Aquella noche parecía ser una más: droga abundante como parte de esa fiesta salvaje imparable en la que se había convertido la vida de la pareja. Pero la mañana fue diferente: un cadáver yacía en el baño. Era el de ella, Nancy Spungen. Tenía múltiples puñaladas en el estómago, y la sangre se colaba por su ropa interior negra.
La historia de Sid y Nancy (porque nunca tenemos suficiente de ella)

Sid Vicious, su novio, pidió ayuda en la recepción. No recordaba qué había pasado, y la policía lo arrestó. Pensaron que seguramente él había matado a Nancy.
Este es el punto cumbre de una historia de amor tóxica como pocas. Una que ha sido llevada a la pantalla grande y referenciada en Los Simpsons, por solo nombrar algunos rincones de la cultura pop que se han nutrido de ella. Todos conocemos a Sid y Nancy, pero nunca tenemos suficiente de ellos.
El narco y la suicida
John Simon Ritchie nació en mayo de 1957 en Londres. Su padre era John Ritchie, un guardia de Palacio de Buckingham con interés por la música que había conocido a Anne, la madre del chico, en la fuerza militar.
Pero en este hogar faltaba la marcada disciplina del trabajo. John abandonó a Anne y a su pequeño hijo, y ella decidió trasladarse a Ibiza, donde se dedicó a vender y consumir drogas. Ese fue su legado al pequeño John: ya a los 14 años el joven era su compañero de negocios y «viajes». Ella misma le enseñó cómo inyectarse heroína y cómo vender sin ser detenido, algo que no acabó ni cuando se descubrió que John sufría de trastorno boderline.
Nancy tuvo una vida muy diferente. Hija de un par de judíos, vivía en una pequeña ciudad de Estados Unidos que le quedaba pequeña para sus sueños y su violencia. Nancy golpeaba a sus hermanos, les quitaba las cabezas a las muñecas, atentó contra una niñera e intentó matar a su madre con un martillo. También quiso quitarse la vida en varias ocasiones. Pronto huyó a la Gran Manzana, donde se hizo fanática del alcohol, las drogas y el rock, pero no se sentía a gusto. Empezaba la invasión británica. Londres era su destino.
El músico y la groupie
John empezó a interesarse por la música. Aprendió a tocar el bajo, aunque sin mucha habilidad, y fue parte de varias bandas en las que se dio a conocer no por su destreza musical, sino por su carácter descarriado. Se cambió el nombre a « Sid Vicious» y tocaba en el escenario con un comportamiento errático que encantó a sus seguidores.
Esa fama lo hizo llegar a los Sex Pistols, una banda punk que ya era famosa y acababa de dejar ir a su bajista por ser pendenciero. Claramente, no sabían lo que les esperaba con Sid.
Nancy se había mudado a Londres y se entregó a la vida groupie. Seguía a las bandas del momento y se entregaba en cuerpo y alma a los músicos y a quien le ofreciera algo de dinero, según cuentan. Fue así como llamó la atención de Sid. Pronto se unieron. La mezcla fue explosiva.
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Drogas, peleas y sangre
La relación de Sid y Nancy fue tumultuosa. Las discusiones y peleas frecuentes se conjugaban con su amor por la vida salvaje, el alcohol y las drogas, algo que empezó a traer problemas a los de la banda. Sid llegaba cada vez más tarde. A veces, ni siquiera se presentaba.
A mediados de 1978, los Sex Pistols tuvieron su último concierto en Estados Unidos. Ya no se soportaban entre ellos y decidieron cortar por lo sano. Nancy interpretó aquello como una posibilidad: Sid no necesitaba de la banda. Él era una estrella y ella sería su mánager.
Se mudaron a una la habitación 100 del Hotel Chelsea de Nueva York, y Sid empezó con su trabajo en solitario y tuvo algunas apariciones públicas.

La prensa los acosaba, pero no por el talento de Sid, sino por Nancy y su gran boca. Ella los insultaba como si fuera un camionero. Era una historia tóxica imposible de abandonar.
La noche del 11 de octubre, la pareja celebró una fiesta en su habitación de hotel. Se metieron tanta droga como pudieron, y pronto no se supo más.
La mañana siguiente Sid era detenido por la muerte de Nancy. Pasó unos meses en la cárcel, donde fue rehabilitado hasta que el juez lo declaró inocente por falta de pruebas. Se manejaba la hipótesis de que quizá Nancy había sido asesinada por algún vendedor de droga con el que se encontraron esa noche.
Ese día la nueva novia de Sid, Michelle Robinson, le había preparado una fiesta para celebrar su libertad. Él solo quería drogarse y le pidió que le inyectara heroína, pero ella se negó. Algunas historias dicen que su madre fue quien le suministró la droga. Otras, que el mismo Vicious halló la ansiada sustancia y se fue a dormir.
El 2 de febrero, Sid fue encontrado muerto por una sobredosis. Anne, su madre, halló una nota suicida en su chaqueta: «Hicimos un pacto de muerte. Yo tengo que cumplir mi parte del trato. Por favor, entiérrenme al lado de mi nena». La vida salvaje de la pareja había acabado, no así su legado. Ese par se convirtió en leyenda.








