Imagina una melodía onírica aderezada del silbido de Kill Bill o el sonido de un ovni: así es la música de Isao Tomita, compositor de música electrónica japonés que revolucionó la industria del género durante los años 70 y 80 gracias a su capacidad para hilar la cultura pop con la clásica pasándola por el filtro oriental. Un artista al que homenajeamos con algunas de sus mejores canciones, curiosidades y logros.
Muere Isao Tomita, mago japonés de la electrónica. ¿Cuál es su legado en la historia de la música?

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El Miyazaki de la electrónica
Durante sus años como estudiante de arte Isao Tomita (1932, Suginami) poco podía presagiar que se acabaría convirtiendo en el mayor pionero de la música electrónica de Japón. Una leyenda que el pasado 5 de mayo sucumbió a un ataque al corazón en Tokio, dejando como herencia una trayetoria musical inigualable, pionera, MÁGICA.
La trayectoria de este teclista y compositor comenzó con la composición de partituras para series, películas e incluso eventos, como fue el caso de la sintonía del equipo gimnástico japonés en los Juegos Olímpicos de Australia de 1956.
A finales de los 60 el gusto musical de Tomita era tan refinado que comenzó a interesarse por la música extranjera y, en concreto, por un género electrónico que nacía en Occidente de la mano de compositores como Wendy Carlos. Tras quedar encandilado con los sintetizadores de Carlos, Tomita decidió encargar un sintetizador Moog III y comenzar a producir música por su cuenta. El primer resultado de este experimento sería el álbum Snowflakes are Dancing, el cual escucho de fondo mientras escribo estas líneas, luchando por no viajar a los mundos que invita.
Y es que la música de Tomita transporta, trascendiendo más allá de la música electrónica que conocemos hoy día gracias a una instrumentación única, aderezada de melodías que parecen dignas de una película de Hayao Miyazaki, contemplativa, original. Una opinión que seguramente comparto con los estadounidenses que en 1974 decidieron nominar el trabajo de Tomita a cuatro premios Grammy en la ceremonia de 1975. Un trampolín que ayudó al compositor a publicar más discos, entre ellos Kosmos (1978), el cual incluía la "versión Tomita" de la sintonía de Star Wars.
La trayectoria de este artista se caracterizó por la adaptación de piezas clásicas como Claro de Luna o Arabesque nº1 de Claude Debussy a la electrónica japonesa y su capacidad para reinventarlas, convertirlas en piezas aún más mágicas. Prueba de ello son los muchos usos de sus canciones en programas de índole mística o su colaboración con Disney para la melodía de entrada de Disneyland Toyo.
Curiosidades que propiciarían su reconocimiento con el Japan Foundation Award en 2015, el cual premia a aquellas personalidades que en algún momento han fomentado la contribución del pueblo japonés al resto del mundo.
Un último premio para este mago de los sintetizadores quien, desde hace unos días, marchó hacia esos otros mundos surrealistas que evocaban sus canciones.
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El compositor de música electrónica Isao Tomita murió el pasado 5 de mayo dejando como legado una aportación al mundo de la música que combina su propia historia con la globalización de la que hoy día somos testigos.
¿Qué te parece la música de Tomita?









