El nudismo y el naturismo surgen como movimientos enfocados a aceptar el cuerpo de cada individuo y poder convivir con sus complejos en una sociedad más libre. Una idea que no parece respetar del todo un nuevo establecimiento que abre sus puertas el próximo mes de julio: el restaurante nudista de Japón que prohíbe entrar a los obesos, rompiendo la norma de un estilo de vida pacifista en el que la ausencia de exclusión siempre ha sido una de sus principales normas.
Un restaurante nudista de Japón prohíbe entrar a los obesos

Cuando el nudismo es algo conservador
@japanમાં ખૂલી રહ્યું છે #NakedRestaurant, જેનું નામ છે #theamrut ,એન્ટ્રી માટે છે નિયમોhttps://t.co/hHSWs9yVPO pic.twitter.com/0bnaBBf76D
— NavGujarat Samay (@navgujaratsamay) June 20, 2016
El próximo 29 de julio la ciudad de Tokio abrirá las puertas de su primer restaurante nudista, The Amrita (Inmortal en sánscrito), un establecimiento en el que camareros desnudos y musculados servirán cenas de postín a todo aquel que entre sin ropa, ataviado simplemente con unas mudas de papel especial aportadas por el restaurante. Una idea genial que, no obstante, no llega exenta de una gran polémica desatada a partir del descontento de muchos usuarios en redes sociales como Twitter o Facebook. ¿El motivo? Sus muchas restricciones.
La primera norma, y posiblemente la que más ha molestado al público, es la exclusión de personas obesas cuya peso se exceda en 15 kilos en relación al promedio de peso y altura, a fin de crear un entorno elitista y estéticamente aceptable. A su vez también se excluye la asistencia de todos aquellos interesados que no estén incluidos en la franja de edad de entre 18 y 60 años, ni tampoco a las personas tatuadas, ya que estas suelen estar relacionadas en Japón con el crimen organizado o las organizaciones yakuzas. Por supuesto, si cada una de las personas a las que atañen estas norman han pagado los 100 euros por adelantado que exige la reserva de la cena en el restaurante el dinero no les será devuelto.
Y es que además de templo del nudismo, The Amrita se ha propuesto convertirse en el último grito en ocio de lujo en la capital japonesa. El establecimiento ofrecerá cena con espectáculos de bailarines desnudos por precios que alcanzan hasta los 750 dólares, mientras que la cena sin espectáculo oscilará unas tarifas que van desde los 130 a los 260 dólares. A su vez, se facilitarán dos zonas dentro del local: una para personas vestidas y otra para nudistas, quienes deberán desquitarse de su ropa a la entrada del recinto y depositar sus teléfonos móviles o demás aparatos electrónicos en unas consignas.
El resto de la velada se compone de velas, poco contacto físico y mucho músculo, la atracción principal de un local cuyas liberales intenciones contrastan con una política quizás demasiado superficial.
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El restaurante nudista de Japón que prohibe entrar a los obesos, tatuados y ancianos se ha convertido en toda una revolución en redes sociales y no precisamente por sus liberales intenciones, sino más bien por unas normas quizás demasiado estrictas para un entorno en el que, desde siempre, la aceptación del cuerpo ha sido la más justa de sus motivaciones.
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