Ayuno prolongado vs ayuno intermitente: conoce cómo bajar de peso de forma saludable
Los ayunos intermitente y prolongado se han vuelto prácticas cada vez más comunes en los hábitos alimenticios para bajar o controlar el peso: te decimos cuál es la diferencia, los beneficios y los riesgos de cada uno.
En los últimos años, se han popularizado prácticas alimenticias que consisten en dejar espacios de ayuno largos con el objetivo de restringir calorías, disminuir la inflamación y adquirir nuevos hábitos alimenticios.
Es importante consultar a un especialista en nutrición en caso de querer iniciar una de estas prácticas, pero te explicamos en qué consisten.
¿Qué es el ayuno intermitente?
El ayuno intermitente consiste en interrumpir la ingesta de comida durante algunas horas o días. Existen varias formas de ayuno intermitente, pero las más populares son por 12 o 16 horas. También existen ayunos de un día completo o una modalidad en la que se come normal 5 días a la semana y se ayunan 2.
Dependiendo de los objetivos y las recomendaciones médicas, los periodos de ayuno pueden variar y cada persona se puede acoplar a horarios distintos en las comidas. No obstante, el ayuno intermitente básicamente trata de restringir calorías y dejar pasar varias horas entre cada comida.
¿Qué es el ayuno prolongado?
A diferencia del ayuno intermitente, en el cual se ingiere comida cada determinado tiempo, el ayuno prolongado se ha popularizado por no comer en más de un día.
La práctica se ha llevado al extremo e incluso puede convertirse en un trastorno alimenticio, pues expertos en salud argumentan que el ayuno prolongado es más parecido a una huelga de hambre que al intermitente, ya que quienes lo practican solo consumen agua durante una semana o más.
El ayuno prolongado suele confundirse con las dietas muy bajas en calorías, que siempre se realizan bajo supervisión médica, e incluso se aplican en pacientes enfermos con requerimientos especiales.
Sin embargo, incluso en ese tipo de dietas, las personas no dejan pasar tantos días solo consumiendo agua.
¿Cuáles son los beneficios y riesgos para la salud?
Hay evidencia científica de que el ayuno intermitente puede tener beneficios para la salud, como mejorar el metabolismo, eliminar la resistencia a la insulina, reducir el riesgo de accidentes cerebrovasculares e incluso prevenir el Alzheimer; siempre y cuando se realice bajo supervisión médica.
Alguien que no está acostumbrado al ayuno intermitente puede padecer hambre, mareos o dolor de cabeza mientras el cuerpo se acopla, pero a la larga puede convertirse en un hábito saludable. Es por eso que este estilo de alimentación debe ser cuidado por un especialista.
En el caso del ayuno prolongado, no es una práctica recomendada por doctores ni nutriólogos, pues dejar de comer por varios días puede tener consecuencias negativas para la salud.
Al no comer, el organismo va a intentar reservar la energía que tiene acumulada para suplir la ingesta de alimento. Esto también ocurre en el ayuno intermitente; sin embargo, en el ayuno prolongado llega un momento en el que el cuerpo se queda sin reserva y tampoco tiene nueva ingesta.
La práctica puede conducir al desgaste muscular debido a que el organismo debe obtener energía de algún lado. Además de irritabilidad, mareos, sueño o dolores de cabeza, el ayuno prolongado puede derivar en problemas de presión, cardiovasculares y anemia.
Lo hábitos alimenticios son parte fundamental de la salud humana y por eso se debe consultar a un experto antes de iniciar cualquier cambio en las prácticas.
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