Antes de la televisión, la comedia llegaba a las audiencias de los Estados Unidos -además de las películas- principalmente a través de la radio. Muchos shows de comedia radiales eran emisiones de actuaciones en vivo, con la audiencia presente, por lo que se podía escuchar la reacción del público.
¿Por qué las sitcoms tienen risas enlatadas?

En 1946, Jack Mullin introdujo en los Estados Unidos el primer magnetófono, traído desde Alemania, conjuntamente con 50 rollos de cinta magnética. Esto permitía grabar hasta 20 minutos de sonidos en alta calidad. El aparato fue luego mejorado para ser utilizado en producciones radiales.
Los orígenes
El popular cantante y actor estadounidense Bing Crosby tenía un show radial que se realizaba en vivo y que, además, se tenía que realizar una segunda vez para las audiencias de la Costa Oeste, de modo que adoptó esta tecnología para evitar estos inconvenientes.
En uno de los programas de Crosby, estuvo como invitado el comediante Bob Burns para hacer su rutina. Fue una actuación extremadamente atrevida, subida de tono y vulgar, inadmisible para ser lanzada al público en aquel momento, pero que obtuvo una gran reacción y provocó enormes carcajadas.
El programa fue grabado y, como los chistes no se pudieron utilizar, un productor decidió dejar la cinta sólo con las risas. Semanas después, una actuación no tuvo demasiada repercusión en el público, por lo que se utilizaron estas risas para insertar en el programa ya grabado. Fue así que nacieron las risas enlatadas.
La risa incorrecta
En la televisión, los primeros shows de comedia eran grabados en el formato de multi-cámara y realizados con el público presente, lo que no resultaba confiable para los productores, ya que no siempre el público reaccionaba de la manera deseada: o bien no se reían en los momentos justos o bien en ocasiones se reían demasiado fuerte o por demasiado tiempo.
Un ingeniero de sonido de CBS, llamado Charley Douglass, decidió entonces remediar la situación en post-producción. Si la audiencia no otorgaba las risas deseadas, le agregaba risas adicionales; si la audiencia reía muy fuerte, reducía el volumen; si reían por mucho tiempo, silenciaba las risas luego de algunos segundos. Todos estos aspectos ayudaron a que la reacción del público estuviera más en sintonía con la intención de los productores y creadores, aunque no fuera necesariamente la reacción real.
La primera en sitcom en incorporar risas enlatadas fue The Hank McCune Show (1950).
A comienzos de la década de 1960, grabar un programa en vivo y con el público presente se fue haciendo cada vez más costoso y problemático. Parte de la audiencia no podía ver o escuchar el show desde donde estaban sentados. La puesta en escena era casi teatral por este motivo, y eso hacía necesaria la presencia de varias cámaras para tomar los diferentes ángulos en que transcurría la acción.
De pronto, los productores notaron que sería mucho más sencillo grabar con una sola cámara, sin público presente y, en su lugar, incluir las reacciones y las risas en postproducción, mediante una cinta grabada, tal como se había hecho antes en la radio. A partir de allí, las comedias con risas enlatadas y en formato cámara única se convirtieron en la regla.
Sin dudas, este aspecto fue moldeando a las audiencias y sus costumbres a la hora de mirar una sitcom, y probablemente tuvo un efecto psicológico importante. En 1965, CBS realizó un test con la serie Hogan’s Heroes para probar el efecto de las risas enlatadas. Se presentaron a la audiencia dos versiones idénticas del piloto, excepto que una de ellas tenía risas enlatadas y la otra no. La que no tenía risas grabadas fue un fracaso y la otra fue un éxito.
Promediando la década del 60’ casi no había sitcom estadounidense que no siguiera este formato y, casi todo el trabajo de manejar las risas enlatadas o modificar las reacciones reales del público (suavizándolas o reforzándolas), eran llevadas a cabo por el mismo ingeniero de sonido: Charley Douglass.
Douglass llegó a tener una “caja de risas” a la que sólo él o miembros de su familia tenían acceso, y se estima que ésta tenía alrededor de 320 risas diferentes grabadas, así como aplausos, gritos de “ooooh” y “aaaah” y hasta ruidos de personas moviéndose en su asiento.
Ese chiste ya no es gracioso
En los últimos años, sin embargo, se han ido dejando de lado progresivamente las risas enlatadas y, en ocasiones, son simplemente mantenidas para enmascarar las carencias del guión y de gracia de los chistes.
Si bien durante el auge de las comedias de cámara única y con risas enlatadas, fueron varias las que intentaron, sin éxito, suprimir este método (muchos productores lo consideraban engañoso), fueron algunas series de HBO las que lograron hacerlo y salir airosas, en épocas más recientes.
Series como Dream On (1990-1996) -de los creadores de Friends- y The Larry Sanders Show (1992-1998) eliminaron las risas grabadas y fueron aclamadas por la crítica precisamente por hacerlo.

Tal vez la última serie aclamada y popular en utilizar risas enlatadas fue Seinfeld, pero todas las sitcoms más originales, importantes y creativas que vinieron después prescindieron de las risas enlatadas.
Desde Arrested Development y The Office, pasando por Parks and Recreation, 30 Rock y Modern Family, hasta Community, Veep y New Girl, han demostrado que las risas enlatadas es algo del pasado y que ya no es necesario que la serie se ría por uno.









