La evolución de los soundtracks de las películas de Tarantino

Las películas de Tarantino no pueden disfrutarse por completo, sin sonido. Algún mantra inútil de la crítica especializada asegura: solo las obras maestras sobreviven al reto de verlas en mute, pero nada menos cierto en la filmografía de Quentin Tarantino. Hagan la prueba con cualquiera de sus títulos. Como diría David Lynch, nos perderíamos una parte indispensable del show. Algo así como asistir vendado a una sesión de striptease: no tiene sentido.

PUBLICIDAD

Por ende, suban el volumen de sus cornetas al máximo y gocen del siguiente recorrido por la discoteca esencial del rey de los soundtracks del cine posmoderno. 

Ver también: 8 músicos y actores que musicalizaron sus propias películas

Reservoir Dogs

El método del director comenzó desde su ópera prima. Cuando se sentía bloqueado o quería coger inspiración, se sentaba delante de su colección de placas, agarraba un vinilo de su gusto y lo dejaba correr en su tocadiscos. Repetía varias veces la rutina. Y de repente, surgía la magia: un tema, un clásico olvidado le explotaba el cerebro. De inmediato, ya tenía una canción épica para lograr el ambiente deseado, erizando la piel, tumbándole la quijada al espectador. Es el caso de Little Green Bag, cuyo ritmo acompaña a los carismáticos matones de la historia, a cámara lenta, después de un prólogo de antología. Ni hablar de Stuck In The Middle With You de Stealer’s Wheel. Retumba en la escena clave de tortura, a cargo de Michael Madsen, rebanando una oreja, a punta de hojilla.    

Pulp Fiction

Palma de Oro de Cannes. La joya de la corona. El largometraje que impactó en los noventa. El CD de la generación X. Figuró en Billboard. Su lista de hits no es normal. Cierren los ojos y recuerden el intro con el fondo de Misirlou, del pionero del surf rock: Dick Dale. Ahora evoquen la secuencia del baile entre John Travolta y Uma Thurman, al compas de You Never Can Tell de Chuck Berry. Vuelvan a deleitarse con Jungle Boogie de Kool & the Gang, Son of a Preacher Man de Dusty Springfield y Girl, You'll Be a Woman Soon de Urge Overkill. Todas para guardarlas en el chip de tu memoria por siempre. Estas piezas le imprimieron un sello indeleble a cada segmento importante de la cinta y cambiaron el curso de la industria independiente.

Jackie Brown

Amada y odiada. Subestimada e incomprendida por propios y extraños. La pieza menos apreciada por los groupies del niño terrible. Nosotros la valoramos en su contexto de trabajo de transición. Rindiéndole tributo a la corriente periférica del blaxploitation, el DJ complace a los fanáticos del subgénero, al incluir tonadas de ascendencia Funky, Soul y Afro. Por ejemplo, (Holy Matrimony) Letter to the Firm de Foxy Brown, Street Life de Randy Crawford, Natural High de Bloodstone y Didn't I (Blow Your Mind This Time) de The Delfonics. Ideales para el lucimiento de la estrella del reparto, Pam Grier.

Kill Bill Vol. 1 y 2

Fase superior del estadio feminista del realizador. Una salvajada, picada en dos, del primer al último minuto. Si no la conoces, búscala y admírala cuanto antes. Luego, descarga su artillería pesada de composiciones vibrantes, dramáticas, irónicas, alucinantes y emblemáticas. Serán un bálsamo para tu Ipod, tu Iphone, tu reproductor de mp3. Imposible compararlas, ni fragmentarlas, ni jerarquizarlas. Dale play a la número uno: la telúrica Bang Bang, My Baby Shot Me Down de Nancy Sinatra y déjate llevar, por la perfecta mezcla de cadencias estridentes, silbidos pegajosos y baladas melancólicas. Muy al estilo ninja, anime y karaoke style, por su influencia asiática.  

Ver también: Los 10 mejores spaghetti westerns según Quentin Tarantino

PUBLICIDAD

Death Proof

De nuevo, puro girl power. Pop, metalera y ultragore en homenaje al trash caricaturesco de Faster, Pussycat! Kill! Kill! de Russ Meyer. El memorable cierre de la trilogía del creador, dedicada a reivindicar a la mujer fuerte de hoy en día. Un psicópata siembra el terror en las carreteras, asesinando a jovencitas ingenuas a diestra y siniestra, con su carro a prueba de muerte, solo para él. Al final, se mete y se topa con las chicas equivocadas. Le propinan una cucharada de su misma medicina: a golpes. En el desenlace, consuman su venganza letal y caen los créditos, mientras se escucha Chick Habit de April March.

Bastardos sin Gloria

Aquí se desarrolla una ucronía. Es decir, una versión paralela y alternativa de una realidad del pasado. Por consiguiente, en Bastardos sin Gloria, un grupo comando organiza y ejecuta el magnicidio del dictador nazi: Adolf Hitler.

Emulando semejante premisa, se nos antoja imaginar un escenario hipotético de un tenor parecido, donde la resistencia judía se infiltra en la radio controlada por Goebbels, para emitir un programa subversivo, con el propósito de emitir la sinfonía de la destrucción de la séptima entrega de Quentin. Consumado el plan, estallarían los tímpanos de los dirigentes fascistas de la Alemania de la época, al oír las ondas insurgentes del soundtrack de la obra, constituido por material inspirado en hitos del R&B, el spaguetti western y la acción retro, como White Lightning de Charles Bernstein, Slaughter de Billy Preston, la instrumental One Silver Dollar de Gianni Ferrio, la legendaria The Surrender y la emotiva Rabbia e Tarantella de Ennio Morricone.

PUBLICIDAD

A la vanguardia de una sublevación belicosa.

Django Unchained

Casi un secuela melódica de Bastardos sin Gloria. También vaquera, sediciosa y en ánimo de revancha. En la comparación, le cae a latigazos a 12 años de Esclavitud, por su desenfadado sentido del humor negro.

Previo pago de derechos, comparte una serie de temas dorados de la escuela del viejo oeste. Para concluir en alto, rescatamos los acordes, líricas y arreglos de Django de Luis Bacalov, I Giorni Dell'ira de Riziero Ortolani, Sister Sara's de Morricone y Trinity de Annibale E I Cantori Moderni. Claro anticipo del futuro estreno de The Hateful Eight.

Ver también:  5 referencias a las películas de Quentin Tarantino en Los Simpson