierten en personas más conscientes de su comportamiento.

#6 Entrega pura
Hay algo en el amor paternal que trasciende a las otras manifestaciones de este sentimiento. Y es que el vínculo entre padre e hijo es eterno e irrompible. En muchos casos, implica el sacrificio del propio bienestar en pos del recién nacido. He aquí el acto de entrega más puro y sublime de todos.
Tener hijos no es como irse de vacaciones. Lo cierto es que es una decisión que te transformará: le sumará un rol a tu vida, alterará por completo tus horarios y hará que te prives de algunos gustitos. Pero, a cambio, te dará el privilegio de que protagonices el amor más profundo que puede sentirse en este mundo: el de un padre hacia su hijo.








