Michael Jackson's Ghosts, la curiosa colaboración del rey del pop con Stephen King

Era el año 1996.

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Michael Jackson ya es el indiscutido rey del pop, un artista consumado y, como suele suceder muchas veces, también, en cierto modo, consumido.

A esta altura ya había publicado el álbum Thriller hacía más de una década. Había consolidado su estrellato y definido su figura con Bad y Dangerous; ya todo el mundo había visto y se había fascinado con los videoclips de “Beat It”, “Billie Jean” y “Thriller”; había sido considerado como alguien que derribaba barreras raciales en el pop, protagonizado sus propias películas e inventado el paso lunar, y sus distintivas técnicas de baile eran célebres en todo el planeta.

Pero también ya había protagonizado sonadas controversias por su color de piel cada vez más blanco (que él siempre sostuvo fue debido a la enfermedad vitiligo), había sido criticado por sus cirugías plásticas, se había casado y divorciado en un par de años (de Lisa Marie Presley), siendo objeto de decenas de titulares de la prensa amarillista, y había sido acusado de abuso sexual a niños.

En este contexto, se produjo una de las colaboraciones artísticas más curiosas de la cultura popular: Michael Jackson y Stephen King.

Imagen Getty Images

A simple vista no son dos nombres que uno espera encontrar juntos, pero en realidad tiene sentido.

En definitiva se trata del rey del pop y el autor más leído de la literatura de horror, suspenso y ciencia ficción, géneros que también forman parte de la estética y la obra de Michael Jackson, en algunas de sus canciones más conocidas, en sus memorables videoclips y en sus películas.

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Hubo, tal vez, y esto no es más que una burda especulación, alguna intención de impacto marketinero inevitable al reunir al «King of the Pop» y al popular King.

Stephen King, como deben saber, es también un apasionado de la música y él mismo un guitarrista.

Como tal, formó parte de la banda Rock Bottom Remainders, formada en 1992 junto a varios otros escritores como una suerte de chiste, un hobbie público, que se extendió y cobró una magnitud mucho mayor de lo que todos esperaban: terminaron tocando en el Salón de la Fama del Rock and Roll en 1995.

Ver también: ¿Conoces a los Rock Bottom Remainders, la banda de Stephen King y Matt Groening?

King ha se ha referido varias veces a sus bandas favoritas, que, nuevamente, uno no asociaría a Michael Jackson o la música pop: Los Ramones, AC/DC, Judas Priest, Metallica, Blue Öyster Cult.

King dijo que siempre estaba interesado en probar cosas nuevas, y que “escribir un mini musical, eso sí que es nuevo”. Así, Stephen King y Michael Jackson se reunieron y escribieron a cuatro manos el cortometraje titulado Michael Jackson’s Ghosts.

Es una película de casi 40 minutos que también puede ser considerada en cierto modo un extenso videoclip.

A diferencia de la más famosa Moonwalker (1988), que no tiene una trama o una historia discernible y parece más bien un conjunto de videoclip pegados, Ghosts tiene una narrativa muy definida, desarrollada a través de lo musical, con canciones tomadas de sus álbumes HIStory: Past, Present and Future, Book I y el de remixes Blood on the Dance Floor: HIStory in the Mix.

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La película cuenta la historia de un misterioso director de música con poderes sobrenaturales, interpretado por Michael Jackson, que vive en una espeluznante mansión en lo alto de una colina.

Cuando una madre preocupada lo denuncia con el alcalde –un hombre arrogante y villanesco, también interpretado por Michael Jackson– este organiza a todo el pueblo para echarlo de la ciudad. En medio de todo esto se incluyen, naturalmente, varias rutinas de baile de Michael Jackson acompañado por su séquito de fantasmas y demonios. Michael Jackson interpreta en total a 5 personajes en la película.

Ghosts fue dirigida por el gurú de los efectos especiales y experto en maquillaje Stan Winston, ganador de varios Oscar en la categoría por su trabajo en Terminator, Jurassic Park y Alien.

En 1996, Michael Jackson’s Ghosts se proyectó en los cines a modo de introducción de la película Thinner, basada en la novela del mismo nombre de Stephen King.

Un año más tarde se lanzó en VHS y se presentó oficialmente en el Festival de Cannes, pero por alguna misteriosa razón se hundió en el olvido por los siguientes 20 años.

Aquí una versión con mala calidad de imagen, pero subtitulada: