5 razones para no dejar a un niño solo en el auto

Como madres que trabajamos fuera y dentro de casa, vivimos contra el reloj, tratando de robarle siempre cinco minutos al día, cuando no a la noche. Somos capaces de realizar cuatro o cinco tareas al mismo tiempo y siempre con una sonrisa. Muchas veces, en ese ímpetu de querer ser omnipresentes, podemos cometer algún error que ponga en riesgo la seguridad de nuestros hijos. Como por ejemplo dejar a los chicos solos dentro del automóvil por algunos minutos.

Este, sin embargo, es una conducta que deberíamos dejar de hacer. Aquí tienes algunas razones para no dejar a un niño solo en el auto.

Riesgos de dejar a los niños solos en el auto

Muchas veces sucede que estamos conduciendo y nos acordamos de que debemos sacar dinero del cajero automático. Pensamos que es sólo cuestión de unos segundos, y que podemos dejar a nuestro niño solo en el auto, así haremos más rápido. Pero es sólo un segundo lo que lleva a la tragedia a instalarse en nuestras vidas.

Es importante que sepas que no debes dejar a tu niño solo en el auto porque:

• Para los niños es aterrador quedarse solos, pueden sentirse abandonados.
• La temperatura de un auto puede cambiar rápidamente, pasando de demasiado caliente a demasiado frío en cuestión de segundos.
• Podrías, en el apuro, olvidar las llaves del auto dentro, junto con tu hijo.
• Según Safe Kids, 30 niños mueren cada año cuando están solos en el auto.
• En algunos lugares, incluso, es ilegal dejar a los pequeños solos en el auto, sin la supervisión de un adulto responsable.

De la misma manera que no se te ocurriría dejar a tu pequeño en la bañera o cerca de la piscina, sin estar tú presente, piensa en los riesgos que corre si lo dejas solo en el auto aunque sea por unos minutos.

Muchas veces, leemos en los diarios que han robado un niño de la estación de servicio, mientras su madre había bajado por unos minutos para pagar la cuenta del combustible, y sólo en cuestión de segundos.

Tratandose de la seguridad de nuestros hijos, es preferible perder la carrera contra el reloj. Siempre.

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