¿Cuántas veces nos han dicho que sin una dieta estricta no podemos bajar de peso? Cada vez que nos proponemos una mejor calidad de vida, aparece el estigma del régimen: qué alimentos hay que dejar de comer, a qué eventos tenemos que asistir ya alimentadas, bajo qué ejercicios debemos acompañar una comida balanceada. En fin, infinitos datos que no hacen más que crear una relación tóxica con el plato que tenemos enfrente.
El método de NO dieta: 20 frases de una nutricionista que estarás feliz de escuchar


Sin embargo, para Mónica Katz, médica especialista en nutrición, las dietas no son el camino. En su libro « El método NO dieta: cómo reconocer tus emociones para comer mejor» explica -en detalle- las razones por las cuales una persona jamás debería seguir una dieta si de verdad quiere bajar de peso.
El camino no son las dietas

Hace varios años que Mónica Katz trabaja en el ámbito de la nutrición y sabe perfectamente que perder peso es una de las determinaciones más complejas e intricadas. Por eso mismo se propuso desarrollar una teoría novedosa: para ella, el secreto está en el cambio de paradigma, ese que nos lleva a tener en cuenta también a nuestras emociones. Así es cómo surge el método NO DIETA, que le da la bienvenida al sentido común y al placer.
Katz insiste en que es primordial no considerarnos como máquinas termodinámicas que ingieren y gastan calorías. Los sentimientos también son importantes, entonces, privarnos de algo que deseamos, es un verdadero error. Y, en tan solo 20 oraciones, Katz confirma su método, brindando razones cientificas. ¡Conoce cuáles son!
20 razones para comprender por qué las dietas NO son efectivas
#1

Es necesario equilibrar la pérdida de peso con el exceso de grasa que cada persona posee. En este sentido, adelgazar de manera rápida es un error porque con el tiempo todos los kilos perdidos pueden retornar, una vez más, en forma de grasa.
#2
Si el organismo no recibe suficiente energía, entonces, pone en marcha un mecanismo psiconeurohormonal que limita la pérdida de peso. Es muy común conocer este período como «meseta».
#3
Excluir alimentos como la leche y los hidratos tal como describen las llamadas «dietas mágicas», pueden generar deficiencias nutricionales.

#4
Las dietas de hambre aumentan una hormona denominada «gherlina», la que genera ingesta de grasa y aumento de peso.
#5

Indicar en un menú especial qué hay que comer y qué no, incluso estructurado en días y horarios, no resulta. Las personas no pueden seguir esas reglas, simplemente porque se ingresa en un conflicto entre la razón y la emoción.
#6
Las personas que hacen dietas poseen ocho veces más riesgo de padecer un trastorno alimenticio.
#7
Estar a dieta implica que todo sea blanco o negro. Se está a dieta o no. Si alguien cree que perdió la batalla, entonces, abandona y puede llegar a perder el control.
#8
Las dietas proponen patrones alimentarios insostenibles.
#9

Todos necesitamos una dosis de calorías, nutrientes y de placer, algo que en las dietas es imposible de sentir.
#10
Las dietas proponen lo light y eliminan todo lo que nos gusta. A largo plazo, cualquier persona termina dejándolas porque son intolerables.
#11
Las dietas son, en realidad, una patología: jamás logran un peso estable.
#12
Los regímenes extremos y muy altos en proteínas pueden generar mayor pérdida de peso, pero a los seis meses todo comienza a retroceder. La permanencia en este tipo de dietas es incluso muy baja.
#13

Las «dietas mágicas» lo único que logran es que desciendan los niveles de leptina, una hormona que adelgaza (quita el hambre y eleva el gasto de calorías). Sin embargo, al tiempo, el hambre vuelve y de manera descontrolada.
#14
Abstenerse de algo rico durante cinco días y comer una porción excesiva durante el fin de semana, como indican las dietas con «permitidos» y «prohibidos», genera atracón.
#15
Privarse de ciertos alimentos también provoca incertidumbre. Irónicamente, las dietas extremas nos hacen s entir más ganas de comer.
#16

Las dietas no tienen en cuenta que uno es una persona con emociones y deseos.
#17
La dietas apuntan a bajar de peso y tú eres más que los kilos que marcan la balanza.
#18
Vivir a dieta no te hace feliz. De hecho, los que nunca se han sometido a una, suelen ser más delgados.

#19
La dieta como rutina incrementa el cortisol, que es la hormona que regula el estrés.
#20
En una dieta, todo es NO. Indefectiblemente, lo que está prohibido genera más y más deseo.
Entonces, ahora ya lo sabes. Para sentirte bien contigo mismo, sí tienes que comer sano, pero siempre que estés a gusto. La restricción como modelo de vida no hace otra cosa que generar lo contrario a lo que se quiere. De hecho, nunca te prives del placer o deseo que te genera alguna comida. ¡Ponlo en práctica y se feliz!
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