«Si hubiera querido escribir sobre el mundo real, lo hubiera hecho» dijo recientemente George R.R. Martin, desestimando las versiones que hablan sobre supuestas alegorías políticas en su saga Canción de hielo y fuego y, por consiguiente, en la serie Game of Thrones.
Jon Snow vs. Donald Trump: ¿Fueron las palabras de Rey del Norte dirigidas al presidente de EE.UU.?

Pero, se sabe, la intención del autor es independiente de la obra.
Aunque George R.R. Martin no pretendía establecer deliberadamente ninguna alegoría con sus Caminantes Blancos y los imaginó como simples criaturas que pueblan un mundo de fantasía, leerlos como una metáfora del calentamiento global, como se ha hecho, es una interpretación tan interesante como cualquier otra, y hasta fructífera.

En tiempos en que en los Estados Unidos la actualidad política parece haber contaminado todo, incluyendo la cultura popular, ni siquiera Game of Thrones, una serie ambientada en un mundo medieval en el que existen dragones y zombies, está a salvo.
Después de todo, géneros como la ciencia ficción y la fantasía, con su capacidad para extrapolar y especular, han funcionado históricamente como un vehículo ideal para el comentario social o político.
Jon Snow reflexiona sobre Donald Trump

El final de la temporada 7 de Game of Thrones, el episodio “The Dragon and the Wolf”, incluyó una memorable y tensa cumbre en Desembarco del Rey, donde se reunieron los líderes políticos de Westeros para discutir asuntos de urgencia y coordinar, en lo posible, acciones conjuntas de cara a una amenaza común.
- Ver también: «Game of Thrones temporada 7: lo importante es la familia»
El alcance de un acuerdo se derrumbó cuando Jon Snow, un hombre con una moral incorruptible e incapaz de decir una mentira aunque sea en pos de un bien mayor (defectuosa virtud heredada de Ned Stark), se negó a cumplir la única condición impuesta por Cersei Lannister, que le jure lealtad, argumentando que no podía ser leal a dos reinas y que ya se había puesto al servicio de Daenerys Targaryen.
Para justificar esta acción, que puso en peligro toda la misión del grupo en Desembarco del Rey, Jon Snow planteó un argumento muy persuasivo:
«Cuando demasiada gente hace falsas promesas, las palabras dejan de tener significado. De repente, ya no hay más respuestas, sólo quedan mentiras cada vez más elaboradas. Y las mentiras no nos ayudarán en esta pelea»
Del mismo modo que con el calentamiento global y los Caminantes Blancos, la verdadera intención de los guionistas detrás del discurso de Jon Snow no es del todo relevante.
Independientemente de ella, muchos sostuvieron que sus palabras encajan a la perfección en la realidad política estadounidense, en una era que se ha definido como la de la «posverdad» y con un presidente que ha hecho de la mentira su rasgo de estilo más constante y saliente.
Sobre esto, habló el actor Liam Cunningham, que interpreta a Ser Davos, con Variety:
«Los resultados de las elecciones habían sido anunciados esa misma mañana en la que filmamos esa escena específica, con Kit Harington. Tal vez habíamos ensayado la escena antes, pero esa fue la primera vez que Kit Harington decía esas palabras concretas en ese lugar y en esa escena. Así que definitivamente tuvo cierta resonancia, como podrán entender»
La agudeza y el sarcasmo acostumbrados de Tyrion Lannister, le dan a esa escena un cierre perfecto, pero también un giro interesante sobre la relación de lo discutido en esa escena de Game of Thrones con la realidad fuera de la serie.
Tyrion reconoció que Jon Snow tiene razón, pero relativizó:
«Es verdad que eso [de la mentira] es un problema. El otro problema más inmediato es que estamos jodidos»









