La asombrosa escalada de bromas que se gastaron Sean Penn y Woody Harrelson

Las bromas en los lugares de trabajo es algo tradicional y muchas veces inevitable. Se podría decir que incluso favorece un ambiente laboral distendido y afable, al menos para aquellos que no sufren en carne propia la broma y, aun en este caso, siempre está la posibilidad de desquitarse.

PUBLICIDAD

A pesar de los millones de dólares involucrados y de estar poblado por celebridades famosas, algunos aspectos del set de grabación de una película se parecen demasiado a un lugar de trabajo corriente. Una oficina digamos.

Imagen NBC

Con motivo de la presencia de Woody Harrelson como anfitrión de Saturday Night Live, el próximo sábado, el sitio Uproxx decidió recordar una de las anécdotas más célebres y recordadas del actor.

Se trata de una escalada de bromas que Woody Harrelson mantuvo con su coprotagonista Sean Penn, durante el rodaje de la gran película bélica La delgada línea roja (Terrence Malick, 1998), que tuvo lugar en Australia.

Ver también: Top 10: películas de los 90

Como suele suceder en estos casos, en que las personas se gastan bromas mutuas, todo comenzó de manera bastante inocente y tranquila, hasta que, en el afán de desquitarse, uno lleva la siguiente broma un poquito más lejos, y así sucesivamente, hasta que todo adquiere proporciones desmedidas.

La delgada línea entre broma y broma

Para comenzar todo, Woody Harrelson colocó algunos chicles dentro del casco que utilizaba Sean Penn en sus escenas. Días después, arrojó una serpiente viva al tráiler donde se encontraba Penn.

Para desquitarse de estas bromas, Sean Penn diseño y repartió 2500 folletos sobre lo que él dio en llamar el “Día de Woody Harrelson”, en el que se anunciaba que el actor se haría presente en un parque de la ciudad en la que estaban rodando, y firmaría autógrafos cobrando sólo $10 dólares cada uno.

PUBLICIDAD

Además, Penn llamó a la radio local para difundir el supuesto evento, poniendo a Harrelson en la encrucijada de si asistir y perder toda una tarde firmando autógrafos entre fanáticos australianos, o no asistir y decepcionar a todos ellos. Finalmente, Woody llamó a la radio avisando que estaría presente pero que no cobraría por firmar autógrafos.

Imagen 20th Century Fox

Después de esto, le tocó el turno a Woody Harrelson de desquitarse con una broma, y aquí es que las cosas realmente se tornan interesantes.

Rehenes y asesinatos

Para su nuevo plan, Harrelson contó con la ayuda de Nick Nolte (también parte del reparto de La delgada línea roja) y hasta contrató a dos verdaderos policías.

Nick Nolte, conspirando junto a Harrelson, llamó a Sean Penn en el medio de la noche, le dijo que había tenido un accidente, que no había sido su culpa pero que estaba detenido, por ser extranjero, y necesitaba a alguien que respondiera por él. Sean Penn demoró 5 minutos en llegar a la estación de policía.

Imagen 20th Century Fox

Allí estaba Nick Nolte, junto a uno de los policías contratado por Harrelson, sentado en un escritorio, mientras que el otro policía, estaba disfrazado de criminal y esposado, sentado en un banco.

Este supuesto criminal pidió para ir al baño minutos después de la llegada de Sean Penn, y el policía fue a escoltarlo. Cuando estaban fuera de la habitación, Nick Nolte y Sean Penn oyeron fuertes ruidos, como si el policía y el “criminal” estuvieran luchando. Cuando Sean Penn quiso ir a ver qué sucedía, sonaron tres fuertes disparos.

PUBLICIDAD

En ese momento, el susto se apoderó de Sean Penn, que quiso salir disparado por la puerta del otro extremo. La puerta estaba trancada, así que probó las ventanas. También cerradas. En ese momento, el “criminal” ingresó en la habitación, con un arma en la mano y gritando que va a escapar, que va a matar a alguien. Tras esto, le dijo a Sean Penn que él conduciría su escape. Penn trató de tranquilizarlo, le dijo que no dispare, que lo llevaría a donde quisiera.

Cuando salieron por la puerta, del otro lado estaba Woody Harrelson desternillándose de la risa y con su cámara pronta para fotografiar la cara de Sean Penn.

Sean Penn después dijo que si esta broma hubiera sido en Los Angeles, él habría llevado consigo su arma y probablemente alguien hubiera terminado muerto.

Imagen 20th Century Fox

Sin embargo, a pesar de un eventual riesgo de muerte, las bromas no concluyeron ahí, y Sean Penn todavía estaba interesado en tener la última palabra.

Semanas después, cuando Harrelson creyó que todo ya había sido olvidado, Sean Penn le pidió a su compañero de elenco que lo acompañara a una fiesta. Luego de conducir por más de 60 kilómetros en zonas rurales de Australia, Penn simuló haber quedado atascado en el camino, por lo que Harrelson se bajó a empujar el automóvil.

Ni bien puso sus pies en el suelo, Penn aceleró y se marchó, dejando a Woody Harrelson solo, en el medio de la noche australiana, sin nada que comer ni beber y sin forma de regresar, excepto caminando. Finalmente, sin embargo, Harrelson fue recogido por un extra de la película que iba camino a su trabajo.

PUBLICIDAD

Ver también: 10 trágicas muertes en el set de rodaje

Una historia fantástica.

Relacionados: