Historias con moraleja para crecer y aprender: la leyenda del samurai paciente

¿Hace cuantos siglos se hablaba ya de crecimiento personal? ¿Cuánto conocimiento alberga la milenaria cultura japonesa? 

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Son preguntas en las que nos perdemos porque el conocimiento es insondable y cuando se acumula tanta sabiduría solo puedes absorber cuanto te sea posible y dejarte maravillar por la mente humana.

Hoy te traemos una de esas viejas historias que se conocen desde siempre. Una leyenda llena de sabiduría con la que los niños japoneses han crecido:  La leyenda del samurai paciente. Seguro que te vas a identificar con su moraleja.

La leyenda del samurai paciente

Cuenta la leyenda que en los alrededores de la ciudad de Tokio, vivía un viejo samurai que, a pesar de vivir en un cuerpo ajado por los años, poseía un gran conocimiento y sabiduría que había acumulado por su experiencia a lo largo de una vida llena de aprendizaje, escucha y respeto.

El viejo samurai continuaba meditando y aprendiendo. Contaba aún con discípulos a los que transmitía su sabiduría desde el respeto y el aprendizaje. Ellos lo apreciaban y respetaban y creían ciegamente en la leyenda que rodeaba al anciano: que a pesar de su avanzada edad, su espíritu sabio lo llevaría a la victoria en la lucha con cualquier adversario, por difícil que pudiera parecer.

Y así, un día llegó en su búsqueda un joven e inexperto samurai conocido por su falta de escrúpulos y de principios. Solamente pretendía vencerlo para alcanzar la fama y reconocimiento, pensando que aquel viejo podría suponer una victoria fácil. Y así lo retó de las más inapropiadas e irrespetuosas formas: le amenazó, le insultó, le intentó provocar, ridiculizar, e incluso llegó al extremo de escupir en su cara e insultar a sus ancestros, demostrando una actitud miserable y pueril.

El viejo samurai, en contra de lo que todos esperaban, se mantuvo sereno y sin responder a toda la provocación. Al final del día, el joven guerrero estaba exhausto de no recibir respuesta o reacción alguna y se retiró confundido y humillado sin saber muy bien qué hacer. Los alumnos extrañados preguntaron al viejo maestro el por qué de su reacción y de haber aguantado todo aquello.

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- Si alguien llega hasta vosotros con un presente y vosotros no lo aceptais, ¿a quién pertenece el presente? - Preguntó a sus alumnos el sabio samurai

-A quien intentó entregarlo- Respondió un discípulo y el maestro repuso:

-Así es: ya sea un regalo como una injuria, insulto, rabia o calumnia, si no se acepta continuará perteneciendo a quien lo traía consigo.

Moraleja:

Tu paz interior depende exclusivamente de ti.
Las personas no pueden quitarte la calma porque solo de ti depende hasta dónde permites que te afecte.