Black Mirror estrenó su tercera temporada pasando del Channel 4 británico a Netflix, un cambio de hogar apropiado para su temática pero un poco irónico para una serie que consiste en advertirnos los peligros que subyacen en nuestro uso excesivo de la tecnología, internet y smartphones.
Black Mirror: el director del mejor episodio de la tercera temporada habla sobre un posible spin-off

Este cambio significó una llegada mayor de la serie a todo el mundo y, con el crecimiento en su popularidad, también un crecimiento de las críticas y la discusión en torno a sus historias.
Esta temporada 3 de Black Mirror, con el doble de episodios que las anteriores, tiene momentos interesantes, ocasionalmente intrigantes, aterradores o fascinantes, pero parece más irregular y desenfocada que las anteriores, y carece de un episodio que tenga el impacto que generaron algunos de sus temporadas pasadas.
Muchas críticas han apuntado al mensaje detrás de la serie, no sólo por lo pesimista y oscuro de su visión del futuro, sino por ciertos mecanismos que la hacen parecer por momentos aleccionadora y por otros manipuladora, con tal de probar su punto.
Hay un episodio de la tercera temporada que, sin embargo, rompe con esta visión y nos trae una historia que, para los parámetros de Black Mirror, resulta optimista y tiene un final feliz.
El episodio 4: San Junipero (que, si se ven en orden, su esperanzador final es muy bienvenido después de los dos episodios anteriores).
Parte del encanto del capítulo es que comienza directamente en la década del 80, apelando a esa fibra nostálgica inevitable y tan en boga en estos días (ver el éxito y la popularidad de Stranger Things).
Para un episodio de Black Mirror, este escenario es inesperado y enigmático: nos descoloca. Pequeñas pistas nos van llevando a suponer que, en efecto, el momento histórico en el que se sitúa la trama tiene alguna vuelta de tuerca involucrada.

Estas revelaciones sucesivas, no sólo de los aspectos temporales sino también de la situación y la historia de los personajes, están muy bien administradas y le dan un ritmo intrigante al episodio, que se mantiene hasta la resolución final.
En el medio nos enteramos que San Junipero no es otra cosa que una realidad virtual, en la que personas con una enfermedad terminal pueden pasar algún tiempo, con la opción de quedarse definitivamente —con una especie de digitalización de su consciencia— tras su muerte.
El episodio está además condimentado con un notable soundtrack que acompaña los compases temporales del episodio y que incluye tal vez el mejor guiño-presagio de la serie: la canción “Girlfriend in a Coma” de The Smiths, que suena al principio.
También, basta ir a ver los comentarios en el video de YouTube de “Heaven is a Place on Earth” de Belinda Carlisle para certificar el impacto que tuvo esa canción en el emotivo final del capítulo.
En una entrevista con THR, el director de este episodio, Owen Harris, habló de San Junipero y de sus ideas para un spin-off de esta historia, entre otras cosas:
Stranger Things fue el gran éxito del año, y después vino San Junipero. ¿Por qué crees que la nostalgia de los 80 está pegando tanto ahora?
Las películas de los 80 fue con las que yo crecí, y lo recuerdo como un período muy optimista. Incluso si trataban temas complejos y oscuros, siempre parecía haber cierto optimismo. No sé si tiene que ver con el sentimiento que había en la época o con cuestiones cinematográficas, pero ciertamente había un fuerte sentimiento optimista y eso está en el centro de San Junipero.
En estos tiempos tal vez un poco de optimismo venga bien, tras el Brexit en tu Reino Unido y tras la elección aquí en Estados Unidos.
Sí. San Junipero representa ese mundo en el que podías bailar con una canción de Belinda Carlisle, un mundo de placeres culpables. Luce y se siente como algo exuberante, lo que hace todo un poco más esperanzador.
Los fans están acostumbrados a esperar lo peor de Black Mirror, pero en este caso les diste una gran historia de amor. ¿Cómo te sientes sobre el final del episodio?
Eso es algo lindo que tiene Black Mirror, que en el final siempre las cosas terminar por subvertirse levemente. Al final siempre hay un enfoque diferente. Aún si sobre el final predomina este sentimiento esperanzador y alegre, bajo la superficie hay algo un poco turbio que queda flotando, en términos de las decisiones que tomamos en nuestras vidas. Te hace preguntas: ¿qué harías? ¿Optarías por San Junipero? Funciona en diferentes niveles.

Así que nada en Black Mirror, ni siquiera San Junipero, es un final feliz por completo.
Diría que es un final agridulce. Más dulce que amargo.
¿Crees que podría haber otras versiones de San Junipero en el universo Black Mirror? ¿Podríamos ver una secuela?
Sería agradable, ¿no es cierto? Sería muy divertido hacer una secuela de San Junipero. Pero tienes que recordar que si hay una secuela, Charlie Brooker [el creador de la serie] va a volver a escribirla. Seguramente adopte por completo el estilo Black Mirror y no quiera dos finales felices.
¿Tal vez un spin-off o un cortometrake?
Puedo garantizar que en los próximos años la gente se va a poner a idear sus propias versiones de San Junipero y éstas poblarán YouTube. En lo que respecta a nosotros no lo sé. Me encantaría hacerlo. Si lo piensas, una vez que ingresas definitivamente en San Junipero es un lugar muy grande e interesante, del que nosotros conocimos solo una pequeña parte. Está Quagmire, donde nuestra protagonista intenta encontrar a Kelly y se encuentra con Wes. Siempre está ese lado oscuro acechando. Así que sí, sería interesante, hay mucho terreno que queda por cubrir.
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