¿Has notado que existe una idea general de que los adultos ven con cierta amargura a los jóvenes? No siempre sucede pero mi teoría es que una vez que nos graduamos y nos disponemos a enfrentar la vida adulta de lleno, nos damos cuenta de muchas cosas.
17 cosas que hacíamos cuando eramos estudiantes y que ahora sentimos que estamos muy viejos para repetir

La que más llama la atención es que se supone que hay ciertas cosas que no deberías hacer. Ya sea porque está mal visto, o porque el tiempo no te da, o porque lo que no te da es la billetera. Entonces nos preguntamos ¿estaremos viejos? Pues la respuesta solo la tienes tú. En realidad la respuesta es sí, estás más viejo, porque pasaron años, pero no es algo malo.
Lo que sí es verdad es que hay cosas que hacemos de estudiantes que ya luego no puedes hacer, al menos no tan a menudo. Hemos recopilado algunas que seguro te darán nostalgia de tus años de estudiante.
#17 Pasar el día entero viendo TV

Todo el día, sólo comer y ver tele. ¿Te imaginas poder hacer eso ahora que eres todo un adulto con responsabilidades y trabajo, quizás hasta familia? Pues si lo piensas, para eso están los viernes.
#16 Despertar un jueves con resaca
Es más, ya no eso de despertar un viernes con resaca vale. Incluso es poco probable que salgas de fiesta un viernes, porque tienes toda la semana trabajando. Mejor lo dejamos para el sábado.
#15 Pedirle dinero a tus padres
Es posible que esto no lo extrañes, porque a todos nos gusta la independencia y sentirnos autosuficientes. Pero sabes que hay momentos en los que te puedes ver un poco apretado de dinero y recuerdas cuando eras estudiante y podías recurrir a tus padres por un poco de ayuda.
#14 Tener todos los platos sucios

Porque te dio un fastidio tremendo limpiarlos... Toda la semana. Total la pizza se come con las manos, no nos hacen falta los platos, o los cubiertos, o los vasos. Tomamos directamente de la botella. ¡Que buenos recuerdos!
#13 La excusas para escapar de las responsabilidades
Claro que eso del perro se comió la tarea nunca funcionó, ni cuando era cierto. Pero teníamos más posibilidades de simplemente no estar a la altura de las responsabilidades y salir sin mayores consecuencias. Intenta hacer lo mismo con tu jefe... O con el banco.
#12 La decoración...

¿Muebles? Los básicos, un silla, una mesita, un ventilador. Quizás algunas señales de tránsito que robaste el miércoles cuando saliste de fiesta...
#11 Las discusiones con los porteros
Nadie era peor enemigo que los porteros de discoteca (o de pub, o boliche, o club, o bar, como le llames) Esas discusiones en las que te metías para ver si cambiaba el resultado. Tuve una amiga que era portera de una disco, y les aseguro que una vez tomada la decisión de que alguien no entraba, no entraba. De hecho ellos se entretienen cuando intentas convencerles... Una vez le vaciaron un vaso de bebida encima. Era divertido, la verdad.
#10 Trabajar de madrugada
Las mañanas son para los mayores, uno trabaja o estudia mejor después de la medianoche, es cuestión de despertar creativo. Porque la creatividad es joven también y tampoco se levanta temprano.
#9 Despertar después del mediodía
¿Madrugar? ¿Qué es eso? Por supuesto que si has estado estudiando o terminando un trabajo hasta poco antes del amanecer, no te puedes levantar antes de la 1 pm.
#8 Comer directamente del recipiente
¿Se acuerdan que hablábamos de muebles y mencionábamos que había que tener un plato? Bueno realmente no es necesario, uno puede comer directamente de la olla, o el recipiente en el que venga la comida (porque tampoco cocinamos).
#7 Todo se puede hacer en el microondas

El microondas, nuestro gran aliado. Igual todo lo que comemos en nuestra época de estudiante suele ser tan poco nutritivo y balanceado que no importa tanto eso de cocinar en el micro.
#6 Pasta, pasta, pasta
Uno podría pensar que la pizza es el alimento estrella en la época estudiantil, y no estaría equivocado. Pero la pizza hay que pagarla y a menos que puedas exprimir a tus padres por dinero, es mejor comprar pasta y vivir a base de eso. La pizza es más para última hora o visitas.
#5 Usar a los demás como lienzo
A menos que hayas crecido para ser un artista del tatuaje, eso de dibujar sobre la piel de los demás se ve bastante raro una vez sales de las aulas de clase. Las bromas de dibujarle bigotes a tus amigos quedaron atrás. Con la adultez, llega la responsabilidad.
#4 Apatía general
¿A quién le importa? Exacto, no importa a quién le importa. No importa nada.
#3 La leche cortada
Cuando eres estudiante y decides que necesitas tomar leche, está cortada. Siempre está cortada. Porque la compras cuando te provoca, tomas un trago y la olvidas, hasta que te vuelve a provocar, pero ya para entonces está pasada.
#2 Olvidar por completo una noche entera

¿Ya hablamos de la apatía? Esas mañanas en las que despertabas y te preguntabas ¿de dónde salieron esos moretones? Ni idea. Piensa en esta situación ahora siendo adulto. Ya estarías dando explicaciones...
#1 Salir de casa en pijamas
Cuando eres estudiante no hay tiempo para vestirse, o ganas. Total sólo vamos a la biblioteca a estudiar, o quizás a comprar leche.









