Movimiento slow: ¿a qué se aplica?

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" Slow" es una palabra que hasta hace poco no nos decía gran cosa e, incluso, tenía más bien una connotación negativa. Sin embargo, en un mundo que parece vivir más acelerado que nunca la necesidad de ser algo más pausados, lentos y disfrutar del momento ha llevado a la sociedad a aplicar tal filosofía a diversos campos que abarcan desde el turismo hasta las dietas.

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¿Quieres saber qués es el movimiento slow y a qué se aplica?

Slow food

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En 1986, la apertura de un establecimiento McDonalds en la Plaza de España de Roma provocó diversas protestas que terminaron aliándose en una nueva asociación conocida como Slow Food. Esta iniciativa, la cual ha tardado varios años en llegar a las grandes masas, promueve el disfrute de la gastronomía típica en compañía, las medidas sostenibles en cuanto a la producción de los alimentos, o la adaptación de los cultivos en función al clima.

En definitiva, el origen tras la fiebre "por lo ecológico" que durante los últimos cinco años ha alcanzado su punto más álgido. 

Slow journalism

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Hace unas semanas os comentábamos algo más sobre el periodismo lento, una tendencia que pretende reinventar esos contenidos instantáneos fomentados en la era de las redes sociales en las que un titular inmediato prevalece sobre un buen contenido.

Diversos medios editoriales, especialmente de carácter político, han comenzado a tomarse su tiempo a la hora de sintetizar y redactar la información, publicando contenidos que, a pesar de su tardanza, incluyen un cuerpo más amplio, cuidado e, incluso, digno de colección para los amantes de las revistas o periódicos. 

Slow fashion

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La moda también se ha visto influenciada por el movimiento slow ya que, al igual que otras vertientes, todos sabemos lo común que resulta en Occidente comprar ropa como si no hubiera un mañana o consumir prendas "rápidas", superproducidas por empresas con talleres distribuidos alrededor de todo el mundo utilizando peones locales que fácilmente son explotados.

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La moda lenta apuesta por un menor consumo de ropa, la elección de prendas que no estén sometidas a determinadas tendencias, la reutilización de una camiseta vieja o un pantalón que ya no usemos y una elaboración del producto cuidada, como antaño.

Slow tourism

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Cuando viajamos, especialmente durante pocos días, la obsesión del turista por visitar todos y cada uno de los obligados de un destino llevan a consumir una experiencia que debería ser disfrutada de un modo más pausado.

Es por ello que el turismo lento apuesta por estancias de, por ejemplo, una semana en un pueblecito perdido en el que podamos ser uno más de la comunidad: desempeñar una rutina, descubrir los productos típicos, disfrutar del silencio de una plaza a medianoche, aceptar la invitación del local que nos invita a tomar un café en su casa o adquirir productos típicos que contribuyan al crecimiento económico del lugar.Disfrutar en zonas como la Vega Baja de Alicante, en España, o degustar los vinos de la francesa Bordeaux son algunas de las opciones para llevar a cabo esta práctica.

O, quizás, practicar slow tourism en uno de estos bosques que parecen salidos de un cuento se convierta en otra genial opción.

Slow cinema

El cine lento apuesta por las películas contemplativas, minimalistas, más enfocadas a satisfacer los sentidos del espectador mediante sensaciones que no obedecen a una trama concreta o a un despliegue de efectos digitales made in Hollywood. Uno de los ejemplos más notorios del slow cinema sería la película Le Quattro Volte, la cual narra las diversas reencarnaciones de un hombre que vive en las montañas del sur de Italia sin necesidad de recurrir a argumentos enrrevesados.

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El movimiento slow abarca desde el cine hasta el turismo pasando por la fotografía, la cocina o incluso la religión. Intenciones que, lejos de querer convertir lo lento en una tendencia marchita, pretenden sumar a nuestra vida en todos esos pequeños detalles que obviamos y que, realmente, restan peso a nuestra felicidad. Porque todo siempre puede ser más lento,  ergo saludable y necesario.

¿A qué aspecto de tu vidas aplicarías este movimiento?